Liberación de Venezuela. Crítica Explicada.

Liberación de Venezuela. Crítica Explicada.
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Pintura del general Simon Bolivar de pie.jpg
Fecha:14 de mayo de 1813
Resultado:
A Bolívar se le da el título de Libertador.
País(es) involucrado(s)
Bandera de la República Bolivariana de Venezuela Venezuela
Líderes:
Simón Bolívar


En mayo de 1813 comenzó la guerra de Liberación de Venezuela. Bolívar entró triunfalmente a la ciudad de Mérida y el 18 de junio de ese mismo año, proclamó en Trujillo la «guerra a muerte» contra los españoles. En Caracas, recibió el título de «Libertador». En junio de 1814, el sanguinario realista José Tomás Boves triunfa en La Puerta y avanza hacia Caracas. Bolívar se retira al Oriente, embarcándose después rumbo a Cartagena. En Tunja, el Congreso le otorgó amplios poderes para la campaña de la Nueva Granada, pero temiendo una guerra civil se embarca para la isla de Jamaica a fin de organizar la nueva campaña militar en Venezuela. En 1815 desembarcó en la isla de Margarita, preparó una expedición y partió a Carúpano y después a Ocumare de la Costa. Volvió a Haití por segunda vez y regresó a Venezuela en enero de 1816. El 6 de mayo de ese año será reconocido como «jefe supremo de la República» en una samblea de notables reunida en el templo de Santa Ana, de la isla Margarita.

Crítica explicada

Para refutar juicios erróneos de algunos escritores sobre la batalla de Araure, tan mal descrita como casi todas las de Simón Bolívar, exponemos a continuación los principios adecuados al caso.

Napoleón escribe en sus Memorias:

¿Qué frente y que profundidad debe tener un ejército en batalla? ¿Dónde se colocan la caballería, la artillería y los furgones? ¿Debe el ejército situarse en muchas líneas y que distancia han de guardar éstas entre sí? ¿La caballería se forma detrás de la infantería o sobre sus alas? ¿Debe ponerse en acción desde el principio de la batalla toda la artillería? La solución de estas cuestiones depende de las circunstancias, es decir, de la configuración del terreno, de la posición que ocupe el enemigo, de la proporción de las armas, de la relación entre los dos ejércitos, de su moral, del carácter del jefe enemigo y de los propósitos que se abriguen.. No se puede prescribir nada absoluto, no existe orden natural de batalla.

Federico II, rey de Prusia, establece estos principios:

El arte de distribuir las tropas sobre el terreno para dar una batalla, consiste en colocarlas de manera que puedan obrar libremente, y ser útiles en todo momento. La caballería se sitúa a veces en segunda línea. En las llanuras conviene tener una reserva de caballería.

La tercera línea, escribe un autor moderno, la destinaba el Vizconde de Turenne «para arrancar definitivamente el éxito o para restablecer el combate; constaba generalmente de algunos escuadrones escogidos; en la batalla de las Dunas la formaron los cuatro escuadrones del Marqués de Richelieu».

La formación de Bolívar en Maure, está de acuerdo con estos preceptos: Empeñada la lucha, el Libertador espera que el enemigo desarrolle sus proyectos, siguiendo el método que ha sintetizado Napoleón en esta frase lapidaria: «On s'engage partout, puis on voit», y cuando aquel pone de manifiesto su plan, lanza su segunda y tercera línea contra la poderosa columna de caballería que pretendía envolver a la infantería patriota. Los caballos enemigos desaparecen, carga la infantería a la bayoneta y se gana la batalla. La persecución, como se ha dicho, la ejecuta Bolívar en persona con la última celeridad y vigor: después de todo un día de matanza y trabajo, en que ha permanecido 21 horas a caballo, en medio de los honores de la guerra a muerte, se apodera de los restos del ejército enemigo, a las 11 de la noche, a una jornada del campo de batalla:

Solo héroes tales como Carlos XII, Marlborough, Eugenio de Saboya y Federico II son capaces de agregar a los efectos de una victoria ya decisiva por sí misma, los insuperables de una persecución enérgica, mientras que la masa de generales comunes se contentan con la posesión del campo de batalla.
Clausewitz

Para explicar mejor la fecundidad del genio militar de Bolívar, expondremos algunas consideraciones más sobre esta jornada. El famoso Mariscal de Sajonia dice en su obra militar Mon Rece:

Para que un general pueda verlo todo, en un día de batalla, es necesario que no tenga que preocuparse de nada. El examen del terreno y la distribución de las tropas deben ser prontas como el vuelo del águila y las órdenes cortas y sencillas; basta que diga: la primera línea atacará, la segunda sostendrá el ataque... Lo demás, las evoluciones que debe ejecutar cada cuerpo, embargarían al general y su ejecución pertenece a los subalternos. El que manda, atento a todo, si las cosas no marchan bien en algún punto, debe correr, tomar las primeras tropas que encuentre a su alcance y prodigar con ellas su persona. Es así como se procede en estos casos; el terreno y la situación creada por el combate deben demostrarlo; el arte consiste en saber mirar y saber aprovechar. Eugenio de Saboya, poseía a la perfección esta parte, la más sublime del oficio.
Mariscal de Sajonia dice en su libro Mon Rece

Respecto a los primeros movimientos de la infantería en esta batalla de Araure, el general Urdaneta escribió en sus Memorias lo siguiente:

La primera línea de batalla se movía de frente, y cuando se desordenaba se hacía alto y se rehacía. Así se anduvo hasta tiro de pistola.
Urdaneta (general español)

Evoluciones que arrancaron al realista Heredia ―siempre empeñado en rebajar a Bolívar y al ejército patriota― esta confesión:

Los oficiales españoles más instruidos me aseguraron que los insurgentes habían hecho prodigios de valor y maniobraban con tanta celeridad y bizarría, como las tropas europeas más aguerridas.

El detalle que refiere Urdaneta en la marcha cadenciosa de la infantería no es prueba de indisciplina, pues el mismo Vizconde de Turenne observa:

Un cuerpo de ejército que marcha en batalla, bajo el fuego, no puede hacerlo sino a cierto paso regulado, y a menudo es preciso que esperen unos a otros un tanto, para conservarlo.

Observación

No está de más hacer constar que el general Simón Bolívar nunca dio ningún paso en la guerra de movimientos, ataque, sorpresa o retirada, que no fuera idea propia, sugerida por él mismo, fenómeno debido a la riqueza de su imaginación, a su audacia, a su energía y a su prudencia. Es condición necesaria en la guerra. Nunca se siguió por consejos de otro, ni siquiera cuando tuvo al general Sucre a su lado.

Asamblea Popular del 2 de enero de 1814

La inesperada victoria de Araure despejó la situación de la República por unos días, mientras las facciones reaccionaban y volvían a unirse. Bolívar aprovechó el receso para soltar algunos prisioneros, mejorar un poco las tropas y establecer un ensayo de República. Al efecto convocó una asamblea popular en el templo de San Francisco, en donde el gobierno daría cuenta de sus actos y los ciudadanos expresarían su voluntad y sus opiniones. La reunión tuvo efecto el 2 de enero de 1814.

Fuentes

  • Oficio de Bolívar del 10 de mayo de 1813. O'Leary, Daniel, tomo XIII, pág. 219.
  • «Bolívar al Presidente de la Unión; Mérida, 26 de mayo de 1813», carta publicada en el Boletín de la Academia Nacional de la Historia, n.º 106, pág. 177.
  • «Bolívar al Presidente de la Nueva Granada; Barinas, 9 de julio de 1813», carta publicada en el libro de O'Leary, Daniel: Documentos, tomo XIII, págs. 288 a 292.
  • «Oficio a Ribas; Guanare, 17 de julio de 1813, O'Leary, Daniel, tomo XIII, pág. 306.
  • «Oficio al Supremo Congreso de la Nueva Granada; Valencia, 2 de agosto de 1813», carta publicada en O’Leary, tomo XIII, pág. 821.
  • «Bolívar al Presidente de la Nueva Granada; La Victoria, 5 de agosto de 1818», carta publicada en O’Leary, tomo XIII, pág. 329. Caracas, 14 de agosto de 1813. En la Biblioteca Nacional de Bogotá.
  • Restrepo no conocía la plaza; se equivoca al suponerla fácil de tomar por las tropas de Bolívar, tomo II, pág. 177.
  • Gaceta de Caracas, n.º 1, pág. 4, 26 de agosto de 1813.
  • Díaz, José Domingo (1829): Recuerdos sobre la Rebelión de Caracas (págs. 54 y 55). Madrid (España), 1829.
  • Austria, José de (1855): Bosquejo de la Historia Militar de Venezuela, en la Guerra de su Independencia (págs. 179, 180, 188 y 204). Caracas (Venezuela), 1855.
  • Observaciones de Francisco de Azpurúa a los «Recuerdos sobre la rebelión de Caracas» de José Domingo Díaz. Madrid, 1913.
  • «Documentos inéditos. Fuerza de la guarnición», artículo publicado en el Boletín de la Academia de la Historia, n.º 68, pág. 409.
  • Boletines del Ejército Libertador, n.º 1-5, en el Boletín de la Academia de la Historia, n.º 18, págs. 601-607.
  • Boletín del Ejército Libertador, n.º 10, en el Boletín de la Academia de la Historia, n.º 18, pág. 608.