Liberación de Venezuela. Crítica Explicada.
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En mayo de 1813 comenzó la guerra de Liberación de Venezuela. Bolívar entró triunfalmente a la ciudad de Mérida y el 18 de junio de ese mismo año, proclamó en Trujillo la «guerra a muerte» contra los españoles. En Caracas, recibió el título de «Libertador». En junio de 1814, el sanguinario realista José Tomás Boves triunfa en La Puerta y avanza hacia Caracas. Bolívar se retira al Oriente, embarcándose después rumbo a Cartagena. En Tunja, el Congreso le otorgó amplios poderes para la campaña de la Nueva Granada, pero temiendo una guerra civil se embarca para la isla de Jamaica a fin de organizar la nueva campaña militar en Venezuela. En 1815 desembarcó en la isla de Margarita, preparó una expedición y partió a Carúpano y después a Ocumare de la Costa. Volvió a Haití por segunda vez y regresó a Venezuela en enero de 1816. El 6 de mayo de ese año será reconocido como «jefe supremo de la República» en una samblea de notables reunida en el templo de Santa Ana, de la isla Margarita.
Crítica explicada
Para refutar juicios erróneos de algunos escritores sobre la batalla de Araure, tan mal descrita como casi todas las de Simón Bolívar, exponemos a continuación los principios adecuados al caso.
Napoleón escribe en sus Memorias:
Federico II, rey de Prusia, establece estos principios:
La tercera línea, escribe un autor moderno, la destinaba el Vizconde de Turenne «para arrancar definitivamente el éxito o para restablecer el combate; constaba generalmente de algunos escuadrones escogidos; en la batalla de las Dunas la formaron los cuatro escuadrones del Marqués de Richelieu».
La formación de Bolívar en Maure, está de acuerdo con estos preceptos: Empeñada la lucha, el Libertador espera que el enemigo desarrolle sus proyectos, siguiendo el método que ha sintetizado Napoleón en esta frase lapidaria: «On s'engage partout, puis on voit», y cuando aquel pone de manifiesto su plan, lanza su segunda y tercera línea contra la poderosa columna de caballería que pretendía envolver a la infantería patriota. Los caballos enemigos desaparecen, carga la infantería a la bayoneta y se gana la batalla. La persecución, como se ha dicho, la ejecuta Bolívar en persona con la última celeridad y vigor: después de todo un día de matanza y trabajo, en que ha permanecido 21 horas a caballo, en medio de los honores de la guerra a muerte, se apodera de los restos del ejército enemigo, a las 11 de la noche, a una jornada del campo de batalla:
Para explicar mejor la fecundidad del genio militar de Bolívar, expondremos algunas consideraciones más sobre esta jornada. El famoso Mariscal de Sajonia dice en su obra militar Mon Rece:
Respecto a los primeros movimientos de la infantería en esta batalla de Araure, el general Urdaneta escribió en sus Memorias lo siguiente:
Evoluciones que arrancaron al realista Heredia ―siempre empeñado en rebajar a Bolívar y al ejército patriota― esta confesión:
El detalle que refiere Urdaneta en la marcha cadenciosa de la infantería no es prueba de indisciplina, pues el mismo Vizconde de Turenne observa:
Observación
No está de más hacer constar que el general Simón Bolívar nunca dio ningún paso en la guerra de movimientos, ataque, sorpresa o retirada, que no fuera idea propia, sugerida por él mismo, fenómeno debido a la riqueza de su imaginación, a su audacia, a su energía y a su prudencia. Es condición necesaria en la guerra. Nunca se siguió por consejos de otro, ni siquiera cuando tuvo al general Sucre a su lado.
Asamblea Popular del 2 de enero de 1814
La inesperada victoria de Araure despejó la situación de la República por unos días, mientras las facciones reaccionaban y volvían a unirse. Bolívar aprovechó el receso para soltar algunos prisioneros, mejorar un poco las tropas y establecer un ensayo de República. Al efecto convocó una asamblea popular en el templo de San Francisco, en donde el gobierno daría cuenta de sus actos y los ciudadanos expresarían su voluntad y sus opiniones. La reunión tuvo efecto el 2 de enero de 1814.
Fuentes
- Oficio de Bolívar del 10 de mayo de 1813. O'Leary, Daniel, tomo XIII, pág. 219.
- «Bolívar al Presidente de la Unión; Mérida, 26 de mayo de 1813», carta publicada en el Boletín de la Academia Nacional de la Historia, n.º 106, pág. 177.
- «Bolívar al Presidente de la Nueva Granada; Barinas, 9 de julio de 1813», carta publicada en el libro de O'Leary, Daniel: Documentos, tomo XIII, págs. 288 a 292.
- «Oficio a Ribas; Guanare, 17 de julio de 1813, O'Leary, Daniel, tomo XIII, pág. 306.
- «Oficio al Supremo Congreso de la Nueva Granada; Valencia, 2 de agosto de 1813», carta publicada en O’Leary, tomo XIII, pág. 821.
- «Bolívar al Presidente de la Nueva Granada; La Victoria, 5 de agosto de 1818», carta publicada en O’Leary, tomo XIII, pág. 329. Caracas, 14 de agosto de 1813. En la Biblioteca Nacional de Bogotá.
- Restrepo no conocía la plaza; se equivoca al suponerla fácil de tomar por las tropas de Bolívar, tomo II, pág. 177.
- Gaceta de Caracas, n.º 1, pág. 4, 26 de agosto de 1813.
- Díaz, José Domingo (1829): Recuerdos sobre la Rebelión de Caracas (págs. 54 y 55). Madrid (España), 1829.
- Austria, José de (1855): Bosquejo de la Historia Militar de Venezuela, en la Guerra de su Independencia (págs. 179, 180, 188 y 204). Caracas (Venezuela), 1855.
- Observaciones de Francisco de Azpurúa a los «Recuerdos sobre la rebelión de Caracas» de José Domingo Díaz. Madrid, 1913.
- «Documentos inéditos. Fuerza de la guarnición», artículo publicado en el Boletín de la Academia de la Historia, n.º 68, pág. 409.
- Boletines del Ejército Libertador, n.º 1-5, en el Boletín de la Academia de la Historia, n.º 18, págs. 601-607.
- Boletín del Ejército Libertador, n.º 10, en el Boletín de la Academia de la Historia, n.º 18, pág. 608.