Luis Enrique Mármol

Luis Enrique Mármol
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Luisenriquemarmol.jpg
Poeta venezolano.
NombreLuis Enrique Mármol Infante
Nacimiento21 de agosto de 1897
Caracas, Bandera de la República Bolivariana de Venezuela Venezuela
Fallecimiento17 de septiembre de 1926
Valencia, Bandera de la República Bolivariana de Venezuela Venezuela
Causa de la muerteAccidente automovilístico
NacionalidadVenezolano
CiudadaníaVenezolana
EducaciónDoctor en Ciencias Políticas
Alma materUniversidad Central de Venezuela
OcupaciónAbogado,
poeta
PadresLuis Mármol y Rosa Amelia Infante
Obras destacadasLa locura del otro

Luis Enrique Mármol. Abogado y poeta venezolano

Biografía

Infancia y juventud

Nació el 21 de agosto de 1897 en la Parroquia Santa Rosalía de Caracas, Venezuela, en las postrimerías del siglo XIX. Hijo único del médico y poeta Luis Mármol y de doña Rosa Amelia Infante.

Cursa primaria y secundaria en el Colegio de los Padres Franceses de Caracas, donde forja una entrañable amistad con Fernando Paz Castillo y Enrique Planchart, quienes llegarán a ser esclarecidos poetas del país. Se gradúa de Bachiller en Filosofía, el 27 de septiembre de 1912, a la edad de 15 años.

Cuatro días después, el 1 de octubre de ese año, para sofocar las protestas estudiantiles que se oponían a la autocracia que imperaba bajo la férrea dictadura gomecista y la huelga decretada por la Asociación General de Estudiantes (organizada a raíz del derrocamiento de Cipriano Castro), que culminó con el encarcelamiento de Leopoldo Ortega Lima, fundador de la Sociedad de Estudiantes de Derecho, el gobierno del General Juan Vicente Gómez clausura la Universidad Central de Venezuela; esta grave situación se prolonga casi diez años, hasta el 7 de julio de 1922.

Muerte

Falleció el 17 de septiembre de 1926 en Valencia, Venezuela víctima de un accidente automovilístico apenas cumplidos los veintinueve años. Lo entierran en el cementerio de esa ciudad, abrigado por azucenas, lirios de la serranía de Carabobo y gladiolas de Galipan.

Después de veinte años, sus restos fueron llevados a Caracas su ciudad natal, e inhumados en el panteón familiar en el Cementerio General del Sur, el 21 de septiembre de 1946. Ese mismo año murió su querida madre quien le sobrevivió esos, para ella tan amargos, veinte años.

Carrera profesional

El 25 de mayo de 1913, con apenas quince años, publica en “El Nuevo Diario”, el que se conoce como su primer poema, el soneto “Misantropía” título y versos que ya dejaban entrever el carácter sentimental, atormentado y pesimista que impregnó la mayor parte de su obra literaria:

"Ante la casa una huerta solitaria, añeja, guardada por un mastín de sempiterna fobia más allá de la herrumbrosa y blasonada reja que trasciende el perfume de la mística orobia.

Debido a las circunstancias, tuvo que paralizar sus estudios de leyes, y dedicarse a escribir poesía, publicando su primer libro de poemas "La locura del otro", en 1927, en este pone las siguientes dedicatorias:

"A mi padre, el poeta Luis Mármol, muerto trágicamente en San Fernando de Apure el 16 de febrero de 1914."
"A mi madre, Rosa Amelia Infante de Mármol, con amor, con devoción, dedico. L.E.M."

La muerte trágica de su padre, acaecida en San Fernando de Apure el 16 de febrero de 1914, quizás profundizó aún más la tristeza y melancolía de su personalidad. En tal sentido, el poeta José Tadeo Arreaza Calatrava publicó en 1915, en la página literaria de "El Nuevo Diario", un elogioso comentario acerca del "...raro y armonioso Luis Enrique Mármol..."

Durante su obligado receso como estudiante universitario al permanecer cerrada la Universidad Central por la dictadura gomecista, se desempeñó como redactor de "El Universal" y como colaborador de diversos diarios y revistas de Caracas, en el semanario “Cultura”, resultado de las tertulias en la librería del mismo nombre, donde forma parte de ese círculo literario y es él uno de los promotores de esa revista. Escribe en “El Nuevo Diario” (dirigido por Gil Fortoul y Vallenilla Lanz), en “El Heraldo”, “El Sol”, “El Día”, “Actualidades” y Perfiles” entre otros.

Colabora junto a las firmas más relevantes de la “Generación del 18” en la revista semanal “Fígaro” (1919), en la revista “Elite” (de Juan de Guruceaga) y, como Jefe de Redacción del magacín semanal ilustrado “Flirt” (1921), dirigido por el poeta Ángel Miguel Queremel.

En 1921, la noche del 25 de febrero, el poeta lee en la Confederación de Estudiantes de Venezuela, sus “Comentarios acerca del Criollismo” en ellos, arremetía contra la explotación ordinaria y prosaica del teatro venezolano, particularmente, contra los sainetes de Rafael Otazo, Rafael Guinand y otros autores nacionales, a excepción de las obras de Eduardo Innes González y Leopoldo Ayala Michelena:

“No, el teatro nacional no está en esas obras que nos hacen el efecto de acericos de paja para clavar chistes malos”

Estos comentarios fueron publicados bajo el mote “Mandoble a diestra y siniestra”.

Firmaba sus escritos con diversos seudónimos: "Cómodo Comodián", "L'enfant de Marbre", "Renato Molina", "Luis Venezuela", "Gregorio Iturriza", "Cándido Perez", "Kara-Keño", "Lem". Con este último, publicó en 1923 un pequeño folleto de 54 páginas titulado "Pastiches criollos" en el cual, con el estilo festivo, irónico y humorístico, contrapuesto al de sus otros poemas, hizo, según Pedro Emilio Coll, "... la mejor crítica que tenemos de nuestro tiempo..."

Miembro de la llamada Generación de 1918, es considerado como su abanderado y uno de sus poemas, "Canta absurdo", según Julián Padrón, pudiera constituir el "manifiesto" de dicha generación literaria, de la cual forman parte Fernando Paz Castillo, Andrés Eloy Blanco, Pedro Sotillo, Enrique Bernardo Núñez y Antonio Arráiz, entre otros.

Obtuvo el título de doctor en ciencias políticas en la Universidad Central de Venezuela el 14 de febrero de 1925, con una tesis titulada "El aparte 3° del art. 6° del Código Penal".

Opiniones acerca de su obra

Es considerado uno de los abanderados de esa concepción literaria de la cual forman parte también, Enrique Planchart, Andrés Eloy Blanco, Fernando Paz Castillo, Jacinto Fombona Pachano, Pedro Sotillo, Luis Barrios Cruz, Rodolfo Moleiro, Enriqueta Arvelo Larriva, José Antonio Ramos Sucre, entre otros, con obras tan personales, que suele a veces ser difícil establecer sus vínculos y sus pertenencias.

A esa primera promoción renovadora de jóvenes poetas que surge en Venezuela en medio de cruentas guerras en el mundo, se le conocerá con ese nombre “Generación del 18”, la mayoría, eran escritores que nacieron a finales del siglo XIX y se formaron durante los años de la tiránica dictadura gomecista que padeció Venezuela entre 1908 y 1935; se moldearon intelectualmente bajo la influencia en su mayoría positivista de sus catedráticos, más no por ello, se inclinaron al materialismo, sino, a un espiritualismo racionalista.

En esa herencia literaria, e inserto en la tradición poética antes citada, irrumpe con un verso diferente en su poemario “La locura del otro”. Escrito este poemario con un espíritu más libre de ataduras a los preceptos románticos, modernistas y posmodernistas, con una poética que inicia el trazo del sendero hacia la Vanguardia, en un tiempo de declive del Modernismo retórico y contra el abuso de patrones rítmicos y, temáticas en las que prevalecían el cosmopolitismo cultural y los referentes mitológicos. Para el poeta en búsqueda de un cedazo expresivo que desdeñara los excesos modernistas, el poema deja de ser adorno y se explica en medio de una absoluta necesidad interior.

“Rompen con el estancamiento Modernista y contribuyen a colocar a la literatura venezolana en una hora más ajustada con la que marcan los relojes del continente y el mundo”
“Luis Enrique Mármol sintió su vida estremecida por todas las inquietudes de su tiempo y fue uno de los más preclaros intérpretes de tales inquietudes. Inconforme, desorientación que clava los ojos en la estrella infalible, se da en una poesía elevada en la cual el sentimiento raya a una altura que sólo pueden alcanzar los excelentes”
Nelson Osorio Pedro Sotillo.
Escritor, periodista y poeta.
Miembro de la Generación del 28
“Pocos, como Luis Enrique Mármol, fueron, ni son, tan viva vena de intimidad derramada hacia la angustia. Fino cerebro inquisidor, mirada profunda y en permanente trance de hallazgo, la sustancia suya es aquella esencial a todo soñador veraz. De la intimidad, su poesía se nutre; poesía dramática, en densos remolinos reflexivos, que, culminantes, lo entregan a la desolación.”
Rafael Clemente Arráiz.
Escritor venezolano.

Fuentes