Marcelo Spínola (beato)

Marcelo Spínola y Maestre
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Religión o MitologíaCatólica
Día celebración19 de enero
País o región de origenBandera de España España


Marcelo Spínola y Maestre. Cardenal Arzobispo de Sevilla, de la Tercera Orden (1835-1906.)

Biografía

Marcelo Spínola y Maestre nació en San Fernando (Cádiz) el 14 de enero de 1835, hijo de un oficial de la Armada española y marqués de la corona. Se licenció en Derecho en la Universidad de Sevilla a los 21 años. Abrió un bufete de abogados en Huelva, donde defendería las causas de los obreros sin exigir honorarios, y por eso le llamaron 'el abogado de los pobres'. Aunque de una manera tardía, se sintió llamado al sacerdocio. En 1864 fue ordenado sacerdote y empezó su periplo por diversos destinos: capellán de la Iglesia de la Merced en Sanlúcar de Barrameda hasta que el Cardenal Lastra le nombra párroco de San Lorenzo de Sevilla integrándose en las hermandades del Gran Poder y la de la Soledad, ambas residentes en la misma parroquia. Del Gran Poder llegó a ser director espiritual y mayordomo.

Actualidad de su apostolado

Genial testimonio para que, en los albores del tercer milenio, pastores y fieles redescubran, fragante, la novísima belleza del sacerdocio católico. Marcelo Spínola, es sencillo, cercano, humilde y valiente. El 28 de mayo de 1879, el Arzobispo Don Joaquín Lluch le nombra canónigo de la Santa Iglesia Catedral de Sevilla. Posteriormente es consagrado Obispo auxiliar de Sevilla. Preconizado por León XIII para la diócesis de Coria-Cáceres. Después, Obispo de Málaga y Arzobispo de Sevilla. Creado Cardenal por San Pío X el rey de España, Alfonso XIII, le impuso la birreta cardenalicia.

Rerum Novarum

Spínola participó en la acción social cristiana, en aquel tiempo difícil, de acuerdo con las directrices de la Rerum Novarum: publicó pastorales, creó círculos obreros, sostuvo orfelinatos... Fundó un periódico "para defender la verdad y la justicia", creó la facultad de teología de Sevilla, predicó, confesó...

Servicio a los demás

La vida de Marcelo Spínola estuvo marcada por su voluntad de servicio a los demás. Cuando llegó a Málaga se encontró con una provincia que vivía un fuerte declive económico por el agotamiento de sus minas, la competencia que sufría el puerto y la plaga de xilofera que asolaba los viñedos. Una situación extrema que creó grandes bolsas de desprotegidos entre las masas más desfavorecidas. A intentar mejorar esta situación centró sus esfuerzos. Marcelo Spínola formó parte de ese reducido núcleo de católicos que a finales del siglo XIX fueron conscientes del colosal problema obrero, de la miseria y la injusticia.

En sus pastorales, sus homilías y sus intervenciones públicas, Spínola cuestionó los trabajos de los obreros, denunció los horarios y las malas condiciones en las que desempeñan su labor y reclamó el descanso dominical. Al mismo tiempo, también se muestra crítico con las posturas políticas emergentes que cuestionan a la burguesía y buscan su desaparición. «Él solía decir que la iglesia había abandonado a los más pobres» y Spínola «intenta abrir brecha en esta situación». Un ejemplo más de su visión es que con estas acciones se adelantó a la promulgación de la encíclica de León XIII 'Rerum Novarum' (1891), que establece la doctrina social de la iglesia.

Enseñanza

La creación de un servicio de comidas gratuitas que daba 2.000 raciones diarias, la apertura de un hogar para los 'sin techo', la restauración de un orfanato a punto de cerrar o la apertura de escuelas nocturnas y los domingos dan idea de la ingente labor social que desarrolló Spínola. Fue además un obispo que favoreció la enseñanza en dos vertientes, la congregación de las Esclavas del Divino Corazón, y la llegada de los salesianos para formar a los obreros.

Visita Pastoral

Su inquietud le llevó a visitar todos los pueblos de la diócesis en acción pastoral en unos tiempos con malas comunicaciones y a lomos de un mulo. Además, también acudía a la cárcel y los hospitales a consolar a los que estaban allí.

En 1891 es nombrado senador como delegado de la provincia eclesiástica de Granada y en sus intervenciones, con una gran oratoria, luchó, entre otros asuntos, contra los intentos de eliminar la religión de la enseñanza pública, un tema también hoy de vigente actualidad.

Arzobispo de Sevilla

En 1896, tras la muerte del cardenal de Sevilla, es nombrado obispo de esta diócesis. Abandona Málaga, con gran pesadumbre de sus diocesanos. En su nuevo destino volvió a dar ejemplo de su visión de futuro y de la importancia de los medios de comunicación fundando un periódico 'El Correo de Andalucía' «para defender la verdad y la justicia». Todo esto no fue impedimento para que él, desde su humildad, se planteara en más de una ocasión la posibilidad de renunciar al episcopado, considerándose indigno e incapaz de este ministerio. Y si no se retiró fue, entre otras cosas, por consejo de Della Chiesa, futuro Benedicto XV.

Muerte

En enero de 1906, tras volver de la boda de Alfonso XIII moría en Sevilla. Juan Pablo II, en su visita a Sevilla el 5 de noviembre de 1982, oró ante su sepulcro, que visitó expresamente. En 1987, Juan Pablo II lo proclamó beato.

Fuentes

Enlaces externos

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