Martín Terrer de Valenzuela

Martín Terrer de Valenzuela
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Martín Terrer de Valenzuela Terrer de Valenzuela Urrelo, Martín. Daroca (Zaragoza), 16.IV.1549 – Zaragoza, 28.XI.1631. Canónigo, calificador del Santo Oficio, obispo de Albarracín, Teruel y Tarazona, arzobispo de Zaragoza, consejero de Estado.

Síntesis biográfica

(Daroca, Z., 14/16-IV-1549 - Z., 28-XI- 1631). Hijo de Miguel Terrer y Ana de Urrelo, su bautismo está registrado en el libro correspondiente de la parroquia darocense de San Miguel Arcángel. Tras sus primeros estudios, cursó teología en la Universidad de Alcalá, alcanzando el grado de Doctor e impartiendo Filosofía y Lengua Hebrea en dicha Universidad. Nombrado canónigo de Teruel en 1579, el mismo año lo sería también de la Seo zaragozana por el prelado Andrés Santos de Sampedro, quien le confirió las órdenes sagradas. Desempeñó el oficio de Canciller de Competencias (1589-1593) y fue ascendido a la dignidad de Lismosnero por el arzobispo Andrés Cabrera y Bobadilla. El rey Felipe conoció a Martín Terrer en las Cortes de Tarazona de 1592, en las que participaba como síndico del Cabildo Metropolitano. Hombre del rey en aquellas tormentosas Cortes, fue premiado con el obispado de Albarracín, siendo consagrado en La Seo en mayo de 1593, tras la preceptiva bula papal de Clemente VIII del 10 de marzo anterior. Iniciaba así Martín Terrer de Valenzuela el cursus honorum hacia las sedes episcopales aragonesas que ocuparía sucesivamente. Tres años largos más tarde, en septiembre de 1596, pasó a ocupar la sede de Teruel, la que rigió durante diecisiete años y siete meses, durante los que llevó a cabo cuatro visitas pastorales, fue diputado extracto por la bolsa de prelados del brazo eclesiástico en 1605-1606 y convocó el tercer sínodo diocesano que celebró sus sesiones entre 1609 y 1612. Preocupado por la formación intelectual y la calidad espiritual de los clérigos, de acuerdo con los cánones de Trento, Martín Terrer fundó en 1611 el Colegio de Teólogos de Aragón en la Universidad de Alcalá, bajo la advocación de San Martín y Santa Emerenciana, al que dotó de una renta anual de 2.000 ducados, además de comprar edificio, acondicionarlo, amueblarlo y llenar su biblioteca. En 1614 pasó a regir la diócesis de Tarazona durante otros dieciséis años, participando en los concilios provinciales de 1614-15 y 1627, participó en las Cortes de Barbastro-Calatayud en 1626-27 y, a su conclusión, fue nombrado por el Rey Consejero de Estado. Octogenario ya, sería promovido a la archidiócesis caesaraugustana que ocupó desde abril de 1630 hasta el 28 de noviembre de 1631, fecha de su óbito. Trasladados sus restos mortales a Daroca, fueron sepultados en la capilla de la Anunciación de la Colegiata de Santa María, edificada a sus expensas a comienzos del siglo XVII.

Fuentes