Miguel María Gastón de Iriarte y Navarrete

don Miguel María Gastón de Iriarte
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Teniente general de la Real Armada Española.
Nombredon Miguel María Gastón de Iriarte y Navarrete
Nacimiento28 de noviembre del año 1766
ciudad de Cartagena de Indias
Fallecimiento6 de enero del año 1839
La Habana, Bandera de Cuba Cuba
Causa de la muerteNatural
Nacionalidadespañola
OcupaciónMarino, Navegante
PadresDon Miguel José Gastón de Iriarte y Elizacoechea y doña María Josefa Navarrete y Lanz.

don Miguel María Gastón de Iriarte: Teniente general de la Real Armada Española.

Síntesis biográfica

Infancia y juventud

Vino al mundo en la ciudad de Cartagena de Indias, el día 28 de noviembre del año 1766. Fueron sus padres don Miguel José Gastón de Iriarte y Elizacoechea, que alcanzó el grado de teniente general de la Real Armada y de su esposa doña María Josefa Navarrete y Lanz, natural de la misma ciudad donde trajo al mundo a su hijo.

Como paje del Rey fue educado en los mejores colegios, de donde pasó a tener la edad y conocimientos para prestar sus servicios como capitán en el regimiento de Infantería de Brabante, pero la llamada de la mar le llevó a pedir permiso al Rey para presentarse a examen en la Real Compañía de Guardiamarinas de Cartagena, los cuales pasó sin problemas, siendo dado de alta en el Cuerpo General de la Armada el día 6 de agosto del año 1785, con el grado directamente de teniente de fragata, el equivalente al de capitán del ejército que ya tenía.

Por sus conocimientos fue elegido por don Vicente Tofiño embarcando en la fragata Magdalena, en la comisión que tenía su Jefe para levantar el célebre « Atlas Hidrográfico de las costas de la Península Ibérica e islas adyacentes » Poco tiempo después y habiendo demostrado sus grandes conocimientos como cartógrafo y astrónomo, se le ordenó trasbordar al bergantín Vivo, para cumplimentar otra comisión científica.

A partir de aquí no hubo comisión científica en la que no participara, por esta razón fue trasbordando de un buque a otro, siempre del mismo tipo para ir cumpliendo con todas las que se le ordenaron. Al terminar con ellas se le ordenó trasbordar al navío Bahama, que pertenecía a escuadra del mando de don Félix de Tejada, realizando una campaña de evoluciones en el Mediterráneo, para atajar en lo posible la constante piratería de las regencias norteafricanas.

El día diecisiete de enero del año de 1789, es coronado Rey de España don Carlos IV por este motivo da la orden de que se comunique a todas las cortes europeas el cambio de Rey, por ello en una de sus arribadas a Cartagena a finales de enero, se comisiona a la escuadra para llevar la buena nueva a los reyes de Nápoles y Liorna, por lo que viajan a ambas cortes para darlo a conocer entregando los pliegos reales.

Otra etapa de su vida

Al ser ascendido al grado de teniente de navío, Gastón de Iriarte, fue destinado a la Compañía de Guardiamarinas de Cádiz, a proseguir sus estudios mayores en el Real Observatorio Astronómico de Cádiz.

1792

Donde permaneció hasta el año 1792, por recibir la orden de embarcarse en el navío San Isidro, pasando a estar a las órdenes de su padre, don Miguel Gastón, que a la sazón era el Capitán General del Departamento de Cartagena y el navío pertenecía a la escuadra del Mediterráneo.

1793

En el año 1793 fue ayudante del general Francisco de Borja, cuando este general tuvo que zarpar con la escuadra con rumbo a Tolón, pero viendo sus buenas formas le entregó el mandó del jabeque San Felipe, con que realizó toda la campaña contra la República de Francia, realizando diferentes cometidos y comisiones en el golfo de León.

1795

Por Real Orden del día 14 de julio del año 1795 fue ascendido al grado de capitán de fragata, otorgándosele el mandato sucesivo de las fragatas Atocha y Santa Matilde, con las que prosiguió desempeñando sobre todo comisiones, hasta recibir la orden de incorporarse a la escuadra del conde Morales, con la que arribó al puerto de Cartagena quedando en ese momento a las órdenes del general en Jefe don Juan de Lángara.

1796

Estaba al mando de la segunda cuando el día 19 de diciembre del año 1796, se enfrentaron, las fragatas españolas Santa Sabina, de 40 cañones, de ellos 28 de á 18 libras y doscientos ochenta y seis hombres de dotación y Santa Matilde de 34, contra las británicas Minerve, al mando del capitán George Cokburne con la insignia del comodoro de Nelson, a pesar de ser capitán de navío, del porte de 42 cañones, de á 24 y 12 en conserva con la Blanche de 32.

1797

Y curiosamente al salir reparada la Santa Sabina en el año 1797 se le otorgó el mando a Gastón, siendo incorporada a la división de ellas al mando del capitán de navío don Juan Pablo Lodares, con la que cruzó el Estrecho y alcanzó el océano, para realizar los cruceros de protección al tráfico marítimo entre los cabos de Santa María y San Vicente, al término de la comisión al cruzar sobre Algeciras, quedó incorporado a la escuadra del general don Bruno de Hezeta, permaneciendo dos años sosteniendo los combates contra los buques y baterías de Gibraltar.

1799

Regresó a la bahía de Cádiz el día 7 de julio del año 1799, donde pudo pisar tierra durante un tiempo, ya que en el mes de mayo siguiente, zarpó con su fragata formando división con las Florentina y Caimán, que en misión de transporte con tropas zarparon de la bahía con rumbo a los mares del Sur, pero en el trayecto se encontraron con una división de navíos enemigos, entablándose combate pero Gastón supo deshacerse de sus enemigos aprovechando su mayor velocidad, consiguiendo arribar a la bahía de Cádiz, pero en cambio sus dos compañeras de viaje fueron apresadas por los británicos.

1801

A finales del mes de junio del año 1801, se encontraba en viaje de Tolón a Cádiz una división de tres navíos y una fragata, al mando del contralmirante Linois, cuando el día 4 de julio encontrándose a la altura de la bahía de Cádiz se le avisó que otra británica se había divisado, estando al mando del contralmirante sir James Saumurez, compuesta por seis navíos y una fragata. La escuadra francesa tenía la orden de reunirse a otra francesa al mando del contralmirante Dumanoir, a quien se había puesto a sus órdenes los navíos españoles entregados a Francia, que fueron los: Conquistador, Pelayo, San Jenaro, San Antonio, Intrépido y Atlante.

1802

Prosiguió al mando de su fragata, con la que navegó cuatro años por el Mediterráneo en misiones de corso, pasando en varias ocasiones como correo a Tierra Firme y Antillas, permaneciendo mientras no había otra comisión a proteger el tráfico marítimo procedente de los virreinatos, en una de sus arribadas a la bahía de Cádiz se le entregó la Real Orden del día 5 de octubre de 1802, por la que se le ascendía al grado de capitán de navío, quedando desembarcado en el mismo Departamento, donde se le destinó por un tiempo a los Batallones de Marina y después a la Mayoría del mismo Departamento.

1805

El día 26 de febrero del año 1805 se le otorgó el mando del navío San Justo, el buque era de muy mal navegar siendo uno de los peores en la ceñidas, por lo que zarpó en solitario para ejercitar a su dotación, hasta que quedó incorporado a la escuadra del teniente general don Federico Gravina, con la que zarpó de la bahía de Cádiz el día veinte de octubre formando parte de la combinada franco-española que al día siguiente se enfrentó en el cabo de Trafalgar a la británica del almirante Nelson.

Al dar la orden de virada en redondo a un tiempo el almirante francés, su buque no pudo mantener la línea por quedar muy sotaventado, realizando ímprobos esfuerzos para volver al combate, cuando consiguió llegar se dio cuenta de lo apurada de la situación de su navío insignia consiguiendo llegar a tiempo junto con el navío francés Neptuno, obligando a los británicos ya castigados a que abandonaran las aguas, dejando libre al Príncipe de Asturias, al cual acompañó hasta poder entrar en la bahía de nuevo.

Como todos los oficiales de la Real Armada que habían participado en el combate anterior, se dicto la Real Orden del día 9 de noviembre del año 1805, por la que se le ascendía al grado de brigadier conservando el mando de su navío y permaneciendo en la bahía de Cádiz, de donde solo pudo zarpar en una ocasión por recibir la orden de dar escolta a un buque procedente de la Habana.

Al poco tiempo se le dio la orden de incorporarse a los restos de la escuadra francesa que se encontraba en la misma bahía, siendo el único navío español que estaba listo para el combate, con víveres y aguada para cuatro meses, todo porque el almirante francés había pedido se le agregara un buque a su escuadra para poder formar dos líneas de tres unidades.

1808

Se encontraba en esta posición cuando surgió el levantamiento nacional del día 2 de mayo del año 1808, mientras todos los españoles se iban sumando a la lucha por la independencia, él se encontraba entre dos navíos franceses por orden de Rosilly, una situación nada cómoda en ningún aspecto, por ello y ya decidido por el general don Juan Ruíz de Apodaca pasar al ataque se le informó de ello, por lo que con excusa de tener que hacer aguada se separó de la escuadra francesa, cuando ya estuvo algo alejado comenzó el ataque de todas las fuerzas navales y tierra con diferentes baterías sobre los buques franceses, que estaban al mando del almirante Rosilly.

El combate comenzó el día nueve e intervinieron muchas lanchas cañoneras, bombarderas, el fuego de los navíos españoles allí fondeados, a los que se unió el San Justo, más las diferentes baterías que se habían ido colocando en diferentes lugares para ofender a los ahora enemigos. El almirante francés iba pidiendo altos el fuego, siéndoles concedidos puesto que reclamaba poder parlamentar con el general don Juan Ruíz de Apodaca, consiguiendo con ello ganar tiempo, por saber el avance de los ejércitos napoleónicos, aprovechando a su vez mientras el emisario a bordo de un bote se acercaba al navío Príncipe de Asturias, para dar un descanso a sus hombres mientras otros reparaban las averías sufridas lo antes posible.

Hasta que el general don Juan Ruíz de Apodaca, fue informado que el ejército francés estaba ya llegando en socorro de su escuadra, lo que le decidió a terminar lo antes posible, por lo que el día 14 de junio siguiente el almirante Rosilly ya no pudo soportar más el peso del fuego, decidiendo enarbolar la bandera blanca. Convirtiéndose así en la primera victoria de la guerra contra los napoleónicos.

Durante la guerra fue de los pocos marinos a bordo, por lo que al principio de ella se le entregó el mando del Plutón, con el que navegó en las costas españolas apoyando al ejército, un tiempo después se le otorgó el mando del Algeciras, repitiendo las misiones añadiendo algunos viajes de transporte de tropas a las islas Canarias, así como los típicos cruceros de protección del tráfico marítimo, en una de sus arribadas a la bahía, se le entregó el mando de su anterior navío el San Justo, con el que realizó un viaje con derrota a La Guaira, Cartagena de Indias, Veracruz y la Habana, para regresar con el situado que tanta falta hacía ahora en la Península.

Ascensos y Nombramientos

Por todos estos servicios, se le entregó la Real Orden del día 16 de octubre del año 1814, por la que se le notificaba su ascenso a jefe de escuadra. Pero al quedarse prácticamente España sin navíos, fue destinado al mismo Departamento en comisiones de su alto cargo.

Permaneció en ellos hasta la llegada de la Real Orden del día 21 de junio del año 1821, por la que se nombraba comandante general del apostadero de la Habana, para ello viajó en una fragata mercante hasta su nuevo destino. Donde trabajo no le faltó, ya que estaba en total ebullición la independencia de los virreinatos, con pocos medios para poder acudir a todas las peticiones de apoyo que recibía, a pesar de todo aún pudo enviar ayudas a los pocos puntos de Tierra Firme que se conservaban, así como a las costas de Nueva España.

En el mes de junio del año 1825, se le entregó la Real Orden por la que se le ascendía al grado de teniente general, con la misma la orden de regreso a la Península, la cual cumplió como siempre quedando disponible en el Departamento de Cádiz, desempeñando alguna comisión por Real Orden, ya que el Rey le tenía en mucho aprecio, siendo la mayor parte de ellas siempre secretas.

Muerte

Corría el año 1836 contaba ya con setenta y dos años, y no tenía un mando fijo, se encontraba mayor y cansado, lo que le decidió a elevar a la Reina Gobernadora una licencia para viajar a la Habana, la cual le fue concedida, cruzando de nuevo el océano en un buque mercante, se encontraba en su casa de la capital de la isla, cuando el día 6 de enero del año 1839, le sobrevino el óbito por causas naturales, contando con setenta y tres años de edad, de ellos cincuenta y cuatro en la Real Armada.

Condecoraciones

Entre otras condecoraciones estaba en posesión de: Gran Cruz del Mérito Naval con distintivo blanco, Placa de la Gran Cruz de la Real Orden Americana de Isabel la Católica y Placa de la Gran Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo.

Fuentes

  • Barbudo Duarte, Enrique.: Apresamiento de la escuadra francesa del almirante Rosilly en la bahía de Cádiz, el 14 de junio de 1808. Colección Fragata. Cádiz, 1987.
  • Cantillo, Alejandro del.: Tratados, Convenios y Declaraciones de Paz y de Comercio desde el año de 1700 hasta el día. Imprenta Alegría y Chalain. Madrid, 1843.
  • Enciclopedia General del Mar. Garriga. 1957. por el contralmirante don Carlos Martínez-Valverde y Martínez.
  • Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española, desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Museo Naval. Madrid, 1973.
  • González de Canales, Fernando. Catálogo de Pinturas del Museo Naval. Ministerio de Defensa. Madrid. 2000.
  • Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.
  • Válgoma, Dalmiro de la. Finestrat, Barón de.: Real Compañía de Guardia Marinas y Colegio Naval. Catálogo de pruebas de Caballeros aspirantes. Instituto Histórico de Marina. Madrid, 1944 a 1956. 7 Tomos.