Molinos de Pólvora

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Molinos de Pólvora El proceso comienza con una maza accionada por el agua, triturando el salitre, seguidamente se mezcla el salitre con el carbón y el azufre, se humedece dicha mezcla y se bate en las mazas de los molinos durante un período aproximado de ocho días. Terminado este proceso con los resultados requeridos se obtiene la pólvora, formándose unas bolas que se dejan secar al sol.


Reseña histórica de los Molinos de Pólvora

La historia de estos molinos es apasionante. Durante siglos permanecieron activos a pesar de diferentes transformaciones, y su arraigo ha sido tal que ninguna circunstancia desfavorable ha podido acabar con su continuidad hasta fechas recientes. La industria de la pólvora ha condicionado profundamente la historia de Villafeliche, que no se entendería sin ella.

Lo más destacado de Villafeliche es su pasado dedicado a la pólvora, que se documenta ya en la localidad desde el siglo XVI y que tiene lugar de forma intensa hasta el siglo XIX, cerrando definitivamente su último molino en 1964. Esta actividad provocó el desarrollo de actividades complementarias, como la alfarería, necesaria para encapsular la pólvora y poder venderla. Unos doscientos alfares se llegaron a contar dedicados no solo a esta actividad auxiliar, sino también a la cerámica vidriada de colores azules.

Los dichos populares se han encargado de mantener el recuerdo: arde mejor que la pólvora de Villafeliche. Contando actualmente con restos materiales de este paisaje preindustrial que nos ayudan a comprender esta importante actividad económica, que determinó el pasado del lugar y de su entorno. La Real Fábrica de Villafeliche compartió el abastecimiento de pólvora con otras Reales Fábricas asentadas en Granada, Murcia, Manresa y posteriormente en Pamplona y Ruidera. La de Villafeliche se diferenciaba del resto porque era de titularidad mixta. Los molinos eran de propiedad particular, la acequia era comunal y sobre la corona recaía la gestión de la producción, el abastecimiento de materias primas y la concesión de licencias. Este modelo fue exportado a América y Filipinas, por su alta rentabilidad y bajo coste. En relación a la fabricación de la pólvora se desarrollaron otros oficios, como los alfareros, de gran tradición en Villafeliche, tejedores de lienzos, cereros, salitreros, carboneros y trajineros.

Estructura antigua, proceso de los Molinos de Pólvora

Eran rectangulares, de unos seis metros cuadrados, levantados de mampostería y tejado a un agua. Alrededor estaban ubicados almacenes, oficinas, puesto de guardia y edificios para la preparación de la pólvora negra, que estaba compuesta de una mezcla de salitre, azufre y carbón.

Los mazos de los molinos de pólvora son verticales, cayendo sobre unas grandes pilas de sillería, algo similar a un mortero de grandes dimensiones. Para evitar que la mezcla explosionase, se trabajaba con la emulsión humedecida, con la popular pólvora mojada. Una vez machacados, los componentes se mezclaban en pequeños tinos de madera, similares a las cubas del vino, que también eran agitados por el mismo eje de la noria. Estos molinos dedicados a la fabricación de la pólvora, estaban dotados de una maquinaria similar a la de los molinos de harineros, martinetes y batanes, movidos por energía hidráulica por lo que estaban situados a las orillas de los ríos.

Fuentes