Museo del juguete argentino

Museo del juguete argentino
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Institución con sede en Bandera de Argentina Argentina
Museo del Juguete de Figueres Cataluna.jpg
Fundación:1945
País:Bandera de Argentina Argentina


Museo del juguete argentino. Desde su formación, en 1945, la Cámara Argentina de la Industria del Juguete consideró entre sus objetivos la creación de una exposición permanente de juguetes que conservara una muestra de lo que la industria producía para las generaciones futuras. Desde entonces, la creación de un museo fue un anhelo compartido que recién se concretó hace algunos años, cuando un grupo de jóvenes industriales empezó a reunir una colección, a hacer exposiciones, fundando el Museo del Juguete Argentino.

Propósitos

Este museo se propone reconstruir la historia de los juguetes fabricados en el país como parte esencial de nuestra memoria compartida y hacer público el patrimonio común a través de exposiciones, investigación y publicaciones. Es un espacio privilegiado para acercarnos al pasado porque los juguetes nos hablan de las infancias vividas pero también de los modos de entender el mundo de cada sociedad, de cada época, y de las formas de vivir y de trabajar. Las actividades y propuestas educativas y culturales buscan que el juguete argentino se entienda como parte de un entramado complejo donde intervienen historia, sociedad, industria y tecnología.

El patrimonio museístico está formado por una colección de juguetes y un archivo de documentación.

Objetivos del Museo

  • Conservar juguetes para que sean testimonios de su tiempo y de las diferentes condiciones de vida de los niños.
  • Reunir y contar historias sobre los modos de jugar.
  • Aprender a ver en los mismos juguetes las huellas de los procesos que hicieron falta para crearlos, fabricarlos y acercarse de esa manera a la historia de la industria y del país.

Inicios de la industria de juguetes en Argentina

Sus inicios datan desde las últimas décadas del siglo XIX y su desarrollo puede ser dividido en diferentes períodos caracterizados por la tecnología aplicada a la fabricación, la envergadura de las fábricas, la organización del gremio y el vínculo entre industria e infancia.

El primer período que se inicia hacia 1870 con la aparición de algunos pequeños talleres dedicados a la fabricación de velocípedos (como se llamaba a los rodados), los primeros juguetes que se hicieron en el país. El censo de 1910 menciona la existencia de cinco establecimientos de este tipo ubicados en la ciudad de Buenos Aires cuyos dueños eran todos inmigrantes. Los juguetes elaborados eran inaccesibles para la mayoría de los chicos, pero los pioneros de la fotografía infantil los incluyeron en la escenografía de sus estudios dándoles de ese modo un lugar de privilegio en las imágenes de una infancia ideal.

A principios del siglo XX surgen firmas que elaboran juguetes de papel y cartón producción vinculada a los populares carnavales y juegos de sociedad que requerían una adaptación al idioma y a la idiosincrasia nacional. Estos juguetes conviven con los productos importados que constituyen la mayor parte de los juguetes disponibles en bazares y jugueterías.

Las consecuencias del estallido de la Primera Guerra Mundial favorecen el desarrollo de estas fábricas ya existentes y la apertura de otras igualmente pequeñas. Este período culmina en 1935, cuando se empiezan a producir en Buenos Aires los primeros juguetes de hojalata –Hojman, Matarazzo y FAM-. A partir de entonces y hasta 1946 se da un segundo período marcado por el ingreso del país a una economía de sustitución de importaciones y la actividad fabril de más de 35 establecimientos que estaban en condiciones de responder a la demanda interna.

Este proceso se intensifica durante el transcurso de la Segunda Guerra Mundial. Se trata de una industria desorganizada aún en términos gremiales, muy artesanal en sus procedimientos productivos y marcada por cierta improvisación, aunque pujante y con perspectivas de desarrollo. Al mismo tiempo, las pautas de crianza y la visión acerca del bienestar de los niños son influenciadas por las corrientes educativas escolanovistas, froebelianas y montessorianas y alientan una mirada positiva sobre los juguetes como necesidad infantil.

Entre 1946 y 1955 se da un tercer período dominado tanto por las políticas de protección infantil como por la tendencia industrializante que caracterizaron al gobierno peronista. La industria creció notoriamente gracias a la compra, por parte de la Fundación Eva Perón, de juguetes para repartir entre los niños, y a otras normativas que favorecieron el acceso de los sectores populares a nuevos bienes. En 1947 había ya 259 establecimientos dedicados a fabricar juguetes, se habían sextuplicado respecto del total de fábricas en el país, ocupaban 3181 obreros y estaban en condiciones de vender a precios más accesibles.

Una mayor disponibilidad de juguetes y la creciente empatía con las necesidades de la infancia facilitaron y consolidaron un vínculo inédito entre el estado, los niños y los juguetes durante estos años. Los juguetes fueron vistos como una necesidad y un derecho de la infancia y ya no como un artículo suntuario. A lo largo de ocho años, entre la navidad de 1947 y Reyes de 1955, y como parte de las políticas orientadas a mejorar la situación de la niñez, en cada período de fiestas navideñas se repartieron entre dos y dos millones y medio de juguetes. Los juguetes contribuyeron a incluir a los niños en el proyecto de país simbolizando el lugar de privilegio que estaban llamados a ocupar en él.

En 1955, con el derrocamiento del peronismo, se inicia un cuarto período caracterizado por el auge de los juguetes nacionales y un marcado desarrollo de la industria. Son varios los aspectos a considerar: el valor otorgado a los juguetes como motor del desarrollo infantil, la costumbre ya instalada de regalarlos, un conjunto de fábricas establecidas y con capacidad de crecimiento, la incorporación de nuevos materiales como los plásticos que abarataron el producto final, los viajes de los industriales para traer ideas, matrices y máquinas, las políticas proteccionistas que mantuvieron resguardada a la industria de la competencia con mercados más desarrollados.

Éstos fueron algunos de los elementos que se conjugaron para que entre 1960 y 1978 la industria proveyera casi la totalidad de los juguetes con los que jugaban los niños argentinos y las marcas nacionales fuesen tan prestigiosas como lo habían sido las importadas en las primeras décadas del siglo. Este período cierra en 1978, con la apertura a la importación del gobierno de facto.

El último período se inicia con una industria debilitada y en crisis y se caracterizará precisamente por su inestabilidad. Durante los años que van de 1980 a 1994 se produce la retracción casi total de esta industria, podríamos decir su desmantelamiento. Entre 1991 y 1992 cierran 61 fábricas, otras se achican, algunas se reconvierten en firmas importadoras o continúan con una actividad mixta. También el tipo de productos cambió sustancialmente, los diseños de los juguetes se vincularon más a la televisión y al cine y se generalizó el uso de licencias internacionales.

En posteriores años, la industria juguetera ha venido revirtiendo las consecuencias de la fuerte desindustrialización de los años noventa. Es posible que de la gran crisis sufrida surgiera esta necesidad de la Cámara Argentina de la Industria del Juguete de rescatar el pasado como una manera de recomponer los rasgos de identidad y fortalecer el gremio.

Colección

La colección reúne juguetes fabricados en el país durante el siglo XX. Recorre las principales marcas argentinas así como también abarca diversos tipos de juguetes, variedad de materiales y procedimientos de fabricación.

A los juguetes clásicos se suman muchos otros juguetes menos célebres pero sumamente valiosos en términos históricos y patrimoniales.

Muchos de ellos no han sido usados nunca pero otros conservan todavía las huellas del trajín del juego.

Al verlos, es posible imaginar a los niños que los usaron pero también a las personas que los hicieron, los materiales, las máquinas y las herramientas que se utilizaron para hacerlos.

Véase también

Fuente