Nicolás Louis de Lacaille

Nicolás Louis de Lacaille
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Nacimiento15 de marzo de 1713
Rumigny Bandera de Francia Francia
Fallecimiento21 de marzo de 1762
París, Francia

Nicolás Louis de Lacaille: destacado astrónomo y matemático francés.

Datos biográficos

Nicolás Louis de Lacaille nació en en Rumigny, cerca de Reims, en Ardennes, Francia, el 15 de marzo de 1713.

Conocido en su tiempo por su dignidad religiosa (fue abad de Lacaille), es recordado en la actualidad por por haber descubierto y puesto nombre a numerosas estrellas y constelaciones.

Condenado a la pobreza tras la muerte de su progenitor (que había trabajado en casa de la duquesa de Vendôme), mostró desde su infancia una rara habilidad para el estudio de las Matemáticas y la Astronomía, así como un profundo interés por los conocimientos teológicos. El duque de Bourbon, que había reparado en esta inteligencia natural del joven Nicolás-Louis, costeó su formación académica, primero en Nantes y, poco después, en París, donde el futuro astrónomo cursó con provecho la carrera de Teología, como alumno del prestigioso College de Lisieuxs.

Sin embargo, tras haber tomado las órdenes de diácono se desentendió de la carrera religiosa para concentrarse de lleno en el estudio de las disciplinas científicas.

Trayectoria

En 1737 ingresó en el Observatorio de París, donde entabló amistad con el destacado astrónomo Jacques Cassini, bajo cuyo patrocinio obtuvo un empleo como inspector en los trabajos de medición del arco del meridiano desde Perpignan a Dunkerque. Esta complejo operación, que tardó dos años en realizarse, fue felizmente concluida gracias a al esfuerzo y los conocimientos de Lacaille, quien presentó en 1739 una nueva medición en la que estaban subsanados los errores cometidos por Cassini en la medición llevada a cabo en 1718. Con este trabajo demostró, además, que los arcos del meridiano son más largos en el Ecuador que en los casquetes polares, con lo que vino a probarse que la Tierra tenía la forma de una esfera achatada por sus polos.

Como recompensa a este brillante trabajo, el abad de Lacaille fue admitido en la Academia Real de las Ciencias (1741) y nombrado profesor de Matemáticas en la célebre Universidad de Mazarin, donde, a partir de 1746, dispuso de un observatorio astronómico creado por indicaciones suyas. Mientras trabajaba arduamente en este centro, concibió el magno proyecto de organizar una expedición astronómica a un enclave del Sur del planeta, para observar con detenimiento el cielo desde el hemisferio austral y estudiar las constelaciones meridionales.

Esta expedición, aprobada por las autoridades francesas en 1750, partió a finales de dicho año hacia el Cabo de Buena Esperanza, donde instaló un pequeño observatorio en el que el propio Lacaille trabajó con ahínco durante más de dos años. Especial significación, dentro de este período de trabajo en el Sur de África, tuvieron las ciento veintisiete noches en que, de forma consecutiva, se dedicó a fijar la posición de casi diez mil estrellas del cielo austral, lo que le permitió describir catorce nuevas constelaciones, a las que él mismo fue bautizando con nombres que han perdurado hasta nuestros días. Se trata de Antlia, Caelum, Circinus, Fornax, Horologium, Mensa, Microscopium, Norma, Octans, Pyxis, Reticulum, Sculptor, Telescopium y Mosca (ésta última no descubierta, pero sí re-bautizada por el astrónomo francés).

En 1753, antes de retornar a su país natal, aprovechó su estancia en el hemisferio sur para determinar las posiciones cartográficas de las islas Mauricio y Reunión, que entonces pertenecían a la Corona francesa (bajo los nombres de Isla de Francia e Isla Borbón). Finalmente, regresó a Francia en 1754 y se enfrascó en la redacción de varias obras en las que fue exponiendo las conclusiones y los hallazgos habidos tras su exitosa expedición. Se trata de volúmenes tan valiosos para la historia de la Astronomía como Astronomiae fundamenta (Fundamentos de Astronomía, 1757), Tables solaires (Tablas solares, 1758), Coelum australe stelliferum (1763), Journal historique du voyage fait au cap de Bonne-Esperance (Diario histórico del viaje al Cabo de Buena Esperanza, 1763), y Observations sur 515 étoiles du Zodiaque (1763).

Además de estas obras, Lacaille escribió otros tratados en los que dejaba constancia de sus saberes y experimentos en Matemáticas, Física y otras disciplinas científicas que fueron objeto de su atención. Se trata de obras tan notables como Lecciones elementales de Matemáticas; Lecciones elementales de Mecánica; Lecciones elementales de Astronomía; Tratado de Óptica; y Tablas de logaritmos.

La celebridad pública de que gozaba, tanto entre el vulgo como en instancias políticas y oficiales, desde su regreso a Francia en 1754 le tenía ciertamente apesadumbrado, pues estimaba que las obligaciones derivadas de esta fama le quitaban tiempo para seguir escrutando el cielo, redactando sus obras y, en suma, desempeñando su labor intelectual. Así las cosas, a comienzos de la década de los sesenta se entregó de lleno a la construcción de un nuevo punto de observación que le permitiera determinara con precisión todos los astros del Zodíaco.

El propio Lacaille llevaba a gala esta capacidad suya para el trabajo, y solía alardear, al final de su vida, de que él solo había realizado más cálculos y observaciones que el resto de los astrónomos de su tiempo. Entre otras aportaciones no citadas hasta ahora, cabe añadir su tabla de predicciones de eclipses durante mil ochocientos años.

Fallecimiento

Obsesionado con este proyecto de la tabla de predicciones de eclipses, no prestó atención a una grave afección de gota que se le había presentado, y que se agravó considerablemente con el exceso de trabajo, hasta llegar a provocar su prematura desaparición cuando aún no había cumplido los cincuenta años de edad.

Nicolás Louis de Lacaille falleció en París, Francia, el 21 de marzo de 1762.

Fuentes

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