Nueva trova cubana

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La Nueva Trova cubana
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Concepto:Movimiento artístico musical desarrollado en Cuba.

La nueva trova cubana es una de las facetas más interesantes de la música cubana. En su contexto creativo surgieron unos y se desarrollaron otros de los géneros de la cancionística popular más desarrollada. Principalmente la guitarra y también otros cordófonos son el ámbito instrumental en que la voz, el canto, la poesía, encuentran sustentos y entornos tímbricos y armónicos.

La Trova

En la Trova se revelan las esencias genéticas hispánicas de orden musical y literario en la cultura cubana, desarrolladas creativamente, amplificadas, multiplicadas, en el más amplio sentido del concepto de hispanidad. También las afroides, igualmente llamadas con razón afrocubanas, que históricamente aparecen en la trova a partir de su entrecruzamiento con el Son cubano en una de sus etapas de evolución.

Definición

Es un fenómeno estético nacido en la segunda mitad de la década del 60 en Cuba, es la continuación de movimientos trovadorescos anteriores como la llamada trova tradicional y el feeling.

En este movimiento trovadoresco es más usual un modo de hacer más intimista y al mismo tiempo una preocupación por la comunicación estrecha con el público.

Historia

Silvio Rodríguez en sus inicios en la nueva trova cubana.

La trova cubana surge como creación autoral en la segunda mitad del siglo XIX y se adentra de manera profunda en el siglo XX. Desde sus inicios fue expresión de confluencias de las músicas que sonaban en los cantos populares anónimos, con expresiones de la música profesional que tuvieron su origen en el teatro musical, incluyendo el operístico. Resaltan nombres entre otros muchos como los de José Sánchez, Sindo Garay, Alberto Villalón, Rosendo Ruiz Suárez, Patricio Ballagas, Manuel Corona, creadores de boleros, canciones, guarachas, habaneras conformadoras de la bien llamada trova tradicional. Con ella se fijó en la cultura popular de Cuba la imagen nunca ausente del cantautor bohemio, cronista reflexivo de asuntos humanos y del amor en todos sus matices.

En el siglo XX se desatan con mayor fuerza el sincretismo y paralelamente la proyección creativa autóctona trovadoresca, no sólo con sus valores con el son, expresados en primer lugar en la obra de Miguel Matamoros y su emblemático trío. Dúos como los de María Teresa Vera y Rafael Zequeira, el también famoso de Los Compadres con Lorenzo Hierrezuelo (Compay Primo) y Francisco Repilado (Compay Segundo), sextetos, septetos, conjuntos, bandas cubanas y otros formatos. Más adelante otros cantautores establecerían un nuevo estilo basado en una poética coloquial e intimista y en soluciones armónicas cercanas al blues y el impresionismo. Esta corriente, gran enriquecedora del bolero y llamada feeling, ha tenido voces de la talla de César Portillo de la Luz, Marta Valdés, José Antonio Méndez y Frank Domínguez, entre otros grandes exponentes. Este estilo dio paso a las primeras canciones de Pablo Milanés, quien dotado de una bella y bien conducida voz, reverdece en sus obras la potencialidad lírica de la cancionística cubana. Paralelamente, Silvio Rodríguez irrumpe directamente en la nueva estilística trovadoresca, incorporando nuevos signos y mensajes, tenidos hasta entonces como propios del discurso prosístico.

Ambos son iniciadores y a la vez consagradores de lo que posteriormente se denominó La Nueva Trova. Esta generación cuenta con numerosos e interesantes cultores, entre los que se destacan Noel Nicola, Sara González, Pedro Luis Ferrer, Vicente Feliú, Augusto Blanca, Martín Rojas, Amaury Pérez, Eduardo Ramos, Carlos Varela, Lázaro García, entre otros, quienes prodigan variantes clásicas y recursos novedosos en concepción e interpretación. En los años posteriores puede hablarse de las últimas hornadas de trovadores, que en la capital han sido identificados como la novísima trova, los topos y otras denominaciones.

De la Trova han sido tributarios músicos cubanos de disímiles generaciones, tan diversos en expresión como Benny Moré, Bola de Nieve, Frank Fernández, Juan Formell, Pepe Ordás y Leo Brouwer.

El cambio total de la tabla de valores en la sociedad cubana a partir de 1959 hizo que la nueva jornada de trovadores surgiera con una gran fuerza expresiva y que a ella se sumaran compositores de las más variadas formas en cuanto a composición y modos de hacer, es por ello que la nueva canción cubana, también llamada así, como forma de enmarcarla en un movimiento que también se desarrolla en todo el mundo hispano, donde se muestra en todo momento una preocupación marcada por textos de factura más elaborada y un acercamiento notable a la más alta poesía contemporánea. Es en esta etapa donde más obras poéticas son musicalizadas y más relación existe entre trovadores y poetas.

Entre los fundadores de la Nueva Trova Cubana se encuentra Augusto Blanca Gil (n. 1945), pintor, escenógrafo, actor teatral, compositor y cantante nacido en Banes (provincia de Holguín).

Fuente