Operación Silencio

Operación Silencio
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Operación de la CIA contra Cuba.
Fecha:6 de enero y el 4 de marzo de 1961
Lugar:Bandera de Cuba Cuba
País(es) involucrado(s)
Bandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos


Operación Silencio. Plan de la CIA contra Cuba para abastecer a las bandas de alzados en la región montañosa del Escambray. Se desarrolló entre el 6 de enero y el 4 de marzo de 1961. Consistía en mantener inactivas las bandas de alzados para proceder a efectuarles los lanzamientos de armas y pertrechos sobre esas montañas utilizando Avión C-46 y Avión C-47. Todo ello como parte de los preparativos para la invasión de la Brigada 2506.

Mientras se estaba llevando a cabo esta operación para abastecer a las bandas del Escambray, se produjeron operaciones de suministro en otras regiones del país, tanto por vía aérea como marítima, con el doble propósito de abastecer a otros focos de alzados y no poner en evidencia la zona por donde iba a producirse la invasión.

Historia

Después que la CIA llevaba más de tres meses estimulando los alzamientos en el Escambray, utilizando como instrumento a las principales organizaciones contrarrevolucionarias de corte terroristas como el Movimiento de Recuperación Revolucionaria (MRR), el Movimiento Revolucionario del Pueblo (MRP) y Rescate, entre otras, decidió comprobar cuál era la situación operativa de esta región montañosa.

En septiembre de 1960, la CIA lanzó en paracaídas sobre el Escambray a uno de sus agentes, un individuo de nacionalidad norteamericana nombrado Richard Pecoraro, con la tarea de entrevistarse con los principales jefes de alzados, conocer sus necesidades materiales y financieras y recomendar las medidas organizativas más convenientes, para que las bandas intensificaran la ejecución de acciones terroristas en vísperas de la invasión que se estaba gestando.

Operaciones aéreas

A finales de ese mismo mes comenzarían a producirse las primeras operaciones aéreas de lanzamiento de armas y otros pertrechos con destino a las bandas de alzados.

En el mes de septiembre se conoció a través de un agente de la Seguridad del Estado que la Embajada norteamericana en La Habana solicitaba el nombre de un lugar del Escambray y sus alrededores inmediatos, cerca de un campamento de alzados, para lanzarles armas por vía aérea.

Para contrarrestar los futuros planes del enemigo, en el Escambray habían sido desplegados unos mil milicianos, mayoritariamente de origen campesino, bien entrenados, equipados con armas automáticas y dirigidos por oficiales del Ejército Rebelde y apoyados por las milicias obreras de Manicaragua y Cumanayagua y por una compañía de la Escuela de Responsables de Milicias de Matanzas, una batería de morteros y una de bazucas del Ejército Rebelde.

Entre septiembre y diciembre de 1960, las operaciones militares realizadas en las montañas del Escambray, al centro y sur del país, bajo el mando del comandante Manuel Piti Fajardo, demostraron que la región estaba bajo el control de las fuerzas revolucionarias.

Pero a finales de 1960 cuando la CIA preparaba la invasión armada y se disponía a realizar la “Operación Silencio” para abastecer de armas y pertrechos a las bandas de alzados del Escambray, la dirección de la revolución se percató de que el enemigo había concentrado su atención en esta región.

Movilización revolucionaria

Por orden del presidente cubano Fidel Castro fueron movilizados hacia allí unos 60 mil milicianos organizados en 80 batallones de todas las provincias, según la siguiente distribución: de Pinar del Río 10, de La Habana 20, de Matanzas 5, de Las Villas 25, de Camagüey 10 y de Oriente 10.

El denominado agente de la CIA “Comandante Augusto” apoyó a los alzados en el Escambray con armas, parque, dinero, y coordinó con la Estación de la CIA que funcionaba en el interior de la Embajada norteamericana en La Habana, para garantizar la ejecución de los lanzamientos aéreos de la “Operación Silencio”.

Desde La Habana, la CIA les envió armas por tierra a los alzados del Escambray entre los meses Diciembre de 1960 y Abril de 1961. Sin embargo, la principal vía de suministros utilizada por la Agencia antes de la invasión fue la vía aérea.

Todos estos envíos aéreos de armas, sin excepción, cayeron en poder de las milicias, que en la tarea de ubicar los paracaídas y recoger las cargas, contó con la colaboración de los campesinos.

En el interior de una de las cajas ocupadas apareció un sobre bien cerrado dirigido al agente CIA Francisco Cartas que contenía varios pads de cifras.

Entre los días 8 y 16 de febrero, al norte de Las Villas, la CIA envió un grupo de elementos terroristas junto con un radista, con la misión de recibir un lanzamiento de armas que se iba a producir en la zona norte de Yaguajay y abrir un frente de alzados, los que fueron capturados por las fuerzas revolucionarias.

Entre septiembre de 1960, con el lanzamiento en paracaídas del agente CIA Richard Pecoraro y mediados de abril de 1961, con la captura del agente CIA Lawrence William Patten Tabares, se detectaron más de 30 operaciones de infiltración, y/o exfiltración, lanzamientos aéreos o desembarcos de armas y envíos de abastecimientos a los alzados por vía terrestre.

Estas operaciones pueden desglosarse de la siguiente forma:

  • Lanzamiento aéreo de armas: 8 (aislados)
  • Lanzamiento aéreo de armas: 6 (“Operación Silencio”)
  • Entrega de armas vía terrestre: 2
  • Ocupación de armas en un cayo: 1

Los lanzamientos aéreos para fortalecer a las bandas de alzados se convirtieron de hecho en operaciones de abastecimiento a las fuerzas revolucionarias. La “Operación Silencio” con sus 6 lanzamientos de armas y pertrechos en apoyo a la Operación Pluto, había fracasado.

Muchas de estas armas y medios bélicos norteamericanos fueron exhibidos en la base del monumento a José Martí, en la Plaza de la Revolución de La Habana.

El propio inspector general de la CIA en la época, Lyman Kirkpatrick, reconoció no solo la existencia de estas operaciones de suministro de las bandas que operaban en Cuba, sino también su fracaso, en un informe recientemente desclasificado por el Gobierno de los Estados Unidos: "En total, alrededor de 151 000 libras de armas, municiones y equipos se enviaron por aire. Pero no se lanzaron realmente más de 69 000 libras de todo eso, pues el resto fue devuelto a la base. De estas 69 000 libras, por lo menos 46 000 fueron capturadas por las fuerzas de Fidel Castro, que se apoderaron de diez cargamentos, mientras que nuestros agentes solo pudieron recuperar tres".

Fuentes