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Púrpura Trombocitopénica Inmunológica |
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| Clasificación: | Enfermedad hemorrágica |
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Púrpura Trombocitopénica Inmunológica, síndrome clínico más frecuente en mujeres jóvenes y niños, se expresa por manifestaciones purpúricas y hemorragias viscerales, de causa variada y patogenia autoinmune. Cursa con trombocitopenia y médula megacariocítica.
Con frecuencia se demuestra anticuerpos antiplaquetarios.
Diagnóstico clínico
- Síndrome purpúrico. Equimosis, petequias y a veces víbices diseminadas por la piel y las mucosas.
- Sangramiento visceral. Hematurias, epistaxis, menometrorragias, y con menos frecuencia, hemorragias digestivas y del sistema nervioso central.
- Evolución aguda en unos casos y crónica en otros, con períodos de remisión y recaídas.
- Ausencia de anemia, excepto cuando hay hemorragia importante.
- Ausencia, por lo general, de esplenoadenomegalia.
- Se debe tener presente que este síndrome es con cierta frecuencia el inicio de un lupus eritematoso diseminado, de un línfoma u otras enfermedades.
Cuando no se encuentra la causa se habla de púrpura trombocitopénica.
Exámenes de laboratorio
- El conteo de plaquetas evidencia plaquetopenia con anisocitosis trombocítica.
- Prueba de Rumpel - Leede positiva.
- Tiempo de sangramiento prolongado.
- Consumo de protrombina alterado.
- Coágulo poco a nada retráctil.
- Medulograma. Sistema megacariopoyético normal o hiperplástico: más del 60 % de megacariocitos inactivos, eosinofilia.
- Si se sospecha alguna enfermedad de base, se indicarán las investigaciones pertinentes.
- Búsqueda de anticuerpos antiplaquetarios. Supervivencia acortada de las plaquetas.
Tratamiento
- Mantener al paciente en reposo si la hemorragia es importante, y evitar los traumatismos, sobre todos los craneales.
- Dieta normal.
- Transfusiones de sangre en pacientes con hemorragias severas o con peligro de sangramientos intracraneales. La sangre debe ser fresca y para envasarla debe utilizar frascos plásticos o siliconizados.
Es preferible transfundir concentrados de plaquetas. Las transfusiones de sangre casi nunca son necesarias, cuando no sea para detener temporalmente una hemorragia importante o preparar al paciente que va a ser intervenido quirúrgicamente. También se emplea el plasma rico en plaquetas.
- Hay casos que curan sin tratamiento.
- Administrar corticosteroides. Se indican en PTI agudo del adulto y en el tratamiento de entrada de todo PTI crónico.
- Prednisona. Dosis: 60 mg/día, la que se mantendrá hasta que haya mejoría clínica y hematológica: control del cuadro purpúrico hemorrágico y plaquetas igual o más de 100 000/mm3; después se reducirá la dosis progresivamente, hasta alcanzar una dosis mínima de sostén que se mantendrá por espacio de 2 meses, transcurridos los cuales será suspendida.
Si transcurrido el tiempo no hay mejorías clinicohematológica, se indicará practicar esplenoctomía.
- Esplenectomía. Permite remisión en el 60 % de los casos; en aquellos que son crónicos, asintomáticos y acompañados de trombocitopenia poco severa, pudiera diferirse la operación. Las indicaciones son:
- Casos crónicos que no responden a corticosteroides.
- En el caso de que coexistan la PTI y el embarazo, con excepción del uso de inmunosupresores, la conducta a seguir es similar a la indicada anteriormente. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que los esteroides pueden provocar toxemia gravídica o agravaria, trastornos placentarios y aumento de la frecuencia de abortos.
- Excepcionalmente, en casos agudos graves.
- Drogas inmunosupresoras. Se debe valorar su empleo en pacientes esplenectomizados que recidivan.
- Azathioprina. Dosis: 2,5 mg/kg/día, por vía oral.
- 6 - mercaptopurina. Dosis: 2,5 mg/kg/día, por via oral.
- Se han utilizado otras drogas inmunosupresoras, pero sus resultados no superan a las anteriores. Entre ellas tenemos la ciclofosfamida, el methotrazate, la vincristina, la vinblastina y la L-asparaginasa.
También han sido utilizadas altas dosis de IgG.
Fuente