Pablo Díaz Díaz

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Pablo Díaz Díaz
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Pablo Diaz Diaz (1926-2021), poeta repentista cubano.jpg
Nacimiento20 de febrero de 1926
finca Las Lometas,
poblado de Tamarindo,
municipio de Florencia,
provincia de Ciego de Ávila,
República de Cuba Bandera de Cuba
Fallecimiento25 de enero de 2021 (94 años)[1]
poblado de Tamarindo,
municipio de Florencia,
provincia de Ciego de Ávila,
República de Cuba Bandera de Cuba
ResidenciaTamarindo
Nacionalidadcubana
Ciudadaníacubana
Educaciónprimaria
Ocupacióncampesino y poeta
PadresJuan y María

Pablo Díaz Díaz (Florencia, 20 de febrero de 1926 - Tamarindo, 25 de enero de 2021) fue un campesino, poeta, repentista y decimista cubano, miembro de la UNEAC desde 1987.[1]

Junto a Volpino Rodríguez (1926-2018) fueron los únicos campesinos miembros de la UNEAC. Obtuvo muchos premios y condecoraciones, lo que lo han hecho merecedor del respeto y admiración del pueblo.

Síntesis biográfica

Pablo Díaz Díaz nació en la finca Las Lometas, cercana al poblado de Tamarindo, donde pasó la niñez junto a sus padres Juan y María, siendo el hijo menor de una familia de nueve hermanos. A la edad de 10 años comenzó asistir a una escuela cívico-militar donde cursó solo hasta el tercer grado, teniendo que abandonar la misma para ayudar a su padre en las labores agrícolas producto de la situación en ese momento. Fue creciendo y siendo adolescente comienza a trabajar como jornalero en la colonia Falla realizando trabajo de machetero para ganarse la vida.[2]

Aprendió a escribir décimas de solo oír a otros poetas cantar o improvisar.

El 23 de abril de 1969, en la Casa de Cultura José Martí del poblado de Tamarindo, fue fundador ―junto con Juan Concepción Soler (1905-1997) y Lucas Buchillón (1935-1977)― del primer taller literario campesino del país.[3]

En 1987 fue uno de los miembros fundadores de la filial de la UNEAC en la provincia de Ciego de Ávila.

En 1975 ganó el Encuentro Nacional de Talleres Literarios.

Publicó el plegable Remembranzas (Editorial Ávila, 1991). En Buen tiempo para sembrar (Editorial Ávila, 2004), con selección y prólogo de Ileana Álvarez, se compila su obra de más de cuarenta años.

Ha publicado, además, los libros de décimas Tan serio como una tusa (Editorial Ávila, 2009), donde recoge sus versos jocosos, y Tengo en la manigua un pie (Editorial Ávila, 2013).

Al triunfar la Revolución cubana (1959), con 33 años de edad, renació un nuevo brío en su camino, la vida cambió, y comenzó a trabajar en obras públicas. Un poco más tarde se traslada a trabajar durante varios años como oficinista en la empresa Cubatabaco. En aquellos tiempos de forma cíclica, es decir, en tiempo que se mantuviese trabajando la recogida, luego decide incorporarse a las labores agrícolas donde pasó todo el resto de su vida.

Escribió desde su juventud siendo su principal disfrute, no por ser tan solo un campesino sus poemas dejaron de expresar y tener belleza y sentimientos que reflejarían cada vivencia en la vida de dicho poeta.

En presencia del poeta (de 93 años), en marzo de 2019 se otorgaron por primera vez los Premios de Décima de Humor Pablo Díaz Díaz, en su honor.[4]

Falleció en su casa de Tamarindo el 25 de enero de 2021 a los 94 años.[5]

Publicaciones

  • Remembranzas (publicación plegable). Ciego de Ávila: Ediciones Ávila, 1991.
  • Tamarindo dulce (antología). Ciego de Ávila: Ediciones Ávila, 1997.
  • Sánchez, Francis (editor): Antología de la décima cósmica de Ciego de Ávila (Cuba). Ciudad de México: FAH (Frente de Afirmación Hispanista), 2002.[6]
  • Buen tiempo para sembrar (selección y prólogo de Ileana Álvarez). Ciego de Ávila: Ediciones Ávila, 2004.
  • La sombra en la espiga canta. Ciego de Ávila: Ediciones Ávila, 2004.

Publicó décimas humorísticas y de otros estilos en la revista Bohemia, la Verde Olivo, la ANAP y la Palante.

Un ángel que se ha dormido

Enero me trajo el luto
y el llanto que nadie calla
y soy en esta batalla
el perdedor absoluto.
En el marco de un minuto
un reloj se ha detenido;
y en un tiempo sin olvido
voy caminando al azar,
solo para despertar
a un ángel que se ha dormido.

Si supieras, hijo mío,
que no puedo imaginar
lo triste que es caminar
en un mundo tan vacío.
La soledad, el desvarío,
acrecientan mi amargura,
y después de la ruptura
de tu sangre y de tu pecho,
soy un esclavo maltrecho
de cuidar tu sepultura.

Sueño que vuelve tu mano
desde un lugar diferente
a poner sobre mi frente
todo el calor del verano.
Te siento llegar en vano
cuando mi pecho delira,
y que tu pulmón respira
igual que el de un hombre fuerte,
hoy me enteran que la muerte
me ha contado una mentira.

Te escucho llegar a prisa
en las montañas de frío
con el empeño baldío
de arroparte en mi camisa.
Miro la dulce sonrisa
de una novia que te espera;
por esa razón quisiera
permanecer a tu lado
hasta verte liberado
de tu cárcel de madera.

Desde aquella desunión,
tan inesperadamente,
no ha dejado una serpiente
de morderme el corazón.
Con esa separación
comenzó mi senectud,
y hoy te espero en la quietud,
de los recuerdos en pos
cuando quepamos los dos
dentro del mismo ataúd.

Con tu muerte comprendí
que es necesario ser fuerte
para mimarte y quererte
sin decir que te perdí.
Voy caminando hacia ti
mientras mis ánimos puedan,
y como mis sueños ruedan
rotos en un mundo aparte,
solo puedo regalarte
las lágrimas que me quedan.
Pablo Díaz Díaz[7]

Premios

Premios y reconocimientos

  • Dos premios en el concurso nacional Diecisiete de Mayo.
  • 2.º lugar en el concurso Jesús Menéndez.
  • 1.º lugar en el Encuentro Debate Nacional.
  • 3.º lugar en el concurso ICRT.
  • Premio Olga Alonso.
  • Premio Ornofay.
  • 2006: Premio Provincial de Cultura Comunitaria.
  • Premio Nacional Por los Senderos de la Historia, por la obra Décima.
  • 1er lugar en el concurso Batalla de Valverde.
  • 1er lugar en el concurso Frank País.
  • 3er Premio en Poesía Raúl Ferrer.

Distinciones

Medallas

Fuentes