Pacto de Cañuelas

Pacto de Cañuelas
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Fecha:24 de junio de 1829


El Pacto de Cañuelas se firma el 24 de junio de 1829, en la Estancia la Caledonio entre el General Juan Galo Lavalle y el Comándate General de Campaña Don Juan Manuel de Rosas. Este es uno de los pactos o tratados más importantes que ha tenido Buenos Aires en su historia pues tenía como objetivo detener la guerra civil que asolaba la provincia de Buenos Aires desde la revolución de diciembre de 1828 e iba a definir el destino de la Provincia hasta 1852.

Antecedentes

La revolución dirigida por el general unitario Juan Lavalle contra el gobernador, coronel Manuel Dorrego, había resultado rápida e incruenta, y el gobernador había huido. Perseguido por las fuerzas de Lavalle, fue derrotado en la batalla de Navarro, y fusilado por orden de su vencedor, que se hizo proclamar gobernador.

La revolución no había tenido problemas hasta ese momento, pero el fusilamiento le quitó adhesiones en todos lados: los gauchos del interior de la provincia se levantaron en forma de montoneras; muchos dirigentes de la ciudad de Buenos Aires se pronunciaron en contra de Lavalle; el general José María Paz se llevó una parte importante del ejército en una campaña contra Córdoba; el gobernador de la vecina provincia de Santa Fe, Estanislao López, inició una campaña contra el nuevo gobierno porteño; y el comandante de las milicias de la provincia, Juan Manuel de Rosas, se trasladó con parte de las mismas a Santa Fe.

Lavalle expulsó a sus enemigos de la ciudad, pero no pudo aplastar la rebelión de los gauchos. Avanzó sobre Santa Fe, pero López lo obligó a retroceder y luego lo persiguió hacia la capital. Las fuerzas de López y Rosas alcanzaron a Lavalle en puente de Márquez, derrotándolo. Desde entonces, Rosas puso sitio a Buenos Aires, impidiéndole a las fuerzas de Lavalle y a la población recibir toda forma de ayuda externa, incluidos alimentos. Cada vez más aislado, y apoyado solamente por una fracción exaltada del partido unitario, Lavalle no veía salida alguna a su posición. Pese a que logró evitar la toma de la ciudad por sus enemigos, no tenía fuerzas suficientes como para obligar a Rosas a levantar el cerco.

Negociaciones

Una noche, Lavalle partió hacia el cuartel general de Rosas, sito en Cañuelas, acompañado sólo por un ayudante. Llegó a la Estancia La Caledonia, residencia de Rosas en el Partido de Cañuelas , y se acostó en la cama de su enemigo, a esperarlo. Una leyenda cuenta que una criada de Rosas, enterada del curioso suceso, habría abandonado una lechada con azúcar que estaba cocinando para buscar a Rosas; al regresar varias horas después, habría descubierto que acababa de inventar accidentalmente el dulce de leche.

A la mañana siguiente, Rosas y Lavalle iniciaron negociaciones para llegar a algún tipo de acuerdo. No lograron acordar nada ese mismo día, pero los comisionados de ambos siguieron encontrándose en los días sucesivos.

El pacto

Las bases estipuladas para el Pacto fueron:

Artículo 1. Cesarán las hostilidades, y quedarán restablecidas, desde la fecha de la presente convención, todas las relaciones entre la ciudad y la campaña.

Artículo 2. Se procederá a la mayor brevedad posible a la elección de representantes de la Provincia con arreglo a las leyes.

Artículo 3. Quedando, como queda, el Comandante General don Juan Manuel de Rosas, especialmente, encargado de mantener y conservar la tranquilidad y seguridad de la campaña, tomará todas las medidas que juzgue convenientes, y proveerá, con noticia del Gobierno los empleos establecidos por las leyes y los que, atendidas las circunstancias extraordinarias, creyese necesario para el régimen y policía de ella hasta la instalación del gobierno permanente; debiendo ser auxiliado por el gobierno provisorio con los recursos de todo género necesario para este servicio.

Artículo 4. Verificada que sea la elección del gobierno permanente, el gobernador provisorio don Juan Lavalle y Comandante General don Juan Manuel Rosas, le someterán las fuerzas de su mando.

Artíulo 5. El Gobierno de la Provincia reconocerá y pagará las obligaciones otorgadas por el Comandante General Rosas para el sostén de las fuerzas de su mando.

Artículo 6. Los jefes y oficiales de línea y de milicias que han estado a las órdenes del comandante general don Juan Manuel de Rosas, tienen opción a los goces que les correspondan en sus respectivas clases.

Artículo 7. Ningún individuo de cualquiera clase y condición que sea será molestado ni perseguido por su conducta u opiniones políticas anteriores a esta convención; las autoridades serán inexorables con el que de palabra o por escrito contravenga a lo estipulado en este artículo.

Fracaso del pacto

Los unitarios interpretaron este acto de Lavalle como una traición, y si bien se formó la lista de unidad, en la víspera de la elección, presentaron una segunda lista, formada únicamente por unitarios. Dominada la ciudad por las tropas del ejército unitario, la lista rebelde triunfó sin problemas. Pero Rosas desconoció esa elección, se negó a levantar el sitio y cerró por completo todas las entradas a la ciudad, reiniciando inmediatamente los ataques sobre Buenos Aires.

Lavalle, que se había comprometido personalmente en Cañuelas, y sus colaboradores, que poco después admitieron que habían subestimado a Rosas, iniciaron nuevas negociaciones. El resultado de las mismas sería la Convención de Barracas: se llamaba de regreso a la legislatura que había existido en tiempos de Dorrego y el general Juan José Viamonte asumía el gobierno provisionalmente.

Pocos meses después, Lavalle y sus oficiales se habían exiliado, y Rosas asumía la gobernación.

Fuentes