Parque nacional de las Tablas de Daimiel (España)

Parque nacional de las Tablas de Daimiel (España)
Información sobre la plantilla
EntidadParque Nacional
 • PaísBandera de España España
 • ProvinciaCiudad Real
 • Comunidad autónomaCastilla-La Mancha
Superficie 
 • Total19 28 km²
Sitio web oficial
Tablas-deDaimiel1.jpg
Vista del Parque

El parque nacional de las Tablas de Daimiel es un parque nacional español que protege el humedal homónimo, las Tablas de Daimiel. Se encuentra situado en los términos de Daimiel y Villarrubia de los Ojos, en la provincia de Ciudad Real, en la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha. Es además ZEPA y parte de las Reservas de la Biosfera La Mancha Húmeda.

Las tablas de Daimiel es el último representante de un ecosistema denominado tablas fluviales, que se formaron por los desbordamientos de los ríos Guadiana y Gigüela en su confluencia, favorecidos por la escasez de pendiente en el terreno. Con su declaración se dio un gran paso en la conservación de uno de los ecosistemas más valiosos de la Mancha, asegurando así la supervivencia de la avifauna que utiliza estas zonas como área de invernada, mancada y nidificación, creando una Zona Integral de aves acuáticas.

  • Fecha de declaración: 1973 y reclasificó en 1980
  • El Parque Nacional de las Tablas de Daimiel está en pleno centro de La Mancha, en la provincia de Ciudad Real y entre los términos municipales de Daimiel y Villarrubia de los Ojos

Historia

El Parque Nacional de las Tablas de Daimiel .jpg

Una de las primeras referencias conocidas de Las Tablas de Daimiel se encuentra en el Libro de la Caza del infante Juan Manuel, allá por el año 1325 quien las describe como un lugar propio para la caza y donde afirma que su pertenencia corresponde a la Orden de Calatrava.

También se describen en las Relaciones topográficas mandadas realizar por el rey Felipe II en 1575, quien quedó tan satisfecho de este lugar que ordenó que lo guardasen muy bien.

A mediados del siglo XIX, las Tablas adquieren gran fama como magnífico lugar de caza, como así lo divulga D. Francisco Marti de Veses, que impulsa la Sociedad de Cazadores. En particular, el General Prim en 1870 y el rey Alfonso XII en 1875 cazaron en estos parajes. Ya en 1959 se dicta la Orden Ministerial por la que se prohibe definitivamente la caza en las Tablas y en 1966 Las Tablas de Daimiel se convierten en Reserva Nacional de Caza, reconociéndose la necesidad de iniciar un programa de protección y conservación de la fauna.

Hacia 1956 se pone en marcha un gran proyecto de desecación que afecta a más de 30 000 hectáreas de las cuencas de los ríos Guadiana, Záncara y Gigüela. Frente a este proyecto, destacó a favor de este entorno la voz de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza que, en 1963, incluye este paraje como área húmeda preferente del Continente Europeo.

Pero es a partir de los años 60 cuando comienzan los malos tiempos para las Tablas. Por un lado se aceleran las obras de canalización de los ríos manchegos desecando la zona y, por otro lado ya a comienzos de los 70, una extensión salvaje de regadíos acaba con los recursos hídricos del subsuelo. En pocos años el río Guadiana queda definitivamente seco produciéndose un desastre ecológico y geológico de graves consecuencias. La turba comienza a arder, bien de forma espontánea o inducida por incendios en tierras colindantes, produciendo vapores que salen a través de las grietas del terreno.

Turba ardiendo en las tablas

Como medida de protección y de finalización de la desecación de este enclave, se declara en 1973 el Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel y se crea una zona de Reserva Integral de aves acuáticas dentro del mismo y en 1980 se reclasifica el Parque Nacional.

En 1981 se incluye en el Programa MaB (Hombre y Biosfera) al declarar a la Mancha Húmeda como [[Reservas de la Biofera|Reserva de la Biosfera.

En 1982 se reconoce como Humedal de Importancia Internacional por el convenio Ramsar.

En 1988 se califica como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA).

A raíz de las intensas lluvias caídas en los años 1996 y 1997 se revitalizaron los ecosistemas del parque y se emprendieron distintas obras para conservar y asegurar la continuidad del mismo como Parque Nacional y en general de la Mancha húmeda.

Características

Es el último representante de un ecosistema denominado tablas fluviales, que se formaron por los desbordamientos de los ríos Guadiana y Gigüela en su confluencia, favorecidos por la escasez de pendiente en el terreno. Con su declaración se dio un gran paso en la conservación de uno de los ecosistemas más valiosos de la Mancha, asegurando así, la supervivencia de la avifauna que utiliza estas zonas como área de invernada, mancada y nidificación, creando una Zona Integral de aves acuáticas.

El equilibrio del hombre con el humedal se rompió hace unas décadas. Las actuaciones para desecar La Mancha húmeda precedieron a la explotación desmesurada de los recursos hídricos almacenados desde hace siglos en el subsuelo.

La sucesiva extracción de un volumen de agua muy superior a la recarga media anual fue provocando un desembalse importante del acuífero que se tradujo en un descenso progresivo del nivel freático, cuya principal consecuencia fue la anulación de las descargas naturales que se producían en los Ojos del Guadiana y en Las Tablas de Daimiel.

Las administraciones han puesto en marcha diversas medidas para restaurar el funcionamiento natural del ecosistema, cuya evolución se analiza rigurosamente. La conservación de Las Tablas de Daimiel no debería ser un conflicto entre intereses económicos y conservacionistas, sino la garantía de la explotación racional y sostenible de un recurso renovable tan vital como el agua.

Valores culturales

Tablas de Daimiel4 1.jpg

Una de las modificaciones humanas más importantes en Las Tablas y sus alrededores hasta el siglo XX han sido los molinos. Se llegaron a contabilizar hasta 14 molinos, alguno de los cuales se remonta a la Edad Media. Los molinos eran núcleos sociales donde se molía el trigo, se vendía la pesca y la caza, se podía comer, dormir e intercambiar productos.

Destacan los molinos: la fuerza con la que tradicionalmente corría el agua de los ríos podía mover piedras de moler; así, en Las Tablas y sus alrededores se llegaron a contabilizar hasta 14 molinos, alguno de los cuales se remonta a la Edad Media. Los molinos eran núcleos sociales donde se molía el trigo, se vendía la pesca y la caza, se podía comer, dormir e intercambiar productos. En el visitors centre se puede disfrutar de una breve exposición fotográfica con textos explicativos que, bajo el título de "Las Tablas.

Una exposición para conocerlas, conducirá por seis salas consecutivas hasta finalizar en la sala de audiovisuales: En la sala 1 se exponen temas relativos a la Red de Parques Nacionales, a la importancia del Parque dentro de la Mancha húmeda y al ecosistema presente en Las Tablas de Daimiel. En esta sala, además, se presenta una maqueta de Las Tablas y del acuífero subterráneo, conocido como Acuífero 23, sobre el que se asientan y con el que guardan una estrecha relación. En la sala 2 existen varios acuarios en los que se pueden observar muestras de la vegetación acuática, así como algunos vertebrados e invertebrados presentes en los ecosistemas de las tablas. Y tanto en la primera sala como en las dos siguientes se exponen fotografías de las especies de flora y fauna más representativas en cada biotopo del parque.

Valores naturales

Representa los ecosistemas ligados a las zonas húmedas continentales. Este ecosistema es el hábitat de multitud de especies, tanto en fauna como en flora. Entre la flora, las plantas acuáticas son el substrato básico de Las Tablas de Daimiel, y los únicos árboles presentes son los tarayes. Una gran variedad de aves acuáticas pueblan Las Tablas. Entre las más adaptadas al agua se encuentran el somormujo lavanco, el zampullín común y el zampullín cuellinegro. Garzas, garcillas, martinetes y todo tipo de anátidas ibéricas, se pueden observar dependiendo de la época del año.

Flora

Grandes manchas de masiega (Cladium mariscum) alternan en armónica distribución con las superficies de agua libre.

Los carrizales (Phragmites australis), de una gran adaptabilidad y poder colonizador, se extienden en las áreas menos profundas y en casi toda la periferia del Parque. Entre ellos se pueden avistar corros de eneas (Typha domingensis), que se instalan en las depresiones.

Juncus acutus

Hasta hace pocos años, los juncales sobre suelos con encharcamiento temporal eran frecuentes en las lagunas manchegas; hoy en día están seriamente amenazados por la ampliación de los cultivos, aunque siguen siendo abundantes en el Parque Nacional. Los limonios son en su mayoría especies propias de saladares y estepas salinas, que caracterizan un tipo de hábitat de interés prioritario en la Unión Europea y que por tanto, debe ser conservado.

En el Parque Nacional están representados algunos taxones endémicos de la provincia de Ciudad Real actualmente muy amenazados por la expansión de los cultivos en el exterior del espacio protegido, como Limonium carpetanicum.

Una de las formaciones más característica del Parque Nacional son las praderas de carófitos, constituidas por diferentes especies del género Chara (Chara hispida, Chara major, Chara canescens) conocidas como ovas, que pueden forma un tapiz casi continuo en los fondos inundados.

La única vegetación arbórea está formada por los tarayes (Tamarix canariensis y Tamarix gallica), que forman pequeños bosques sobre suelos húmedos, pudiendo soportar algún periodo de inundación y cierto grado de salinidad en el suelo.

Niebla en las tablas

El equilibrio del hombre con el humedal se rompió hace unas décadas. Las actuaciones para desecar La Mancha húmeda precedieron a la explotación desmesurada de los recursos hídricos almacenados desde hace siglos en el subsuelo.

La sucesiva extracción de un volumen de agua muy superior a la recarga media anual fue provocando un desembalse importante del acuífero que se tradujo en un descenso progresivo del nivel freático, cuya principal consecuencia fue la anulación de las descargas naturales que se producían en los Ojos del Guadiana y en Las Tablas de Daimiel.

Las administraciones han puesto en marcha diversas medidas para restaurar el funcionamiento natural del ecosistema, cuya evolución se analiza rigurosamente. La conservación de Las Tablas de Daimiel no debería ser un conflicto entre intereses económicos y conservacionistas, sino la garantía de la explotación racional y sostenible de un recurso renovable tan vital como el agua.

Vegetación

Entre la vegetación, las plantas acuáticas son el substrato básico de Las Tablas de Daimiel, y los únicos árboles presentes son los tarayes. Los carrizales Phragmites australis, de una gran adaptabilidad y poder colonizador, se extienden en las áreas menos profundas y en casi toda la periferia del Parque. Entre ellos podemos avistar corros de eneas (Typha domingensis), que se instalan en las depresiones.

Hasta hace pocos años los juncales sobre suelos con encharcamiento temporal eran frecuentes en las lagunas manchegas; hoy en día están seriamente amenazados por la ampliación de los cultivos, aunque siguen siendo abundantes en el Parque Nacional. Los limonios son en su mayoría especies propias de saladares y estepas salinas, que caracterizan un tipo de hábitat de interés prioritario en la Unión Europea y que por tanto, debe ser conservado.

En el Parque Nacional están representados algunos taxones endémicos de la provincia de Ciudad Real, actualmente muy amenazados por la expansión de los cultivos en el exterior del espacio protegido, como Limonium carpetanicum.

Manejo de la vegetación acuática

Árdea purpúrea

Con el objeto de mantener la estructura y distribución de la cubierta vegetal de las Tablas de Daimiel en su estado original, alterada a raíz de las modificaciones sufridas en su red hidrológica durante los últimos años, se ha acometido una serie de actuaciones para controlar la dinámica de la vegetación, marcada por una excesiva proliferación de ciertas especies vegetales que, debido a su carácter invasor y resistencia a la desecación estacional, constituyen un factor de desplazamiento para otras más vulnerables.

Esta relación se establece entre especies como carrizo, taray y enea, sobre otras en regresión como la masiega. Este proceso se ha ido materializando de forma progresiva a partir de áreas marginales, donde el agua desaparecía temporalmente, hasta llegar a la situación más reciente en que la falta de agua puede afectar a grandes extensiones del Parque y, por tanto, las especies invasoras llegan a colonizar los espacios interiores, denominados «tablas», donde las únicas plantas existentes eran subacuáticas.

El resultado final de este proceso es la desaparición de dichas «tablas», áreas muy importantes para la estancia y permanencia de las aves acuáticas, así como para el desarrollo las praderas de ovas (plantas subacuáticas del género Chara) que constituyen un elemento clave en la cadena trófica del ecosistema.

Además, se pueden llegar a obstruir los cauces principales, así como el cerramiento de las «trochas» y pasos naturales que permiten el flujo interlagunar e impiden el aislamiento de ciertas masas de agua. Por tanto, las actividades más importantes son la apertura y mantenimiento de las tablas tradicionales de la vegetación invasora, la eliminación de residuos vegetales y quemas controladas de masiega para favorecer su regeneración, que sólo se realizan circustancialmente y en condiciones muy especiales.

Fauna

En las tablas viven numerosas aves ligadas al medio acuático, entre las que destacan el ánade azulón (Anas platyrhynchos), el pato colorado (Netta rufina), símbolo del parque, donde nidifica en un significativo número, lo que confiere a esta zona relevancia internacional, el silbón europeo (Anas penelope), la cerceta común (Anas crecca), el cuchara común (Anas clypeata), el ánade friso (Anas strepera); ardeidas como la garza imperial (Ardea purpurea), la garza real (Ardea cinerea), el avetorillo (Isobrychus minutus) y el avetoro (Botaurus stellaris), nidificante ocasional en el Parque.

Otras aves ligadas al medio acuático son el zampullín cuellinegro (Podiceps nigricollis), que tiene en la zona manchega el área de cría más importante del oeste de Europa, el zampullín común (Tachybaptus ruficollis), el somormujo lavanco (Podiceps cristatus), el rascón (Rallus aquaticus) y el fumarel cariblanco (Chlidonias hybridus).

En el parque también se pueden observar aves de zonas esteparias, como las avefrías (Vanellus vanellus), canasteras (Glareola pratincola), alcaravanes (Burhinus oedicnemus) y sisones (Tetrax tetrax).

Entre los mamíferos, mencionamos al jabalí (Sus scrofa), el zorro (Vulpes vulpes), el turón (Putorius putorius), la nutria (Lutra lutra), la comadreja (Mustela nivalis), el conejo (Oryctolagus cuniculus) y el lirón careto (Eliomys quercinus).

Los anfibios y reptiles son muy abundantes: la ranita de San Antón (Hyla arborea), el gallipato (Pleurodeles waltl), el sapillo moteado (Pelodytes punctatus), el sapo de espuelas (Pelobates cultripes), el sapo corredor (Bufo calamita), el galápago europeo (Emys orbicularis), el galápago manchado o galápago leproso (Mauremys caspica), las culebras de agua (Natrix spp.) y la culebra bastarda (Malpolon monspessulanus).

Entre los peces destaca por su biomasa la carpa (Ciprinus carpio) y ―por tratarse de especies endémicas con cierto grado de amenaza― el cachuelo (Leuciscus pyrenaicus), el calandino (Topridophoxinellus alburnoides), el barbo comizo (Barbus comiza) y la colmilleja (Cobitis paludica).

Variedades

Una gran variedad de aves acuáticas pueblan Las Tablas. Entre las más adaptadas al agua se encuentran el somormujo lavanco, el zampullín común y el zampullín cuellinegro. Garzas, garcillas, martinetes y todo tipo de anátidas ibéricas se pueden observar dependiendo de la época en la que se visite el parque. En las Tablas viven numerosas aves ligadas al medio acuático, entre las que destacan el ánade azulón (Anas platyrhynchos), el pato colorado (Netta rufina) ―símbolo del Parque―, el silbón europeo (Anas penélope), la cerceta común (Anas crecca), el cuchara común (Anas clypeata), el ánade friso (Anas strepera); ardeidas como la garza imperial (Árdea purpúrea), la garza real (Ardea cinerea), el avetorillo (Isobrychus minutus) y el avetoro (Botaurus stellaris), nidificante ocasional en el Parque.

Otras aves ligadas al medio acuático son el zampullín cuellinegro (Podiceps nigricollis), que tiene en la zona manchega el área de cría más importante del oeste de Europa, el zampullín común (Tachybaptus ruficollis), el somormujo lavanco (Podiceps cristatus), el rascón (Rallus aquaticus) y el fumarel cariblanco (Chlidonias hybridus).

En el parque también se pueden observar aves de zonas esteparias, como las avefrías (Vanellus vanellus), canasteras (Glareola pratincola), alcaravanes (Burhinus oedicnemus) y sisones (Tetrax tetrax).

Entre los mamíferos se halla el jabalí (Sus scrofa), el zorro (Vulpes vulpes), el turón (Putorius putorius), la nutria (Lutra lutra), la comadreja (Mustela nivalis), el conejo (Oryctolagus cuniculus) y el lirón careto (Eliomys quercinus).

Los anfibios y reptiles son muy abundantes: la ranita de San Antón (Hyla arborea), el gallipato (Pleurodeles waltl), el sapillo moteado (Pelodytes punctatus), el sapo de espuelas (Pelobates cultripes), el sapo corredor (Bufo calamita), el galápago europeo (Emys orbicularis), el galápago leproso (Mauremys caspica), las culebras de agua (Natrix spp.) y la culebra bastarda (Malpolon monspessulanus).

Respecto a los peces destaca por su biomasa la carpa (Ciprinus carpio) y, por tratarse de especies endémicas con cierto grado de amenaza, el cachuelo (Leuciscus pyrenaicus), el calandino (Topridophoxinellus alburnoides), el barbo comiza (Barbus comiza) y la colmilleja (Cobitis paludica).

Actividad turística

Tablas de Daimiel 2.jpg

La visita al Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel se puede realizar de varias maneras:

  • Libremente a través de los itinerarios.
  • Guiada utilizando los servicios de guías intérpretes.
  • Visita básica senderista.
  • Visita combinada en 4x4 por zonas restringidas.
  • Visita para grupos organizados.
  • Visita para escolares.

Existe un centro de visitantes en el que se puede encontrar información sobre el parque.

Se deben seguir atentamente las recomendaciones y normas de visita: son imprescindibles para disfrutar de este lugar.

Reconocimientos

  • Reserva de la Biosfera (1981).
  • Humedal de Importancia Internacional por el Convenio de Ramsar (1982).
  • ZEPA (1988).

Fuentes