Placeres conyugales
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Placeres conyugales es una película argentina de 1964, dirigida por Luis Saslavsky, que combina humor, crítica social y costumbrismo. Inspirada en la obra teatral Cada amor tiene su aquel del dramaturgo español Carlos Llopis, la cinta retrata los altibajos del matrimonio con una mirada irónica y tierna.
Sumario
Sinopsis
Ambientada a comienzos del siglo XX, la historia gira en torno a Raimundo (Luis Sandrini) y Andrea (Ana María Campoy), una pareja que tras diez años de matrimonio descubre que la rutina ha apagado la chispa del deseo. En su intento por recuperar los “placeres conyugales”, se ven envueltos en situaciones absurdas, equívocos y encuentros con personajes extravagantes que los llevan a replantearse el amor, la fidelidad y la convivencia.
Reparto principal
Luis Sandrini como Raimundo.
Ana María Campoy como Andrea.
Manuel De Sabattini como Rufino Vega.
Diana Maggi como Enriqueta.
Rafael Carret, Nelly Panizza, Eduardo Cuitiño, Ámbar La Fox, Zulma Faiad, Nelly Beltrán, Carlos Enríquez, Susana Mayo.
Producción
La película fue producida por Argentina Sono Film, con dirección artística de Gori Muñoz y vestuario de Eduardo Lerchundi. El guion, escrito por Luis Saslavsky y Abel Santa Cruz, adapta con picardía el texto teatral original, incorporando elementos del humor porteño y situaciones reconocibles para el público argentino.
Recaudación
Placeres conyugales tuvo buena acogida en salas de Buenos Aires y otras ciudades del país. Su tono ligero y sus personajes entrañables le permitieron mantenerse en cartelera por varias semanas. Fue exportada a México, España y Cuba, donde se exhibió en ciclos de cine argentino.
Premios y reconocimientos
Reconocimiento del Instituto Nacional de Cinematografía por su aporte al cine popular.
Exhibida en muestras de cine argentino en La Habana y Ciudad de México.
Valorada por su guion adaptado y su dirección de arte.
Lo que dice la crítica
La crítica local recibió Placeres conyugales con simpatía, destacando su tono amable y su capacidad para retratar los conflictos matrimoniales sin caer en el melodrama. El diario Clarín la definió como “una comedia de alcoba con sabor criollo”, mientras que la revista Radiolandia elogió la actuación de Luis Sandrini por su ternura y comicidad. En Cuba, fue transmitida por la televisión nacional en los años 70, siendo muy apreciada por su humor blanco y su retrato de la vida conyugal. Aunque algunos críticos señalaron que no arriesga en lo formal, se reconoce su valor como espejo de una época y sus costumbres.
Legado
Placeres conyugales forma parte del repertorio clásico del cine argentino de comedia. Su estilo teatral, sus diálogos chispeantes y su enfoque en la vida doméstica la convierten en una obra representativa del cine popular de los años 60. En escuelas de actuación, se estudia como ejemplo de interpretación naturalista y ritmo escénico.

