Presencia de la familia Norma en San Luis

Presencia de la familia Norma en San Luis
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Casa donde vivió Don Antonio Norma y Lamas
Fecha:Siglo XIX
Lugar:San Luis, Santiago de Cuba
Descripción:
Don Antonio Norma y Lamas es perseguido por problemas políticos en su país y emigra a la Isla de Cuba alrededor del año 1841.
País(es) involucrado(s)
España, Bandera de España , Bandera de Cuba Cuba


Presencia de la familia Norma en San Luis. Hacia principios del Siglo XIX un ciudadano de origen español, emigra a la Isla de Cuba, específicamente a la ciudad de Santiago de Cuba, y se convierte en un rico hacendado santiaguero, contrae matrimonio y constituye una familia en el poblado de San Luis de Las Enramadas.

Migración de Don Antonio Norma y Lamas a la Isla de Cuba

Don Antonio Norma y Lamas, nacido en Valladolid, España, en el año 1816, perseguido por problemas políticos en su país, emigra a la Isla de Cuba alrededor del año 1841.

Su primer oficio al llegar al país fue arriero, hasta llegar a convertirse en un personaje de la política y la economía santiaguera. Esta posición le hizo centrar su atención, como ya lo habían hecho desde principios del Siglo XIX otros hacendados santiagueros, hacia los terrenos ubicados al norte de Santiago de Cuba (en el Valle Central), donde se había incrementado una producción extensiva basada en el aumento del número de ingenios y donde había proliferado un importante número de partidos, como el de La Enramada. Por todo lo expresado, Norma compra en 1858, por valor de 47 000 600 pesos el Ingenio San Luis en el Partido de La Enramada, cuartón Guaninicum Lleonart con 32 caballerías de tierra, 48 esclavos de dotación, enceres y animales, a los hermanos Don Jorge y Don Silvestre Justiz (quienes se presume se asentaron en esta zona a fines del Siglo XVIII.

Para este año ya Norma contaba con un potrero nombrado San Nicolás, situado en el Partido de Palma Soriano, con 10 esclavos de dotación, el que hipoteca junto con su primera cosecha del Ingenio San Luis a cambio de la compra del mismo.

Contrae matrimonio con una joven santiaguera

Para 1860 Norma contrae matrimonio con la joven Manuela de las Cuevas y Vidal, hija de don Marcelino de las Cuevas y doña Nicolasa Vidal, naturales de Santiago de Cuba, de cuya unión nacen 8 hijos: Elvira, Josefa, Mariano, Manuela, Antonia, Ángel, María del Rosario y María.

Poco a poco este rico propietario va extendiendo sus propiedades, comprando para 1866 las dos quintas partes de la hacienda Jesús María, de 24 caballerías de tierra, con sus establecimientos, labranzas, útiles, cercas, así como parte de su dotación de esclavos. Un año más tarde continúa absorbiendo dicha hacienda comprando las partes pertenecientes a Don Emiliano Sefebre y a los hijos de José del castillo y Hechevarría a la vez que decide la adquisición del ingenio San Felipe de 32 caballerías de tierra y el colindante ingenio La Guadalupe de 23 caballerías de tierra, por valor de 8000 pesos oro.

Consecuencias de la contienda independentista para la familia Norma

Al iniciarse la contienda independentista, Norma posee gran parte de los terrenos ubicados en el cuartón Guaninicúm lleonart del Partido de La Enramada, a la vez que era uno de las principales accionistas del ferrocarril y almacenes del Sabanilla Maroto 7, que había llevado sus traviesas hasta las Enramadas en agosto de 1866, donde se construye un paradero que lleva al aumento del flujo de personas hasta el punto, por las ventajas que ofrece esta nueva vía de transportación. Esta construcción lleva necesariamente al establecimiento de una guarnición militar que custodiaba el paradero y a los refugiados que huyendo de los peligros de la contienda y al ver sus propiedades destruidas con la tea incendiaria deciden asentarse en los alrededores del Ingenio San Luis, a la vez cercano al Paradero de La Enramada.

La amistad existente entre Antonia Norma y de las Cuevas y su esposo, el comandante Roque Rodón Valdrich (hija y yerno de Don Antonio Norma, respectivamente), con el general Arsenio Martínez Campos, hace que sea escogida su casa de vivienda para el encuentro con el general Antonio Maceo, el 9 de Mayo 1878, donde almuerzan y entrelazan algunas palabras dejando claro Maceo su decisión de continuar la lucha cuando expresa, “…general, haré cuanto pueda por volver y entonces emprenderé de nuevo mi obra…” Este encuentro es decisivo para Maceo que partirá al exilio y es despedido por una gran multitud de sanluiseros en el Paradero de La Enramada. Durante la guerra la mayoría de los ingenios son destruidos parcial o totalmente, a tal punto que de 19 ingenios existentes en 1868 seguían funcionando al transcurrir dos años de la contienda sólo 5 y con una merma de un 40 % en su producción como término medio.

Esto lleva a un éxodo casi masivo de población campesina hacia este pequeño vecindario junto a muchos vecinos de la ciudad de Bayamo, que luego de ver incendiadas sus propiedades se concentraron en el caserío de la hacienda San Luis, edificando allí sus viviendas.

La contienda independentista devino en un fuerte proceso migratorio hacia el Valle Central, lo que unido al flujo de personas en busca del ramal que unía a este territorio con la ciudad de Santiago de Cuba conlleva a un aumento estimable de la población que se ubica en las cercanías del Ingenio San Luis y la vía férrea, a tal punto que para 1873 existe un aumento considerable del vecindario de dicho caserío, lo que hace que las familias vivían hacinadas, trayendo consigo la propagación de enfermedades y epidemias.

Propagación de epidemias en la localidad

Según el libro de bautismos de la antigua iglesia de San Nicolás de Morón, a la cual acuden los feligreses del Partido de La Enramada, se tiene conocimiento de una epidemia de Cólera y más tarde de Viruela que ataca al vecindario en la segunda mitad del Siglo XIX, donde mueren una gran cantidad de personas. Según la “Bandera española” ya el vecindario contaba con mil vecinos agrupados como pueblo, pero sin las condiciones, por la falta de tierra para cultivar, por lo que avizora que este poblado morirá, porque no tenía más vida que la que le daban los propios soldados que cruzaban por el mismo.

Por este motivo las autoridades del Partido de La Enramada solicitan al gobierno del Departamento Oriental, parte de los terrenos que pueda conceder Don Antonio Norma y Lamas para ensanchar el poblado. Según documentación revisada, este se niega a ceder a esta solicitud siendo presionado por la Diputación Provincial, a la cual pertenecía, pues ya para este período Norma ha obtenido el título de excelentísimo gracias a los valiosos servicios prestados al estado colonialista entre los que se encuentra: su activa participación en la organización del cuerpo de voluntarios donde ostenta el grado de Coronel a la vez que es electo regidor del Ayuntamiento de Santiago de Cuba, siendo miembro del Gobierno Municipal, teniendo por varios años el cargo de alcalde designado por su mostrada lealtad al gobierno español. Es así como tras las presiones necesarias este pequeño centro poblacional logra sobrevivir a las terribles epidemias y a la falta de alimentación de sus habitantes, creciendo progresivamente en terrenos de este rico propietario.

Era para el vecindario un gran problema las aguas potables y el alumbrado público según fue creciendo el mismo. El pequeño poblado se abastece de las aguas de los ríos Naranjo, los arroyos Cañambú y Cafetal, así como un pequeño manantial, con caja de agua (ubicado en terrenos del Ingenio San Luis. Para el año 1880 por quejas constantes de los vecinos, debido a la propagación de enfermedades se realiza un estudio químico analítico de esta agua, donde se determina que a excepción del manantial, existía una contaminación de las aguas con el mosto del Ingenio San Luis que no se encontraba debidamente construido, filtrándose el líquido hacia el río que está a muy pocos metros, pudiendo esto ser nocivo para la población y llevar a enfermedades como el paludismo. La falta de alumbrado público fue resuelta colocándose 13 faroles de aceite de gas en el vecindario.

Incendio del poblado

Para ese mismo año 1880 se produce en el poblado un horroroso incendio que lo destruyó casi por completo debido a que sus casas eran de guano, San Luis fue un pueblo que no tuvo en sus inicios el trazado de la clásica planta española, de plaza donde se situaban la iglesia (que no existía para esta fecha) y los edificios gubernamentales como expresión de poder y control estatal, sino un pequeño caserío que se agrupó en torno a la línea férrea. Es por ello que este incendio tuvo consecuencias graves para este vecindario. El incendio en San Luis, llega a tales proporciones que de 300 casas que se habían visto allí solo 8 quedaban en pie y con esta destrucción ocurrida en pocas horas se hallaban sin hogar ni asilo más de 300 familias pobres, privadas hasta de su ropa de vestir.

Por este motivo se reúnen en Santiago de Cuba, la Diputación Provincial para celebrar una sesión extraordinaria con el objetivo de tratar y acordar lo conveniente para socorrer el gran número de familias arruinadas por el incendio. Para solucionar tal situación se solicita la autorización para llevar a efecto una lotería provincial de 20 000 billetes de valor, vendibles en toda la isla, quedando un sobrante de $25 000 que serán aplicados para indemnizar las pérdidas. La lotería fue autorizada por el Gobierno Provincial de Santiago de Cuba.

Progreso de la familia Norma

Con el decursar de los años Norma se iba convirtiendo en uno de los hacendados más ricos de la comarca contando para 1880 con: su Ingenio San Luis ya de 46 y media caballerías de tierra y 140 esclavos de dotación; el abandonado (sin producir) ingenio de San Felipe con 47 caballerías de tierra; el potrero San Nicolás en Palma Soriano con 40 caballerías y 400 animales vacunos; el potrero Jesús María, situado en las inmediaciones del poblado, con 26 caballerías, comercio, fábrica y carros de oficio, 14 caballerías de tierra en Vega Bellaco del Partido de Palma Soriano; casas con solar en San Basilio número 12 y en calle Jagüey número 37 en la ciudad de Santiago de Cuba. Además, este rico propietario contaba con acciones en varias sociedades como: $ 15 000 en la Blanco y Compañía; $35 000 en esta misma sociedad con un interés de un 8% anual; $10 000 con los señores Lchumann y Cia, para recibir de ella un 6% anual y 10 en el banco español de La Habana. Este hacendado contaba también con enormes riquezas fuera del País, en Londres, Francia y en Guadalajara (México), donde poseía una hacienda de $30 000 de la cual recibía sus ingresos anuales.

Los habitantes de San Luis de las Enramadas se convierten, en su mayoría en peones o jornaleros que laboraban para el Ingenio San Luis y el Ingenio Unión perteneciente a otro rico propietario de origen francés nombrado Santiago Rousseau, que como muchos franceses se asentaron en el valle Central, a raíz de la fuerte inmigración que se produce como resultado de la revolución en Saint Domínguez.

Véase además

Fuentes