Rhizopogon roseolus
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Rhizopogon roseolus. Especie de seta que es comestible pero no es popular, su sabor no llama a los comensales, crece generalmente enterrado y en grupos.
En Patagonia aparece de manera abundante en viveros y plantaciones de [pino ponderosa]] y también en pino radiata, en el Río Negro, Chubut y Neuquén.
Sumario
Descripción
Fructificaciones comúnmente pequeños, de hasta 5 cm de diámetro, de forma tuberculada, a veces esférica pero normalmente irregular, de superficie lisa y seca, con abundantes rizomorfos blancos, rosados o amarillos adheridos a la pared. De color variable, en sus primeros estadios casi blanquecino con algún matiz rosado, volviéndose rosado pálido a vináceo, o amarillo oscuro por fuera y rosado-vináceo por debajo; los ejemplares insolados pueden adquirir un tono más oliváceo. Peridio muy delgado, adherido fuertemente a la gleba. Gleba blanda, cartilaginosa, blanca cuando inmadura, luego esponjosa, tornándose pardo olivácea, con algunas venas finas, sobre todo hacia la base en los ejemplares viejos.
Características organolépticas
Carne blanda, de textura cartilaginosa, blanca cuando joven, luego esponjosa y color ocre oliváceo. Aroma nulo o ligeramente afrutado muy suave en ejemplares jóvenes, sabor no distintivo.
Distribución
Especie de amplia distribución mundial. Fructifica naturalmente en toda Europa, asociada a coníferas, con mayor frecuencia y abundancia en otoño y eventualmente en primaveras lluviosas.
Hábitat
Zonas de pinares, indiferentes al tipo de sustrato, entre 400 y 2.500 metros de altitud. Por debajo de la tierra a unos 2 o 3 centímetros, aunque pude quedar al aire si se remueve la hojarasca o se producen arrastres de tierra. Suele tener de huéspedes micorrícicos a pinos, jaras, acebuches o encinas.
Especie que está considerada como de crecimiento hipogeo o semihipogeo, sin embargo, los ejemplares viejos suelen tener la mayor parte del carpóforo de forma epigea. Forma micorrizas con coníferas diversas, con especial predilección por los pinos.
Uso gastronómicos
Se lo consume preferentemente fresco y cocido. Tiene una textura insípida y algo desagradable. En Castilla-León ha sido costumbre consumirla de muy joven, como mediocre sustituto de la trufa. Era el típico plato de arroz con pollo y criadillas, que se daba a los obreros agrícolas, en época de poda, a modo de comida fría.
No posee un sabor definido, pero su textura esponjosa le permite absorber sabores al ser cocinado. Evitar su consumo cuando están maduros, cuando se ablandan y presentan un color verde oliva.
Fuentes
https://www.fichasmicologicas.com/?micos=1&alf=R&art=229
https://sib.gob.ar/especies/rhizopogon-roseolus
