Síndrome de dorsal ancho

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El dorsal ancho es un gran músculo que se sitúa en la espalda y que también se relaciona con el brazo. Al abarcar una zona tan grande este músculo se va a ver implicado en patologías muy diversas: escoliosis, lumbalgia, hiperlordosis, disminución del rango de movilidad del brazo...por lo que es un músculo que debemos tener en cuenta en los tratamientos y que hay que trabajarlo.

El dorsal ancho es el músculo más grande, ancho y fuerte de todo el tronco, localizado posterior al brazo. El dorsal ancho inicia sus inserciones cubierto por el trapecio, en el vértice de los procesos espinosos de las últimas vértebras torácicas; continuándose por la línea media hasta la cresta sacra mediana y lateralmente hasta la cresta ilíaca y la cara externa de las cuatro costillas inferiores. Desde allí las fibras se extienden hasta la extremidad proximal del húmero donde terminan fijándose en el suelo del surco intertubercular. Es un músculo aductor y rotador del brazo hacia adentro. Cuando toma su punto fijo en el brazo eleva el tronco y al mismo tiempo las cuatro últimas costillas.

Este músculo nace en las apófisis espinosas de las vértebras de la dorsal 7 a la lumbar 5, es decir: de D7 a L5, también se inserta en las crestas sacras e ilíacas. Su cara externa se inserta en las 4 últimas costillas. Sus fibras se van a agrupar para insertarse en la corredera bicipital. Como podemos ver es un músculo muy grande. Este músculo es el que sirve de enlace entre las dos cinturas, es decir la cintura escapular (los hombros) y la cintura pélvica, (la pelvis, la cadera).

Su acción va a depender de cuál sea su punto fijo. Si el punto fijo es la espalda y el hombro el punto móvil realiza rotación interna, aducción y retropulsión del hombro. Cuando el brazo es el punto fijo y actúan los dos dorsales anchos a la vez la acción va a ser la extensión de la columna dorsal y la columna lumbar.

Orígenes

Este gran músculo tiene su origen desde las últimas seis vértebras torácicas y de las partes posteriores de la fascia lumbodorsal, por medio del cual se sujeta a las espinas lumbares y las vértebras del hueso sacro, abarcando la región vertebral de T6 hasta L5. En las vértebras más superiores el músculo es fuerte y carnoso; mientras que en las inferiores tiene más masa aponeurótica blanca. Este músculo también se inserta en la cresta ilíaca postero-superior, en el ligamento supraespinal y se dirige en varios fascículos en dirección al brazo.

Trayectoria

Desde este extenso origen, las fibras pasan en diferentes direcciones. Las fibras superiores cruzan horizontalmente, las fibras del medio corren oblicuamente hacia arriba y las más inferiores viajan casi horizontalmente hasta converger todas en un grueso fascículo, que atraviesa el ángulo inferior de la escápula por lo general recibe también fibras de ese hueso.

El músculo luego se curvea alrededor del borde inferior del músculo redondo mayor, se enrolla sobre sí mismo de tal modo que las fibras superiores se vuelven primero posteriores y luego inferiores, mientras que las fibras verticales dan la vuelta volviéndose primero anteriores y luego superiores.

El Latissimus dorsi termina en un tendón cuadrilátero de unos 7 cm de largo que pasa en frente del redondo mayor y se inserta en la corredera bicipital del húmero, por su cara posterior. Su inserción se extiene en el húmero más arriba que el tendón del pectoral mayor. En un 7% de personas se encuentra un arco muscular axilar independiente de unos 8 cm de largo y 2 cm de ancho, formando la variación muscular más frecuente en la axila. Este arco muscular axilar, frecuentemente llamado latisimocondíleo corre junto con una rama inusual de la arteria axilar, nace del tendón del latissimus dorsi y puede insertarese en la fascia barquial, en el húmero, en el epicóndilo lateral y olécranon o incluso en la cabeza del músculo tríceps. El dorsal ancho también tiene algunos fascículos que llegan al ángulo de la escápula y a las cuatro últimas costillas por digitaciones carnosas que se interponen entre fascículos similares provenientes del músculo oblicuo externo del abdomen.

Características

El dorsal ancho es un músculo plano y triangular, que cubre la región lumbar y las 6 últimas vértebras torácicas. Los fascículos del músculo se juntan en una fibra relativamente estrecha en forma de espiral, de tal modo que la inserción es más fuerte. El músculo dorsal ancho está presente en muchos animales, incluyendo prehistóricos.

Por su gran tamaño, el colgajo del músculo dorsal ancho es uno de los más versátiles y funcionales en cirugía plástica, Traumatología y Ortopedia, convirtiéndose una alternativa útil para la reconstrucción de las extremidades deformadas por trauma, quemaduras o cáncer, cubriendo defectos pequeños y de grandes extensiones, utilizándose como colgajo local o a distancia en la reconstrucción de diferentes áreas corporales.

Función

El dorsal ancho es un extensor del hombro y también un aproximador. Es también un rotador interno de esta articulación. Es un músculo que ayuda a impulsarse en la natación en el estilo de mariposa y además favorece el agarre alto en la escalada.

Este músculo es además un músculo espirador, que se pone de manifiesto en las espiraciones fuertes y bruscas; como por ejemplo en la tos. La contracción muscular del músculo se siente particularmente durante la acción forzada del toser.

Sus acciones secundarias son estabilizar la pelvis y ayudar a los músculos erectores espinales a enderezar la columna.

Inervación e irrigación

Este músculo es inervado por el nervio del dorsal ancho (nervios espinales C6-C8) o nervio toracodorsal, procedente de la rama posterior del plexo braquial. La irrigación sanguínea es producida por la arteria escapular dorsal, rama de la arteria subclavia; y de la arteria subescapular, rama de la arteria axilar.

Soporte cardíaco

Existe un procedimiento médico que incluye al dorsal ancho llamado cardiomioplastia usado como una alternativa en el tratamiento de la insuficiencia cardíaca para pacientes destinados al trasplante de corazón. El procedimiento implica rodear al corazón con el músculo dorsal ancho y estimularlo eléctricamente sincronizado con las contracciones sistólicas del ventrículo.

El músculo Latissimus dorsi ha sido puesto en investigaciones cuyo objetivo es detectar el nivel de estrés oxidativo que sufre en pacientes diabéticos con insuficiencia cardíaca y candidatos a una cardiomioplastia. Se piensa que el estrés oxidativo contribuye al desarrollo de una amplia gama de enfermedades incluyendo las patologías causadas por la diabetes. En muchos de estos casos, no es claro si los oxidantes desencadenan la enfermedad, o si se producen como consecuencia de esta y provocan los síntomas de la enfermedad. Un caso en el cual esto encaja es en el particularmente bien comprendido papel del estrés oxidativo en las enfermedades cardiovasculares. Aquí, la oxidación de la lipoproteína de baja densidad (LDL) parece accionar el proceso del aterogénesis, que da lugar a la aterosclerosis, y finalmente a la enfermedad cardiovascular.

Una dieta con pocas calorías prolonga la esperanza de vida media y máxima en muchos animales. Este efecto puede implicar una reducción en el estrés oxidativo. Ese parece ser el caso también en la preservación de la integridad del músculo dorsal ancho previo a la necesidad de una cardiomioplastia, pues en animales experimentales, hay una correlación directa entre la diabetes y degeneración muscular (miopatías), poniendo en riesgo el éxito de una cardiomioplastia.

Patologías que pueden afectar al dorsal ancho

  • Dorsalgia: esta patología puede obedecer a múltiples causas. Si atendemos al músculo dorsal ancho, a un aumento de su tono o a una contractura, el paciente padecerá una rectificación de su columna vertebral, en concreto tendrá cifosis dorsal baja. Pero atendiendo también al mismo músculo es posible que se detecte por parte del terapeuta una hiperlordosis alta, patología que vendrá relacionada con un bloqueo del diafragma. Además, existen muchas otras causas que pueden llegar a provocar dorsalgia, y entre las principales podemos citar las siguientes: osteoporosis, traumas vertebrales como fracturas o aplastamientos, etc.
  • Dolor de hombro: debemos de partir como terapeutas de que la articulación del hombro es tremendamente inestable y que los músculos que lo recubren son los que le dan mayor o menor estabilidad, por eso en cuanto se alteran esos músculos, casi de manera automática se producirá dolor en el hombro y la consecuente inestabilidad en la articulación. Existen patologías del hombro que se tratan como tal pero que en ocasiones son causa de otra disfunción, concretamente del músculo dorsal ancho o latísimo y algunas de estas son los bloqueos articulares en el hombro y su consecuencia que es la pérdida de movilidad de la articulación, la tendinitis del manguito de los rotadores, diversas calcificaciones, etc.
  • Lumbalgia: los orígenes pueden ser variados, de ahí la importancia de valorar completamente al paciente. El terapeuta debe de preguntar por los síntomas, hábitos, etc. Una lumbalgia que venga acompañada con ciática, se denomina lumbociática, pero si la “causa origen” fuera que el músculo psoas ilíaco ha aumentado su tono o lo ha hecho también el dorsal ancho o incluso estos dos músculos, la lumbalgia afectará directamente a la columna vertebral prococando una hiperlordosis.

Fuentes