Sangre en diciembre

Sangre en diciembre
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Hecho de gran significación histórica para los villaclareños
Fecha:Diciembre de 1956
Lugar:Santa Clara
Consecuencias:
Varios jóvenes asesinados
País(es) involucrado(s)
Bandera de Cuba Cuba Bandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos
Líderes:
José Ramón León Acosta, Julio Pino Machado, Rodolfo de las Casas, Constantino Pérez Carrodegua y Eladio Rodríguez Merelo.


Sangre en diciembre. Hecho histórico, ocurrido en Santa Clara, antigua provincia de Las Villas, donde pierden la vida violentamente jovenes cubanos de gran valor que participaban en la lucha revolucionaria de aquellos años.

Historia

Los primeros días de diciembre de 1956 fueron de respuesta agresiva de las fuerzas de régimen contra cualquier intento de acción de los revolucionarios santaclareños.

Los hechos ocurridos el 30 de noviembre, cuando se realizó un esfuerzo por apoyar el levantamiento de Santiago de Cuba y el Desembarco de los expedicionarios del Granma, demostraron la existencia de grupos dispuestos a combatir el régimen en la capital villaclareña.

Aunque lo que sucedía e las montañas orientales solo era conocido por informaciones tergiversadas ofrecidas por el gobierno a la prensa nacional, existían fundadas razones para pensar que podrían existir grupos aislados de expedicionarios y que en algún momento se conocería la realidad. Una calma tensa se extendía por todo Santa Clara.

Los revolucionarios en espera para proseguir sus acciones, y las fuerzas del régimen preparadas para sofocar cualquier intento por subvertir el orden impuesto, dispuestas a perseguir a quienes eran conocidos por su oposición a la dictadura, o a quienes se consideraban sospechosos de una filiación contraria al sistema imperante en el Cuba.

Hechos

El 6 de diciembre, en horas de la tarde, elementos de la policía merodeaban por el parque Leoncio Vidal, lugar tradicional de reunión y confraternización de estudiantes y otros jóvenes de la localidad. A este sitio llegó José Ramón León Acosta, quien estaba vinculado a revolucionarios de la localidad como Julio Pino Machado y Rodolfo de las Casas, y que era conocido por su manifiesta postura de repudio a la dictadura, José Ramón pensaba que por algunos cambios introducidos en su aspecto exterior no sería reconocido.

Se equivocaba. Alguien que lo conocía bien, y que sabía de sus actividades, lo delató y fue detenido de inmediato e introducido en un jeep con el propósito aparente de trasladarlo a la jefatura de policía. El joven, conocedor de lo que significaba caer en manos de aquellos verdugos, se lanzó del carro e inició una veloz carrera por la calle popularmente conocida por Gloria (Leoncio Vidal). Sus perseguidores le dispararon, resultó herido, y aunque pudo avanzar a unos pasos más, cayó al doblar por la calle Maceo.

Muerte

Trasladado al hospital y sin respetar su condición de herido, fue golpeado y maltratado. Murió desangrado, al no permitir los asesinos que el numeroso grupo de personas congregadas frente al centro asistencial donara su sangre y se trasfundiera para salvarle la vida. José Ramón fue el primer mártir de la Revolución caído en Santa Clara.

Grupos de acción

En los días que siguieron continuó la tensión en esta ciudad. Entre los revolucionarios se esclarecía la situación de los expedicionarios del Granma. Los grupos que actuaban en la localidad continuaron sus acciones.

El Movimiento 26 de Julio se recuperaba y extendía su labor para aglutinar fuerzas, incorporar nuevos miembros, adquirir recursos y realizar actos de sabotaje.

A finales de diciembre y en medio de las tradicionales festividades por el advenimiento de un nuevo año, los grupos de acción se propusieron acrecentar su labor. El 30 de diciembre explotó un petardo cerca de la medianoche.

Alrededor de esa hora dos obreros, Constantino Pérez Carrodegua y Eladio Rodríguez Merelo, ambos militares del Partido Socialista Popular, salieron del lugar donde realizaban un trabajo de carpintería en una obra que se edificaba en la localidad.

Masacre

Los integrantes de un carro patrullero del Servicio de Inteligencia Militar (SIM) en la búsqueda de una víctima propicia, detuvieron a los dos obreros comunistas. Ya en manos de sus castores, sin otra acusación posible que estar en la calle a una hora avanzada de la noche, y su militancia, fueron trasladados hacia las afueras de Santa Clara y asesinados, en la madrugada del último día de diciembre de 1956. Sus cadáveres aparecieron en las cercanías del poblado de Seibabo.

En 1956, en Santa Clara y cuando se iniciaba la lucha armada en las montañas orientales contra la tiranía, las fuerzas represivas convirtieron el último mes del año en una muestra trágica de lo que serían los meses futuros, cuando la sangre derramada se multiplicó y se integraron nuevos nombres a la larga lista de los mártires santaclareños.

Fuente

  • Libro Santa Clara. Hechos y vidas.pág 63-65