Sistema:Curiosidades/Einstein4

En 1952, Einstein llamó por sorpresa a un zapatero llamado Peter Hulit pidiéndole que viniera a su casa rápidamente. Al físico le dolían los pies, sus zapatos le rozaban y necesitaba unos nuevos. Cuando Peter Hulit llegó a la casa de Einstein, el científico había dibujado en un cartón el plano con las medidas y proporciones de lo que él pensaba que era el zapato perfecto y con el que nunca le volverían a doler los pies.

El zapatero observó aquel dibujo, bajó la vista a los pies de Albert Einstein y le contestó: "Profesor, me temo que lo único que usted necesita son unos zapatos de una talla mayor". Einstein le miró fijamente y finalmente, le dio la razón a aquel zapatero.