Somníferos


Somníferos
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Somnífero. Algunas pastillas para dormir pueden aumentar en más de cuatro veces el riesgo de muerte prematura, incluso entre aquellos que toman menos de 18 dosis al año, según una investigación publicada en la revista British Medical Journal. Además, estos medicamentos también han sido asociados con un riesgo significativamente mayor de padecer cáncer entre aquellos que los consumen en altas dosis.

Clasificación

A nivel farmacológico, estos productos están considerados como hipnóticos, clasificados en diferentes clases. Los somníferos más corrientes son las benzodiacepinas, que a veces se utilizan como ansiolíticos. Cabe destacar que los barbitúricos ya no se utilizan contra el insomnio, ya que generan reacciones cutáneas graves; por lo que se reservan únicamente para el tratamiento de la epilepsia.

Prescritos para una duración legalmente limitada a cuatro semanas, los somníferos no se deben utilizar de forma regular. En efecto, a pesar de su efecto beneficioso para dormir, los hipnóticos presentan igualmente efectos que pueden convertirse en nocivos para la salud a largo plazo.

El riesgo de farmacodependencia constituye uno de los efectos secundarios inevitables, así como la alteración de la estructura del sueño. Los somníferos provocan un efecto de desequilibrio entre el sueño lento y el sueño rápido. Pueden, además, provocar efectos secundarios a la hora de despertar.

Por su parte, los ansiolíticos están limitados a doce semanas, así como las benzodiacepinas, por razón de su efecto amnésico. Los somníferos están contraindicados en caso de embarazo y de lactancia, y son exclusivos para adultos.

Somníferos y sueño

Las nuevas fórmulas de somníferos disminuyen los riesgos de dependencia y de amnesia. Sin embargo, el tratamiento debe ser lo más corto posible e ir acompañado de una retirada progresiva. El combate contra el insomnio debe pasar por comprender sus razones, puesto que el consumo de somníferos no hace más que posponer el problema.

Si los desarreglos del sueño son importantes, un seguimiento médico es obligado; pero si son puntuales y de poca importancia, como el estrés frente a un nuevo trabajo, por ejemplo, se puede recurrir a la automedicación con muchísimo cuidado. En las farmacias existen medicamentos sin receta a base de plantas que sirven para ayudar a conciliar el sueño. Conviene consultar con el farmacéutico para que indique si este tipo de pastillas es el más adecuado para cada caso. Sin duda alguna, los somníferos son algo a tener en cuenta, pero también consumirlos con respeto y con la aprobación de un médico. Siempre es mejor intentar dormir bien por nuestra propia cuenta, generando hábitos del sueño saludables.

Durante 2010, entre 1 de cada 20, y 1 de cada 10 adultos, tomaron pastillas para dormir en los Estados Unidos, afirman los autores del estudio, que evaluaron la supervivencia de más de 10.500 personas a las que se les prescribió una serie de pastillas para dormir durante un promedio de 2,5 años, entre 2002 y 2007.

Los fármacos incluyeron benzodiacepinas, como el temazepam; no benzodiacepinas, como el zolpidem, la eszopiclon y el zaleplon; y barbitúricos y antihistamínicos sedantes. La supervivencia de estos pacientes, cuya edad promedio era de 54 años, se comparó con la de más de 23.500 personas de la misma edad, sexo, estilo de vida y problemas de salud subyacentes, que no habían tomado pastillas para dormir durante el mismo período. Los resultados apuntan a un vínculo entre estos medicamentos y un mayor riesgo de muerte, incluso en dosis relativamente bajas.

Las personas que tomaron hasta 18 dosis al año tenían 3,5 veces más probabilidades de morir, mientras que las que tomaron entre 18 y 132 dosis tuvieron un riesgo cuatro veces mayor de mortalidad. Aquellos que tomaron la mayor cantidad de dosis: más de 132 en un año. Tuvieron cinco veces más probabilidades de morir, lo que indica que el nivel de riesgo se elevó en conjunto con dosis cada vez mayores. Estas asociaciones se encontraron en todos los grupos de edad, pero fueron mayores en las personas de entre 18 y 55 años. Los somníferos son una panacea contra los desarreglos del sueño, y su uso está cada vez más extendido.

Lista de algunos somníferos

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