Sublevaciones de vegueros en Bejucal

Sublevaciones de vegueros en Bejucal
Información sobre la plantilla
Fecha:Siglo XVIII
Lugar:Bandera de Cuba Cuba
País(es) involucrado(s)
Bandera de Cuba Cuba
Ejecutores o responsables del hecho:
Cuba


Sublevaciones de vegueros en Bejucal . Acontecimientos históricos que quedan como símbolo de la rebeldía de los hombres de campo, protestas populares y de la lucha armada que surge en Bejucal en el siglo XVIII.

Historia

En la primera mitad del siglo XVII Don Tomas de Armenteros compra el corral de Bejucal, con una distancia de aproximadamente una legua a la redonda, para utilizar las tierras en el cultivo del tabaco y la agricultura subsistencial. En 1670 el corral es adquirido por el capitán español Miguel Valdezpino, quien incrementa el cultivo del tabaco para su comercialización. Desde un principio la mano de obra empleada en las labores agrícolas, lo componían algunos negros esclavos africanos y familias canarias. Quienes eran sometidos a un régimen excesivo de trabajo, maltratos y bajos salarios, dando lugar a una sublevación en el año 1698. Los amotinados, entre los que se encontraban negros y campesinos de origen canarios, armados con sus implementos de trabajo permanecieron varios días escondidos en la Sierra de Bejucal, hasta que fueron apresados por el Ministerio de la Santa Hermandad, autoridad integrada por comerciantes o hacendados encargados de velar por sus intereses y la tranquilidad de la zona. [1]

A través de una Real Cédula del 11 de abril de 1717 se crea la Factoría de Tabaco con sede en La Habana y regida por un Superintendente General, el primero que ocupa este cargo es Don José de Tallapiedras que levanta los almacenes y oficinas en sus terrenos particulares situados en la Bahía de La Habana. Esta factoría igualmente abre sucursales en Trinidad, Santiago de Cuba y Bayamo. Se constituye en el único comprador de las cosechas de tabaco, fijaba los precios y determinaba el volumen de las cosechas, podía preparar un escalafón de preferencias y fijaba las cuotas de importación. Por ello se erigió como un férreo monopolio estatal.

Este monopolio estatal tabacalero causa un profundo malestar entre los vegueros habituados a proceder sin más obligaciones que las que le imponían los Cabildos. Así se produce la sublevación de vegueros en agosto de 1717 en la cual participaron los vegueros bejucaleños, entre otros. Más tarde, en agosto de 1720 y en febrero de 1723 se producen nuevas sublevaciones por parte de este mismo sector de trabajadores. Sin embargo, en estas no se involucran los vegueros bejucaleños por las ventajas económicas que disfrutaban, al ser vasallos de una villa señorío y tener asegurada la venta de sus cosechas pues el tabaco que no era comprado por la Real Factoría, era adquirido por el Marqués fundador para procesarlo en su molino de rapé ubicado en las márgenes de la Chorrera. Esta circunstancia los colocaba en condiciones ventajosas, en una situación cómoda y menos afectada que los vegueros del resto de la Isla.

El entonces Gobernador y Capitán General de la Isla Don Laureano Torres y Ayala desempeña un importante papel en la comercialización del tabaco en Cuba, contribuye a que este cultivo se extienda por los alrededores de La Habana. Debe destacarse, que por lo general, los propietarios de molinos eran comerciantes intermediarios y grandes hacendados como lo fue Don Juan Núñez de Castilla.

Así con esta primera factoría la monarquía española intentaba lograr una racionalización económica y fiscal en lo referente al tabaco y por lo tanto alcanzar un nivel superior en su política de control. Se pensaba en una sociedad mercantil similar a la que se conocería años después como Real Compañía de Comercio y que administrase el negocio en beneficio de las Rentas Reales.

A principios de 1723 los funcionarios de la factoría entraron en negociaciones con algunos vegueros de escasos recursos, los cuales les vendieron su tabaco a un precio menor al establecido. Estas compras se realizaron en Santiago de las Vegas y Bejucal, en los predios de Núñez de Castilla, por lo que quizás tan notable hacendado no estuvo ajeno a esta transacción comercial.

Referencias

Fuentes

  • Lic. Oscar Sánchez Arencibia. Estanco del tabaco y sublevaciones de vegueros en Bejucal.