Susan Lee Lindquist

Susan Lee Lindquist
Información sobre la plantilla
Susan-Lindquist.jpg
Fecha de nacimiento5 de junio de 1949
Lugar de nacimientoChicago, Bandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos
Fecha de fallecimiento27 de octubre de 2016
Lugar de fallecimientoBoston, Bandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos
CampoGenética Molecular y Biología Celular
Conocido porsus contribuciones a la investigación sobre el plegamiento de proteínas.

Susan Lee Lindquist. Fue una bióloga (1949-2016) nació un 5 de junio.Especializada en biología molecular, trabajó en el problema de plegamiento de proteínas en el marco de una familia de moléculas conocidas como proteínas de choque térmico y priones. Su investigación proporcionó un marco bioquímico para la comprensión de enfermedades neurológicas como la enfermedad de Alzheimer, de Parkinson, de Huntington y de Creutzfeldt-Jakob.

Por todas sus aportaciones recibió numerosos reconocimientos.

Síntesis biográfica

Susan Lindquist nació en Chicago, EE. UU., el 5 de junio de 1949 en el seno de una familia modesta. Sus padres, Iver y Eleanor, eran de ascendencia sueca e italiana, respectivamente. Creció en un barrio de clase media en una época en la que no se esperaba que las mujeres hicieran cosas importantes. A Susan, la ciencia le interesó desde pequeña; su pasatiempo favorito era diseccionar bayas y frutos. Era una alumna aplicada y, tras finalizar la escuela secundaria, en 1967, recibió una beca para asistir a la Universidad de Illinois. Aquello fue fundamental para que Lindquist pudiera seguir estudiando, algo que sus padres no habían podido hacer en su momento y desearon para su hija. Se especializó en microbiología.

Posteriormente, obtuvo una beca para realizar un doctorado en biología en la Universidad de Harvard. A Lindquist, que había trabajado de camarera y dependienta para poder costearse la carrera, le pareció maravilloso que fueran a pagarle por hacer un trabajo que le resultaba divertido. Había oído hablar de la respuesta al choque térmico en moscas de la fruta, cuyos cromosomas de las glándulas salivales sufren rondas repetidas de duplicaciones sin llegar a separarse, es decir, aumentan en volumen. Etiquetando dichas glándulas salivares, se podía observar la formación de las denominadas proteínas de choque térmico. Susan se preguntó si las células cultivadas también cambiarían su patrón de crecimiento en respuesta al calor. Bajo la tutela de Matthew Meselson desarrolló nuevos métodos para visualizar las bandas de proteínas que aparecen tras el tratamiento térmico de las células. Obtuvo su doctorado en 1976.

Tubos de ensayo vivos

Aquel mismo año se trasladó a la Universidad de Chicago para un breve posdoctorado en el laboratorio de Hewson Swift antes de ser contratada como docente en 1978. Fue profesora de ciencias médicas en el Departamento de Genética Molecular y Biología Celular, y allí siguió investigando cuál era el papel de las proteínas de choque térmico en la regulación de la respuesta celular al estrés ambiental. Fue pionera en el uso de la levadura como sistema modelo para estudiar cómo las proteínas de choque térmico regulan la expresión génica y el plegamiento de proteínas. Lindquist demostró que la respuesta al choque térmico está autorregulada, es decir que, tras el choque térmico de las células, la cantidad de la proteína inducida por el calor se correlaciona con la cantidad de estrés, y que el nivel de esta proteína está controlado por otras proteínas de choque térmico. También demostró que la regulación de la proteína ocurre a nivel de traducción del ARN y que el empalme del ARN se interrumpe durante el choque térmico. Por todas estas contribuciones, en 1988 fue nombrada investigadora del Instituto Médico Howard Hughes.

Tal vez la línea de investigación más conocida –por revolucionaria– de Lindquist sea el estudio de priones –proteínas mal plegadas capaces de transmitir su forma mal plegada a otras variedades de la misma proteína– como caso particular de un mecanismo general de herencia de proteínas con formas nuevas y autoperpetuantes en lugar de nuevas secuencias de ADN. Lindquist propuso que las conformaciones proteicas autoreplicativas constituyen un tipo de memoria que transmite información sin cambiar el ADN. Sus estudios establecen un tipo de herencia en la que proteínas intrínsicamente desordenadas dirigen la aparición de nuevos fenotipos, generando así nuevas oportunidades adaptativas. Un cambio de paradigma tan importante no suele estar exento de controversia, y no fueron pocos los investigadores que recibieron sus primeros trabajos con gran escepticismo. Sin embargo, el profundo conocimiento de la respuesta celular al estrés por plegamiento anómalo de proteínas llevó a Linquist a identificar mecanismos básicos, evolutivamente conservados, que le permitieron desarrollar estrategias experimentales innovadoras de muy alto rendimiento, denominadas cribados de alto rendimiento (uHTS, por sus siglas en inglés), utilizando la levadura como sistema modelo. Los uHTS en levadura representan una oportunidad única para el descubrimiento de compuestos que corrijan las patologías neurodegenerativas producidas por acumulación de proteínas mal plegadas.

Traslado al Instituto de Tecnología de Massachusetts

Después de sus descubrimientos con los priones, Lindquist se trasladó al Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) en 2001 y durante tres años (2001-2004) fue directora del Instituto Whitehead de Investigación Biomédica, convirtiéndose así en una de las primeras mujeres estadounidenses en liderar una importante organización de investigación independiente.

Muerte

Susan Linquist murió de cáncer el 27 de octubre de 2016, a los 67 años.

Reconocimientos

En 2004, reanudó la investigación como miembro del Instituto, miembro asociada del Broad Institute del MIT y Harvard, y miembro asociada del Instituto David H. Koch para la Investigación Integral del Cáncer en el MIT. En 2009 recibió la Medalla Nacional de Ciencia por sus contribuciones a la investigación sobre el plegamiento de proteínas.

En noviembre del 2016, año de su fallecimiento, Johnson & Johnson hizo una aportación de cinco millones de dólares al Instituto Whitehead para honrar su memoria, estableciendo la Cátedra Susan Lindquist para Mujeres en la Ciencia que se otorga a mujeres científicas que promueven la investigación biomédica.

Fuentes