Tercer Salón de Arte Cubano Contemporáneo

Tercer Salón de Arte Cubano Contemporáneo
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TipoSalón de Arte
Fecha2001
PaísCuba


PRESENTACIÓN

El III Salón de Arte Cubano Contemporáneo, por varios motivos, pretende ser un salón diferente. Acercarnos a una zona del arte cubano, a un segmento de la amplia rea-lidad de la plástica nacional, es nuestro propósito; mostrar una parte a través de una selección de artistas.

Por múltiples razones decidimos presentar este evento bajo tales presupuestos. Desde hace unos años se vienen presentando, dentro de nuestra plástica, ciertos fenómenos de los que aquí mostramos agrupados a través de Sensación-Idea, la Idea dibujada e Idea actuada, como los tres cuerpos que conforman esta tercera edición.

Por los caminos que transita el arte en la actualidad se hace imposible delimitar fronteras, establecer cánones. En este sentido han sido transgredidos todos los límites, todas las convenciones.

Ante este accionar estamos. Lo cotidiano, las relaciones arte-vida, el reciclaje, las acciones como parte del acontecer artístico, son procesos que convierten insistentemente en sujeto activo de las obras al espectador, del cual se requiere para el completamiento o verdadera existencia de las mismas.

Jóvenes creadores, estudiantes, nuevas propuestas y nombres y mucha experimentación. Talento, imaginación, sensación, idea, dibujo, acción, quedarán expuestas a través de nuestro proyecto.

No quisiéramos dejar de mencionar el apoyo que hemos tenido de instituciones, galeristas y, sobre todo, de los artistas participantes, que han acogido con entusiasmo este III Salón de Arte Cubano Contemporáneo.


TRAS LOS SENTIDOS DE LA CONTEMPORANEIDAD

Uno de los rasgos sobresalientes del arte más "transgresor" que se hace hoy día en el mundo es el afán por perder la condición de objeto de culto y romper con la idea convencional de exposición y el sentido de contemplación estética. Por ello, los artistas pre¬fieren situar sus obras en la intervención, donde les interesa fundamentalmente el proceso y la interacción con el público. Cada vez con mayor énfasis, "los objetos y los acontecimientos son elevados al rango artístico".

En el caso específico de Cuba como en otros lugares las deudas epigonales van desde Duchamp, pasando por Beuys, hasta Gabriel Orozco y Francys Alys. Todavía en el medio local nadie se ha decidido o no se ha interesado ni en las mutilaciones corporales ni en sus exhibicionismos espectaculares por medios tecnológicos, como Mona Hatoum, que exhibe endoscopías de sus vísceras, u Orlán, quien secuencia los proce¬sos de cambiarse el rostro por cirugías plásticas y exhibe en vídeo el sangrante procedimiento.

Lo anterior está relacionado con la influencia de los medios masivos de difusión de imágenes en el arte: el cine, la televisión y, más recientemente, el Internet. En cierta forma, el gesto transgresor se remonta a Duchamp, aunque más concretamente este tipo de acciones se afianzan a partir de los sesenta con el pop art y no han parado hasta hoy con el arte en la red, donde se invita al espectador a completar las imágenes. De otro lado está la presencia de lo "artístico" en los objetos de la vida cotidiana, que constituye un afán por reducir la distancia entre el arte y la vida. Éste aspira a diluirse en la realidad, de modo que cualquier acto hecho por un artista es susceptible de adquirir la connotación de artístico si él lo determina (aunque en realidad la legitimación venga des¬pués de los diferentes circuitos que intervienen en la institución arte).

Tal orden de cosas comporta el hecho de que conceptos como "estilo", "virtuosismo técnico" y "acabado" se consideran prácticamente en desuso. Pero, a la vez, el auge de lo tecnológico en el mundo desarrollado y sus reverberaciones hacia el subdesarrolla¬do, genera nuevas contradicciones, al punto de que Luís Camnítzer se ha referido a estos procesos enfatizando en que "acentúan la división entre los países según su desarrollo". "El arte de los países pobres, dice, será considerado como una forma de arte¬sanía folclórica local, si es que las normas hegemónicas siguen vigentes globalmente (…). La globalización es una continuación eufemística del imperialismo."

Sin ser tan pesimistas como Camnítzer (no hay que olvidar que siempre el sojuzgado' hará resistencia por cualquier vía y contestará de cualquier modo, incluso con las mismas "armas" tomadas al enemigo en "combate"), ni tan ingenuos como creen algunos, que pretendemos "descubrir el agua tibia" cuando decimos que en Cuba los artistas emergentes se concentran en el performance, el happening, el video arte y la video instalación, como si fuera que esto acabara de "inventarse" en el nuevo milenio, habría que recordar -aunque parezca ocioso- que desde 1959, Allan Kaprow hizo en una gale¬ría de Nueva York lo que llamó 18 happennings in 6 parts. Allí el público era invitado a vivir diferentes experiencias visuales y acústicas con sonidos registrados, música en vivo, pintura y proyecciones de diapos, cuestionando con sus acciones la "autoridad" de la institución arte o, más específicamente, el museo. En Cuba, ya en 1980, y en Cienfuegos, Leandro Soto pasó a la posteridad como el primer artista que incursionó en esta modalidad, donde se mezclan el desarrollo temporal y la presencia humana de las artes escénicas con las funciones visuales y espaciales de las artes plásticas. Como aporte más reciente en este ámbito, cabría mencionar la experiencia de Lázaro Saavedra con el Grupo Enema, quienes deconstruyen o re-experimentan acciones per¬formáticas relevantes, cuestionando la condición efímera de este medio de expresión.

Paradójicamente, mientras Duchamp decía: "es preciso lograr una indiferencia tal que no provoque ninguna emoción estética", tratando de que las obras de arte se disolviesen en la vulgaridad del mundo cotidiano, muchos de los creadores cubanos que se han situado en esa perspectiva han logrado -más o menos conscientemente- un tipo de obra que siempre alcanza una reacción emocional en el espectador. Por eso se quiso explorar en este Salón la relación sensación-idea.

Ésta es una muestra en la que se apela a la respuesta emotiva y psicológica del espectador ante atmósferas que emanan de ambientes, y que unas veces son captadas visual¬mente, otras por sonidos, o por sabores, o por diferentes texturas y su repercusión en la experiencia táctil, etcétera. Desde que el arte" es arte se sabe que siempre ha tenido que ver por lo menos con nuestra mirada, pero precisamente desde el intento de las vanguardias de "dinamitar" el propio concepto de arte, se ha venido trabajando más con la mente que con el cuerpo, más con la inteligencia que con los sentimientos. Y justo desde que aparecieron en la escena artística los happenings y todo tipo de obra interactiva, el énfasis ha caído, no ya en la apariencia del grito a lo Munch o a lo Picasso en Guernica, sino en la presencia de la propia voz; no ya en un bodegón formal¬mente exquisito, en el que parece que la fruta está viva, sino en el olor como algo real, palpable, tangible.

En el mundo culto del desarrollo casi todo es mala educación: mirar, tocar, acercarse a algo y oler, hacer ruidos, etcétera. En Cuba nos caracterizamos por todo lo contrario: gesticulamos, nos tocamos, gritamos, "metemos las narices" en lo que nos importa y en lo que no debiera importamos…, así sucesivamente. Estas diferencias culturales se plasman, más o menos indirectamente, en la cultura y en las obras de los artistas plásti¬cos. Ya varios expertos y preocupados en estas cuestiones se han referido a las diferen¬cias culturales como salvaguarda de la homogeneización global.

Y como en el arte ya casi nada -por no decir, nada- es nuevo, bueno es recordar que en la Casa de América de Madrid presentaron en 1999 una exposición sobre los cinco sentidos. Curiosamente todos los artistas son de los ámbitos norte y sur americano, imbui¬dos en el espíritu de Lygia Clark y Helio Oiticica. Eran obras -casualmente como aspirábamos en muchas del III Salón- para ser olidas, escuchadas, degustadas, tocadas ...

Nos gustaría citar aquí a Rosa Olivares, quien concluye su reseña sobre aquella exposición diciendo: "Una de las preguntas que rondan siempre al arte actual es cómo acer¬carse a él, cómo comprenderlo. ¿Cómo hacer para entender esa producción confusa y distante de la sociedad, de los espectadores? No es realmente una producción alejada, sino una producción que refleja una sociedad real y también lo que ha dejado de ser. La única forma de acercarse al arte, tal vez no de entenderlo, pero sí de sentido, es sin prejuicios, con curiosidad y con interés. Mirar, tocar, oler, gustar, probarlo todo. Con los cinco sentidos."

También hemos querido explorar otras aristas que se han venido expandiendo en estos últimos años, como es el caso del video arte y la video instalación. Aún con cierta timidez, si se quiere, y a pesar de las limitaciones en lo tecnológico, la inquietud de algunos creadores los lleva a preferirlo como medio de expresión, como en los casos de Raúl Cordero, Juan Cados Alom, Carlos Garaicoa, Inti Hernández, Glenda León, y otros.

El Salón ha decidido echar un vistazo también, en La Idea dibujada a los proyectos de autores que, por razones de diversa índole, devienen, o dibujos magníficos, apetecidos por los coleccionistas, o simplemente una manera si se quiere más humanizada de acercarse al arte, porque es quizá en ese momento donde el artista se vuelca a plenitud para plasmar sus ideas iniciales en un soporte cualquiera (un bosquejo en un cuaderno, un pequeño texto, etc.) cuando puede el profano "tocar" aún más la entraña viva del parto que es la creación y lo que puede conllevar de desgaste emotivo -y hasta físico- para el artista; sin pasar por alto la picardía de quienes hacen proyectos a sabiendas de que es una manera más fácil de acceder al mercado.

Algunos proyectos pueden ubicarse dentro de lo que se ha llamado "estética de la frustración", por inducir a meditaciones sobre lo absurdo y las trabas que se imponen a lo soñado; otros podrían realizarse si se dieran las condiciones necesarias. Durante la VII Bienal de La Habana, el matrimonio de arquitectos-artistas Roberto Bebar y Rosario Marquardt referían cómo sus proyectos, que en un principio resultaban utópicos, a fuer¬za de exhibirse y provocar admiración terminaban por encontrar patrocinadores que los concretaban.

Esta es la tercera vez que se presenta el Salón de Arte Cubano Contemporáneo. Aunque siempre es difícil satisfacer las expectativas de todo el mundo (¿qué evento artístico se salva de ser acusado de parcialización?), en éste, además de tratar de ajustar¬nos lo más posible al sentido de lo contemporáneo (entendido como "existente al mismo tiempo que otra persona o cosa, sinónimo de actual", etimológicamente hablando; pero entendido, desde el punto de vista cultural, como lo que apunta hacia la renovación de lo preexistente y traza nuevas rutas de experimentación), el espíritu no es de exclusión, sólo de explorar ciertas zonas de la creación más llamativas en los dos últimos años. Aunque el Tercer Salón focaliza esta vez en conceptos que se expresan en primera instancia a partir de las sensaciones provocadas y en las ideas que de su vínculo con el espectador emergen, en las ideas concebidas a partir de proyectos, de obras performáticas e interactivas, y del video arte y-o la video instalación lo hemos hecho simplemente por observarlo como una inclinación que existe entre muchos creadores en el presente; pero véase no con un ánimo de exclusión, sino sólo como un punto de partida más para un diálogo y una posterior reflexión donde estén envueltas las disímiles maneras de hacer arte que conviven hoy entre nosotros.


Comisión Organizadora:

Presidenta: Margarita Gonzáles Lorente

Vicepresidente: Ángel Alfonso Castillo


Proyecto de Curaduría General:

Caridad Blanco

Pedro Contreras

Erena Hernández

Liana Río

Marilyn Sampera


Equipo de Curaduría:

Sensación - Idea

Isabel Hernández

Niurka Mejías

Tania Parson

Liana Río

Marilyn Sampera

La Idea dibujada

Pedro Contreras

Magaly Oliveros

Mayra Sosa

La Idea acatuada

Erena Hernández


Museografía:

Equipo de curadores del Centro de Desarrollo de las Artes Visuales

Talleres teóricos:

Caridad Blanco


Sedes:

Centro de Desarrollo de las Artes Visuales CDAV

Centro Wifredo Lam

Fototeca de Cuba

Fuentes