Toma de Cienfuegos (1869)

Toma de Cienfuegos (1869)
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Ataque y toma de Cienfuegos por fuerzas del Ejército Libertador.
Fecha:6 de noviembre de 1869


Toma de Cienfuegos. El 6 de noviembre de 1869 fuerzas del Ejército Libertador, bajo el mando del mayor general Adolfo Fernández-Cavada Howard, atacaron y tomaron esta importante ciudad y puerto de la entonces provincia de Las Villas.

Localización

La ciudad y bahía de Cienfuegos se encuentra en la costa sur de la zona central de Cuba, y en esa época ya constituía una posición estratégica por dominar el tráfico marítimo de la zona central de la Isla de Cuba con todo Centro y Suramérica.

Contexto

Adolfo Fernández-Cavada Howard participó en la Guerra de Secesión de Estados Unidos (1861-1865), donde alcanzó el grado de capitán. Se alzó en Cienfuegos el 6 de febrero de 1869 y diez días después atacó el poblado de Palmira. En marzo de ese año fue nombrado jefe de la Brigada de Cienfuegos, y en julio era ya Mayor General. En agosto libró los combates de Altos de Potrerillo y Saltadero de Siguanea, y atacó el caserío de Arimao. El 5 de noviembre de 1869 combatió en el ingenio San Francisco y al siguiente día atacó y tomó parcialmente la ciudad de Cienfuegos.

Desarrollo

La toma de la ciudad de Cienfuegos había sido larga y cuidadosamente preparada desde marzo de 1869 por el mayor general Federico Fernández-Cavada, jefe de la División de Las Villas, quien la encargó a su hermano Adolfo por haber recibido la orden de marchar a Camagüey y reunirse con el Gobierno de la República en Armas.

La fecha del ataque fue decidida por el jefe cubano por coincidir con la visita del capitán general de la Isla, Caballero de Rodas, y formaba parte del plan la destrucción de los ingenios azucareros de las cercanías de la ciudad, lo cual sureste hizo en la noche del 5 de noviembre y determinó la salida del gobernante español al amanecer del día siguiente. También se aprovechó la errónea orden dada por el Teniente Gobernador Merás, de que la guarnición de la ciudad saliera al campo a batir a los insurrectos, hecho que debilitó extraordinariamente la defensa de la plaza.

La caballería insurrecta penetró en Cienfuegos por la calle de la Reina sorprendiendo al enemigo, el cual retrocedió ante la acometida de los patriotas. Los voluntarios, con el propio Merás, se embarcaron precipitadamente en una cañonera para refugiarse en el castillo de Jagua, dando así vía libre a los cubanos para incursionar por toda la ciudad, donde se apoderaron del polvorín, del cual extrajeron toda la pólvora que pudieron y la cargaron en los mulos, saquearon las tiendas de todos los enemigos de la independencia, el depósito de armas y los cuarteles de voluntarios, y se llevaron los cañones Parrow adquiridos poco antes en Estados Unidos.

Antes de abandonar la ciudad, Cavada ordenó el fusilamiento de algunos voluntarios (civiles españoles y cubanos al servicio de las fuerzas coloniales) a quienes las familias cienfuegueras acusaron de criminales, muchas de las cuales se marcharon con los insurrectos. El regreso victorioso a la base de operaciones de La Siguanea fue lento debido a la gran cantidad de pertrechos de todo tipo que llevaron consigo.

Esta acción tuvo gran resonancia entre los libertadores y en la emigración cubana en el exterior. Como consecuencia de estos hechos el teniente Gobernador Merás fue destituido y sometido a un consejo sumarísimo de guerra, junto con varios oficiales, dos de los cuales fueron fusilados al achacársele alta traición. Uno de ellos era el jefe del Regimiento de Baza y ostentaba grado de coronel.

Fuentes

  • Arcadio Ríos. Hechos y personajes de la Historia de Cuba. Recopilación Bibliográfica. La Habana, 2015. 320 p.
  • Diccionario enciclopédico de Historia Militar de Cuba. Tomo II. Acciones combativas. Centro de Estudios Militares de las FAR, 2006.
  • Mary Ruiz de Zárate. El general Candela. Biografía de una guerrilla, La Habana, 1974. Págs. 120-127.