Toxoplasmosis ocular

Toxoplasmosis ocular
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  La toxoplasmosis Ocular.'Infección de las capas internas del ojo producida por un parásito intracelular obligado y ubicuo, descubierto por Nicolle y Manceaux en 1908.

Generalidades.

La enfermedad puede ser congénita (la madre infecta al feto a través de la placenta) o adquirida cuando se manifiesta en la edad adulta. El síntoma más importante es la pérdida de la visión central por afectación de la mácula, lamentablemente frecuente debido a la predilección ¨ del parásito por esta zona de la retina. También la aparición de catarata y opacidades del vítrio y desprendimiento de la retina.

Causas.

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Antiguamente se pensaba que la toxoplasmosis ocular era una enfermedad adquirida en forma congénita y que posteriormente podía tener reactivaciones tardías. Hoy en día, sin embargo, este concepto ha variado gracias a que nuevos datos epidemiológicos han demostrado la existencia de formas adquiridas mediante el contagio por alimentos, agua y aire. Probablemente las cicatrices de las cuales se genera la reactivación ocular -que es la forma más común- se traten de una infección contraída anteriormente, pero no de una lesión congénita. En la mayoría de los casos esta primera lesión pasa desapercibida y es en la reactivación donde surgen los síntomas de la enfermedad ocular.

Los felinos, entre ellos el gato doméstico, son los principales hospederos. También el hombre y otros animales de sangre caliente, como aves y mamíferos, son sus hospederos intermediarios.

Vías principales de transmisión.

Son varias. La transmisión de madre a feto (a través de la placenta) ha sido la más aceptada y se ha planteado que la mayoría de los pacientes con toxoplasmosis ocular se contagian de esta manera. Sin embargo, la vía oral por la ingestión de los quistes del parásito contenidos en los productos como verduras, frutas, agua de beber o carne cruda o mal cocinada de un animal infectado se acepta hoy como la de mayor transmisibilidad. Afecta por igual a personas de todas la edades y no distingue sexo, raza ni estrato social. Una precisión: aproximadamente el 80% de los episodios de toxoplasmosis ocular ocurren en pacientes entre los 15 y 45 años.

Epidemiología.

Toxoplasmosis congénita.

En la presentación más común de toxoplasmosis ocular esta retinitis se localiza adyacente a una cicatriz coriorretiniana previa. Un estudio sobre recurrencias de la toxoplasmosis ocular mostró que 75% de los pacientes en su primera consulta ya tenía una cicatriz previa que había pasado desapercibida.
La uveítis anterior aparece en aproximadamente 50% de los pacientes con toxoplasmosis ocular.
Toxoplasmosis congénita. Si la infección es adquirida durante el tercer trimestre de embarazo, la transmisión al feto ocurre casi en 60% de los casos, probablemente debido a una mayor vascularización de la placenta. La retinocoroiditis es la manifestación más común. Es bilateral en 85% de los pacientes.

Sintomatología.

Esta enfermedad suele cursar de manera sintomática o con síntomas muy ligeros, benignos, de corta duración, y rara vez compromete otros órganos en los pacientes con sistemas de defensa (inmunitarios) normales. Una fase aguda de este padecimiento podría manifestarse por inflamación de ganglios de la región cervical, fiebre y decaimiento (astenia). Ahora bien, en los inmunodeficientes y enfermos de sida el comportamiento de esta dolencia es diferente. Puede ser muy grave, y hasta mortal, debido a que origina afectaciones en varios órganos entre ellos el cerebro.
Puede ser congénita y declararse al nacimiento, o aparecer posteriormente, con mayor frecuencia entre los 10 y 20 años, o ser adquirida, y presentarse entonces en cualquier momento de la vida. Como manifestaciones, en los niños pequeños predominan el estrabismo, la leucocoria o pupila blanca y el nistagmo (movimientos oculares espontáneos).
En los niños mayores, adolescentes y adultos los síntomas más comunes son enturbiamiento de la agudeza visual o pérdida de la visión central. En ocasiones la afección no da síntomas y suelen diagnosticarse durante exploraciones de rutina.
Para el establecimiento de un diagnóstico certero se realizan exámenes eminentemente clínicos.

Prevención.

Debe reforzarse el lavado de alimentos naturales que puedan contaminarse con tierra que contenga oquístes de deposición de gato. Sólo debe usarse agua potable y no ingerir carne cruda. No se deben manipular deposiciones de gato y estas deben eliminarse cada 24 h dado que el ooquístes es infectante sólo 48 h después de eliminado en la deposición. Debe evitarse la infección del gato doméstico impidiendo que cace ratones y que coma carne cruda. Debe alimentarse solamente con comida especial de gato. Para prevenir la toxoplasmosis congénita debe identificarse a las mujeres embarazadas susceptibles y reforzar las medidas de prevención y en aquellas que se infecten realizar el tratamiento con espiramicina lo más precozmente posible.

Tratamiento.

En la terapéutica se utilizan combinaciones de medicamentos.
• Antibióticos para atacar al parásito: PIRIMETAMINA y SULFADOXINA.
• Se recomienda acompañar los antibióticos de ÁCIDO FOLÍNICO.
• Para reducir la inflamación en el ojo se usa un corticoide: PREDNISOLONA

En pacientes con un adecuado estado inmune, dura de uno a dos meses. En los pacientes inmunosuprimidos o con sida la terapia médica puede prolongarse por varios meses para obtener favorables resultados.
Este tratamiento permite la reducción de los síntomas, en algunos casos puede haber mejoramiento de la visión, pero lo más importante es que ayuda a detener el curso de la enfermedad evitando futuras consecuencias y una afectación mayor de la visión. Por eso es fundamental seguir cuidadosamente las indicaciones de su médico u oftalmólogo.

Fuente.

  • Editorial Juventud Rebelde.