Trastorno de conversión


Trastornos Conversivos : también nombrados en las clasificaciones como trastornos somatomorfos.


Trastornos Conversivos
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Características

Se caracteriza por la pérdida de las funciones motoras o sensoperceptivas por lo que puede confundirse con alteraciones neurológicas. El cuadro clínico está precedido por situaciones estresantes o conflictivas para el individuo, que no sabe cómo manejarlas. Las expresiones sintomáticas pueden afectar cualquier órgano, por lo que a esta entidad se le llama la "gran simuladora", sin que esto signifique que el paciente esté fingiendo o que los síntomas los provoque intencionalmente.

Evidencia del cuadro clínico

Pérdida de conocimiento o desmayos, que es lo más frecuente.

Convulsiones.

Parálisis de los miembros.

Debilidad muscular.

Anestesias o parestesias.

Imposibilidad para hablar.

Dificultades en la marcha o en el equilibrio.

Movimientos atetósicos.

Ceguera.

Sordera.

Es característico la falta de preocupación del paciente ante su enfermedad, lo que se denomina la "belle indeference". Estas manifestaciones clínicas se pueden presentar en individuos con trastorno de personalidad histérica o sin éste, así como pacientes con cuadros disociativos, depresivos o de personalidad disocial.

Diagnóstico diferencial

Debe establecerse con:

Enfermedad médica. Se debe basar en un buen examen físico y neurológico y con apoyo de los medios diagnósticos, si es necesario.

Trastorno de simulación, si se constata que es producido de forma intencional por la ganancia obtenida con sus síntomas.

Trastorno facticio, si se produce intencionalmente, pero por factores internos inconscientes.

Disfunción sexual en adolescentes y jóvenes, cuando el síntoma afecta sólo esta área.

Trastorno por dolor, si este es el síntoma predominante.

Trastorno por somatización, cuando se expresa en síntomas somáticos con diferentes localizaciones que pueden confundirse con alteraciones neurológicas.

Tratamiento

Es primordial establecer una adecuada relación médico-paciente, de apoyo y atención a sus síntomas. El diagnóstico de trastorno conversivo se debe hacer por exclusión, después de un examen médico exhaustivo. No deben hacerse burlas, amenazas o maltratos al paciente. La sugestión y la hipnosis logran muy buenos resultados, por lo que no siempre estos enfermos requieren hospitalización. Puede asociarse algún hipnótico o sedante, por vía oral o parenteral, como el diazepam, o de un antidepresivo como la trifluoperacina o amitriptilina, si sospechamos que concomita con depresión.

El objetivo del tratamiento es eliminar la excitación, si con estas medidas no cede, se debe remitir al segundo nivel de atención para ser valorado por el equipo de salud mental del área de salud o al Servicio de Urgencias Siquiátricas del hospital más cercano.

Fuentes

Rodríguez Méndez, Ovidia : Salud Mental Infanto-Juvenil Editorial Ciencias Médicas

Álvaro, J.L. 1992: Influencia sociales y psicológicas en la salud mental.Ed.Siglo XXI,Madrid