Traumatismo de la uretra
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Traumatismo de la uretra, son las lesiones que afectan el conducto uretral, limitadas a este o como parte de un politraumatismo.
Patogenia
Las lesiones pueden originarse por causas externas o internas. Las causas externas pueden ser:
- Accidentales, consecuencia de heridas por instrumentos, proyectiles, mordeduras o rupturas por caídas a horcajadas, puntapiés, traumas por facturas pelviana; quirúrgicas, fundamentalmente, las que se producen en el curso de un parto o e intervenciones cercanas a la uretra.
Las causas internas pueden estar dadas por:
- Instrumentos (sondas); cálculos que se evacuan desde la vejiga; quemaduras al inyectarse en la uretra sustancias cáusticas por error y por cuerpos extraños introducidos en la uretra.
El traumatismo puede afectar la porción membranosa de la uretra, acompañando la ruptura de la pelvis ósea, o a la uretra anterior, tanto en su porción perineal como en la péndula.
Pueden producirse distintos tipos de rupturas de la uretra anterior, peneana y perineal: intersticial, que solo interesa el tejido esponjoso; parcial interna, son los casos en que solo se interesa el tejido esponjoso y la mucosa; parcial externa, en este caso están lesionados el tejido esponjoso y la fibrosa; total, están interesadas las tres túnicas (la mucosa, la esponjosa y la fibrosa)
Las rupturas uretrales totales pueden ser:
- Incompletas: en las que el conducto no está del todo seccionado y queda habitualmente unido por un puente de tejido en la cara superior
- Completa: cuando hay sección completa del conducto, con tendencia a la separación de los cabos.
En la porción membranosa, la ruptura es completa y con separación de los cabos uretrales.
Cuadro clínico
En los diversos tipos de traumatismos es variado. Los síntomas comunes son cuatro: dolor, uretrorragia, trastornos en la emisión de la orina y tumefacción de las partes blandas adyacentes.
Los síntomas generales varían de acuerdo con el tipo y la intensidad del trauma. El dolor tiene características y localizaciones especiales según el tipo de traumatismo. Los trastornos en la emisión de orina rara vez faltan, cuando la lesión es pequeña existe solamente disuria; pero cuando la lesión es extensa o hay sección total de la uretra, existe retención completa de orina. La uretrorragia es un síntoma común a todos los traumatismos uretrales.
Con el examen físico se pueden encontrar distintos tipos de lesiones, desde la tumefacción simple de tegumentos hasta la más severas, según el tipo de trauma y la intensidad de las lesiones provocadas.
Diagnóstico
Se basa en los antecedentes del traumatismo, el cuadro clínico y los exámenes complementarios siguientes:
- Placa de pelvis ósea.
- Urograma descendente por infusión.
Es de gran importancia realizar el diagnóstico topográfico de la lesión uretral y definir cabalmente si el traumatismo interesó la uretra membranosa o la uretra anterior en sus porciones perineal y péndula. La prueba diagnóstica de elección en pacientes con sospecha de lesión uretral es la uretrografía retrograda. Para realizarla se introduce, sin lubricante, una sonda de Foley 14 ó 16 hasta que el globo de la misma queda a 2-3 cm del meato. En los pacientes con integridad de la uretra se completa la exploración con una cistografía retrógrada para valorar la posibilidad de lesión a ese nivel. Si existe una lesión uretral el estudio de la vejiga se realizará mediante cistografía por punción suprapúbica. Si el estudio uretro-cistográfico no ha permitido localizar el origen de una hematuria, será necesario completar la evaluación del aparato urinario superior mediante PIV o TC. La PIV aporta pocos datos sobre la uretra: deformación en lágrima de la vejiga, en hematomas pélvicos, elevación de la base de vejiga, en roturas de uretra membranosa. Por ello, la uretrografía y cistografía retrógradas se realizarán antes de la PIV. Los hallazgos que podemos encontrar en la uretrografía son los siguientes:
- Flujo retrógrado a través de la uretra hasta el interior de la vejiga, en caso de ausencia de lesión uretral.
- Extravasación de contraste en el espacio pélvico extraperitoneal. Cuando está rota la uretra membranosa e intacto el diafragma urogenital.
- Paso de contraste hacia el espacio pélvico extraperitoneal y hasta el periné, indica rotura de uretra posterior y del diafragma urogenital.
- Si hay extravasación con flujo de contraste hacia la vejiga, la rotura es incompleta. En caso de que no llegue contraste a la vejiga, lesión uretral será completa.
Complicaciones
Estas pueden ser inmediatas o tardías. En las inmediatas son importantes la hemorragia cuyo descontrol puede conducir al shock, la infiltración de orina y la infección, y en las tardías puede producirse estrechez uretral con todas sus secuelas.
Tratamiento
La conducta terapéutica se basa fundamentalmente en la topografía y el tipo de lesión. Ante todo deben seguirse las medidas habituales para todo traumatizado: reposo, sedación, tratamiento del shock.
Deben evitarse por todos los medios los esfuerzos del enfermo para realizar la micción, así como llevar a cabo un cateterismo traumatizante que pueda agravar las lesiones. Si existe un globo vesical muy grande y fuera necesario, puede evacuarse la orina por una punción suprapúbica.
Fuente
- Portilla Sánchez, Dr. Ricardo y coautores. Urología. Editorial Pueblo y Educación, 1985