Tuberculosis urogenital


Tuberculosis urogenital
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Región más común:Pulmones y Riñones.

Tuberculosis urogenital. Causada por el bacilo de Koch, es una de las enfermedades con mayor prevalencia y mortalidad a nivel mundial. La afectación genitourinaria se estima entre un 2,7% y un 8% del total, siendo la manifestación extrapulmonar mas frecuente.

Resumen

La OMS estima que un tercio de la población mundial está infectada con tuberculosis, la probabilidad de infección depende de: la duración en exposición, tamaño del inóculo inhalado y la virulencia del bacilo. La tuberculosis es la enfermedad oportunista más frecuentemente encontrada en pacientes con VIH.

El tracto genitourinario es el segundo órgano afectado en orden de frecuencia, sólo por debajo del pulmón. Se debe a metástasis hematógenas durante la primo-infección. Dentro del tracto genitourinario el riñón es el principal órgano afectado, el resto del tracto es por contigüidad. Hablando de genitales el epidídimo es el órgano de mayor frecuencia de afectación. En este artículo se reporta un caso de tuberculosis renal en donde se remarcan varios aspectos importantes de la enfermedad.

Características

Las especies agrupadas en el complejo Mycobacterium tuberculosis son: M tuberculosis, M. africanum y M. bovis. En nuestro medio, M. tuberculosis es el agente etiológico habitual de enfermedades urológicas. Se trata de un bacilo aerobio estricto que tiene como características ser ácido-alcohol resistente, sensible a la luz solar, al calor, la luz ultravioleta y algunos desinfectantes pero resistente a la desecación. El Mycobacterium tuberculosis llega a los órganos genitourinarios por vía hematógena desde los pulmones. Una vez producida la primoinfección, en 90% de los casos la respuesta inmunitaria que se desencadena es suficiente para evitar el desarrollo de enfermedad clínica; los bacilos permanecen en estado latente en pequeños focos.

La tuberculosis renal es el sitio extra pulmonar de afección más común y comprende de entre 15 a 20% de todos los casos extra pulmonares. En todo el mundo la tuberculosis genitourinaria es responsable de 14% de las manifestaciones no pulmonares y 20% fue registrado en la raza blanca. En el mundo occidental entre 8% a 10% de los pacientes con tuberculosis pulmonar desarrollan tuberculosis renal, y en los países subdesarrollados la proporción de personas con Mycobacterium tuberculosis en la orina puede llegar de 15% a 20%.

Región más común

Los bacilos generalmente se encuentran en la región cortico-medular en forma de granulomas y cuando el individuo es afectado inmunológicamente el bacilo se reactiva resultando en una diseminación dentro de la médula, causando una papilitis.3 La enfermedad progresa lentamente y resulta en una necrosis extensa de la papila y puede incluso formase francas cavidades con abscesos y provocar destrucción del parénquima renal. Generalmente la forma de presentación es unilateral, las lesiones pueden ulcerar los túbulos colectores causando baciluria. Las afectaciones progresan y puede ocurrir fibrosis con escaras, cicatrices o atrofias parciales del parénquima renal, siendo su principal complicación la hipertensión. Todos los demás órganos genitourinarios se afectan después, ya sea por vía ascendente o descendente. Puede incluso ocasionar estenosis de la unión ureteropiélica.

Mecanismos que provocan falla rena l

Hay dos mecanismos por los cuales se puede llegar a provocar falla renal; el primero es por infección intrínseca, causando endarteritis obliterante y el segundo mecanismo es por atrofia renal secundaria a obstrucción debidas a estenosis de uréter o a múltiples estenosis del infundíbulo.

Síntomas

Los síntomas y signos de la tuberculosis genitourinaria son de intensidad y duración variables. Los pacientes por lo común refieren polaquiuria creciente e indolora que no responde a tratamiento antibiótico habitual. Otras manifestaciones clínicas son: hematuria total, intermitente (10%), microhematuria (50%), cólico nefrítico (fragmento calcificado, coágulo, litiasis), hemospermia, HTA (5% a 10%, y 25% en monorrenos), astenia, anorexia, adelgazamiento, y pionefrosis febril y tóxica (raras).

El ultrasonido puede revelar dilatación del sistema calicial y otros datos de obstrucción, con una sensibilidad para el diagnóstico de tuberculosis renal de 58.9%. Los hallazgos pueden ser clasificables en seis tipos: 1. ectasia; 2. hidronefrosis; 3. empiema; 4. atrofia e inflamación; 5. calcificación y 6. combinación de los anteriores.

La urografía excretora es de gran apoyo diagnóstico, puede detectar varios signos los cuales consisten desde distorsión de los cálices, hasta calcificaciones, estenosis de uréter y fibrosis vesical.

Diagnóstico

El diagnóstico diferencial se debe de hacer con pielonefritis aguda en lesiones de intersticio, masas ocupantes en los abscesos, divertículos caliciales en las cavernas y ureteritis quística en la lesión de uréter.

Tratamiento

El tratamiento médico consiste actualmente en iniciar con cortos esquemas de antifímicos, que son efectivos para casi todas las formas de tuberculosis. Estos están basados en iniciar con cuatro antifímicos por dos meses, utilizando rifampicina, isoniazida, pirazinamida, y etambutol (o estreptomicina) este esquema es seguido por cuatro meses más utilizando solamente rifampicina e isoniazida.

Fuentes