Virus de inmunodeficiencia humana

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Virus de inmunodeficiencia humana
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El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) se mantiene como un serio problema de salud pública a nivel mundial, tras cobrar más de unas 36 millones de vidas hasta 2012, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). En 2012 había unos 35,3 millones de personas infectadas por el VIH (las cifras oscilan entre 32,2 y 38,8 millones), afirma la OMS en su página digital. El África subsahariana es la parte más afectada del planeta, ya que representa el 69 % de los enfermos de todo el mundo.

Tipos de VIH

VIH-1

Dibujo de un virus VIH1.

Identificado por científicos estadounidenses. Originalmente localizado en las costas este y oeste de Estados Unidos, está diseminado en todo el mundo.

Tiene un período de incubación más corto.

Se divide en dos grupos: M (A-H) O.

Una característica importante del VIH es su extremada variabilidad genética por lo que el VIH-1 forma parte de una población viral heterogénea que dificulta la compresión de algunos de sus mecanismos de interacción entre el virus y su huésped.

En unas condiciones idóneas, académicas, se considera que el VIH es una partícula esférica con un diámetro entre 80 y 110 nanometros. Esta partícula presenta tres capas concéntricas: la capa interna contiene una especie de nucleoide con forma de cono truncado constituido por el ARN del virus y la nucleoproteína con las enzimas.

La capa intermedia es la nucleocápside icosahédrica; la capa externa o envoltura es una bicapa lipídica derivada de la célula huésped; está constituida por la inserción de glucoproteínas del virus constituidas por trímeros de gp120 («gp» es la abreviatura de glucoproteína) formando 72 proyecciones y por una alta concentración de proteínas celulares entre las que destacan antígenos de histocompatibilidad de clases I y II (HLA I y II).

Ciclo vital del VIH-1

Por alguno de los mecanismos de transmisión conocidos el VIH-1 penetra en el organismo y llega a las células linfoides. Existen dos tipos de células humanas que son blanco principal de la infección VIH, los linfocitos T CD4 y los macrófagos de los tejidos. Como consecuencia de la llegada a las células diana se ponen en marcha un conjunto de procesos que tienen como finalidad ocasionar la entrada del virus en la célula y la utilización de los mecanismos bioquímicos de ella para poderse replicar y dar lugar a nuevos virus.

El conjunto de los fenómenos que acontecen se conoce como ciclo biológico o vital del VIH y los mecanismos íntimos que lo componen presentan una enorme complejidad de interacciones entre el virus y su hospedador que no son totalmente conocidas en la actualidad y se presentan de un modo esquemático en el dibujo.

Para que el VIH penetre en la célula se debe producir la fusión de las membranas viral y celular. La entrada del VIH-1 en la célula se produce por la interacción del virus con al menos dos tipos de receptores. El receptor específico y común a todos los VIH-1 es una proteína que se encuentra en la superficie de las células diana y que se denomina molécula CD4.

Se cree que esta molécula CD4 (no confundir con el linfocito CD4) es específica y eficiente y que la afinidad de la gp120 viral por la CD4 es mayor que la afinidad de esta por su ligando natural, una molécula del complejo mayor de histocompatibilidad clase II.

Las principales células que poseen este receptor son los linfocitos y los monocitos/macrófagos (CD4+), aunque in vitro otros tipos celulares pueden ser infectados por el VIH y no todos ellos poseen la molécula CD4 (CD4-). Los linfocitos CD8 no expresan en condiciones normales el receptor CD4 pero se sabe que tras la infección de determinados virus como el HHV-6 si pueden expresarlo.

VIH-2

Al parecer mas antiguo que el VIH 1. Localizado originalmente en África Oriental. Se encuentra en África Occidental. Periodo de incubación mas largo se divide en cuatro subtipos (A-B-C-E).

Períodos

De incubación

El período que comienza desde que se infecta el individuo hasta que aparecen los primeros síntomas de inmunodeficiencia.

Estructura interna del virus VIH.

De ventana

El intervalo que transcurre desde que el individuo se infecta hasta que aparecen títulos de anticuerpos detectables por los estudios de laboratorio. Este periodo puede durar desde 30 días hasta 6 meses y como promedio de 6 a 8 semanas.

Los períodos de mayor transmisibilidad del VIH son los de mayor viremia (contracción de virus en sangre) y se corresponden con el inicio de la infección (periodo de ventana) y en la fase de enfermedad (sida).

¿De dónde viene?

¿Es una mutación? Una mutación habría ocasionado el aumento del poder patógeno del virus; la mutación simultánea de dos virus (VIH 1 y VIH 2) con códigos genéticos algo lejanos es difícil de aceptar.

¿Ha sido producido artificialmente por el hombre? Los primeros casos de sida se han encontrado por los años setenta, en esta época probablemente no se podían realizar manipulaciones genéticas.

Queda la hipótesis de que un virus circunscrito en un lugar aislado se hubiese diseminado como consecuencia de los cambios de vida (viajes internacionales, liberalización sexual, acceso generalizado a las transfusiones sanguíneas, uso compartido de agujas y jeringuillas) y, quizás, se hubiese vuelto más activo.

Transmisión

En la práctica existen tres modos fundamentales de transmisión del VIH: Transmisión sexual, transmisión parenteral por el uso compartido de agujas o jeringuillas, instrumentos contaminados, transfusión sanguínea, etc. y transmisión vertical o de la madre al feto.

Transmisión sanguínea

La transmisión del VIH por la sangre es, en la actualidad, el principal modo de transmisión del sida en España ya que la mayoría de portadores de anticuerpos VIH son UDVP (usuarios de drogas por vía parenteral). Las jeringuillas y agujas contaminadas que son compartidas pueden transmitir el VIH; además los objetos que se utilizan para la preparación de la droga también pueden estar contaminados.

Aviso con la fotografía de un condón.

La transmisión del VIH por transfusiones o inyecciones de productos derivados de la sangre es en la actualidad prácticamente nula ya que existe la obligatoriedad de detectar anticuerpos anti-VIH en todas las muestras de sangre desde 1987 y para estos fines solo se utilizan muestras que son seronegativas.

Toda persona que piense que ha tenido un comportamiento de riesgo en los últimos meses debe de abstenerse de dar sangre u órganos.

Los elementos de cuidado corporal (tijeras, hojas de afeitar, cepillo dental, pinzas, etc.) presentan un riesgo teórico de transmisión del VIH ya que pueden entrar en contacto con la sangre. Su empleo exige la limpieza con una solución desinfectante o su calentamiento.

El VIH se ha encontrado en diferentes líquidos corporales como saliva, lágrimas, orina, pero su presencia, quizá por su baja cantidad, no ha permitido constatar que permitan la transmisión del virus del sida por lo que los besos, vasos, cucharas, agua, ropa interior, etc. no suponen una fuente de transmisión del VIH.

Por lo tanto la saliva, el sudor, las lágrimas y los utensilios sucios no transmiten el virus del sida. Del mismo modo tampoco se transmite por picaduras de mosquitos ni de otros insectos y tampoco es transmitido por los animales domésticos ya que no son portadores del virus.

Relaciones sexuales

La vía más importante de transmisión del VIH en el mundo es la sexual, tanto homosexual como heterosexual. En general, el riesgo de transmisión sexual depende de la prevalencia de la infección en la población sexualmente activa.

Las prácticas homosexuales son las que se asocian con mayor riesgo de padecer la infección, sobre todo en las relaciones ano-genitales, siendo el compañero receptivo el más expuesto.

En las prácticas heterosexuales el riesgo es bidireccional, pero la probabilidad de transmisión hombre-mujer podría ser hasta 20 veces mayor que la de transmisión mujer-hombre. En todos los casos el riesgo se incrementa cuando se padece alguna infección de transmisión sexual (ITS) y cuando existen múltiples parejas.

En la prostitución se suman estos factores y en muchos casos su relación con la drogodependencia.

También son comportamientos de riesgo el turismo sexual y los «ligues» de bares, discotecas, etc.

El riesgo de transmisión sexual decrece cuando:

  • Existen prácticas sexuales seguras o teóricamente seguras.
  • Se evita la promiscuidad y las relaciones sexuales con desconocidos.
  • Se utilizan preservativos de látex.

Prueba de detección

La prueba de detección de anticuerpos anti-VIH es obligatoria cuando se hace donación de sangre, órganos, tejidos, semen u óvulos. En el resto de situaciones la realización de la prueba es una decisión voluntaria y exige el consentimiento del sujeto para su realización. Es aconsejable realizarse la prueba cuando:

  • Han existido o existen comportamientos de riesgo.
  • Se inicia una nueva relación amorosa.
  • Se desea tener hijos.
  • Aunque la prueba se realice de una manera periódica, y sea negativa, se deben tomar todas las medidas preventivas cuando se expone a situaciones de riesgo.

Es fundamental el uso de los preservativos y el evitar compartir agujas y jeringuillas. Tanto más cuando la prueba es positiva.

Exposiciones recientes a situaciones de riesgo

Desde el momento de la infección por el virus del sida hasta que se producen anticuerpos detectables en las pruebas convencionales puede pasar un periodo de tiempo variable que se cifra, por término medio, en tres meses.

Por lo tanto, una prueba negativa realizada a los pocos días de una posible exposición al VIH no demuestra que no se esté infectado y debería realizarse nuevas determinaciones a los tres meses e incluso, periódicamente, durante un año para poder descartar la infección. Ya que el paso a la seropositividad no es detectable de un modo inmediato durante este periodo se debe abstener de donar sangre o semen y solo se deberían tener relaciones sexuales protegidas.

Lugar de prueba

La mayoría de los laboratorios públicos o privados ofertan la realización de pruebas para la detección de anticuerpos frente al VIH. Sin embargo son muchos menos los que son capaces de realizar pruebas confirmatorias y menos todavía los que pueden realizar pruebas de detección directa del virus o sus productos.

La realización de la prueba de detección se puede solicitar en la mayoría de los centros de atención primaria y en las consultas externas de los hospitales. También se puede realizar en los centros de enfermedades de transmisión sexual o en centros específicos para la información y prevención del sida. En los centros públicos la prueba es gratuita.

Seropositivo

Cuando un sujeto presenta anticuerpos frente al virus del sida se dice que es seropositivo. La seropositividad solo indica que el sujeto ha entrado en contacto con el VIH y está infectado por él por lo que debe considerarse portador del virus y por lo tanto lo puede transmitir a otras personas.

Sin embargo la seropositividad no indica que se padece sida ni predice la evolución hacia la enfermedad. Todo sujeto seropositivo permanece infectado, probablemente, de por vida; por ello debe tomar precauciones que disminuyan los riesgos de evolución hacia sida y eviten que otras personas se expongan al virus.

Evitar transmisión

Una persona seropositiva puede infectar a otras a través de su sangre y secreciones sexuales por lo que debe adoptar medidas eficaces para evitar el contagio del sida a otros.

¿Cómo se puede evitar?

1. No donando sangre, órganos, tejidos ni semen.

2. Informando a las parejas sexuales de su estado de seropositividad y en caso de mantener relaciones sexuales, evitando la penetración y si hay penetración utilizando preservativos de látex.

3. No compartiendo utensilios de preparación e inyección de drogas.

4. Informando a los médicos, dentistas, acupuntores, etc. para que utilicen elementos desechables, esterilicen su material y tomen las medidas de protección adecuadas.

5. Evitando el embarazo ya que existe riesgo de transmisión al feto.

6. Limpiando todas las superficies manchadas de sangre con lejía (1 parte de lejía por 9 de agua: dejar actuar al menos 30 minutos).

7. Lavando la ropa manchada de sangre o secreciones sexuales a alta temperatura, en seco o con lejía.

8. No compartiendo los utensilios de aseo personal que puedan entrar en contacto con sangre, como cepillo dental, hojas y maquinillas de afeitar, tijeras y demás objetos cortantes.

9. Cubriendo las heridas y rasguños con un apósito hasta que curen.

Relaciones con otros

Fuera de los mecanismos de transmisión conocidos el sujeto seropositivo no puede de ninguna forma transmitir el VIH.

En las relaciones familiares los contactos cotidianos no transmiten el VIH y fuera de la transmisión sexual o la transmisión madre-feto no se debe temer infectar a los familiares.

En las relaciones laborales normales no existe ningún riesgo de transmisión del VIH por lo que no existe ninguna razón para excluir a una persona seropositiva de su trabajo, siempre que mantenga una actitud responsable frente a los demás, ya que es suficiente con tomar medidas de higiene general. El uso común de los aseos, duchas, vestuarios o comedores no constituyen por sí solos una situación de riesgo; tampoco el compartir herramientas, teléfonos, asientos, máquinas, etc.

Condones

En la imagen se ve que mientras se oprime la punta del condón o preservativo con los dedos pulgar e índice de una mano (para evitar que quede aire dentro), con los dedos de la otra mano se desenrolla el condón hasta llegar a la base del pene.

Los condones constituyen barreras de latex que impiden el contacto con semen o sangre durante tus relaciones sexuales en el momento de la penetración (vaginal o anal).

Existen diversas opiniones sobre el uso del condón, pero ha quedado demostrado en varios estudios su efectividad en la prevención de las infecciones de transmisión sexual (ITS) incluyendo el VIH.

Está comprobado científicamente que el virus de inmunodeficiencia humana no atraviesa la barrera de latex y que el condón es efectivo en un 97 % de los casos, en el 3 % restante puede fallar debido a un error que no tiene sus causas en el condón en sí, sino con su mal uso, es decir, colocarlo mal o utilizar lubricantes que lo puedan romper, ese margen del 3 % es un error humano que se puede reducir a cero si se usa correctamente en todas las relaciones sexuales.

Utilización correcta del condón

Se debe extraer el pene con cuidado, tomando el condón entre los dedos. A la izquierda de la imagen se ven las nalgas (abajo) y los muslos (arriba) de la pareja sexual. En la parte central superior se ve el bajo vientre del varón (con el ombligo). En la punta del pene se ve la correcta acumulación de semen (sin aire), y bajo los dedos se entrevé el escroto.
  • Abra cuidadosamente con los dedos la envoltura del condón por una orilla y retírelo.
  • No use sus dientes o tijeras, porque podría lastimar el condón y arruinar su capacidad para evitar el contagio.
  • Apóyelo sobre la punta del pene ya erecto
  • Presione la punta del condón entre los dedos para evitar que contenga aire. Si la punta del condón contuviera aire, en el momento de la eyaculación el semen no quedará correctamente acumulado en la punta del condón, sino que se correrá hasta la base del condón y podría salirse (arruinando la capacidad del condón para evitar que el semen entre en contacto con los tejidos internos de la pareja sexual)
  • Mientras mantiene la punta del condón entre los dedos, con los dedos de la otra mano desenrrolle el condón con cuidado (para evitar que ingrese aire) hasta la base del pene.
  • Durante la relación sexual, compruebe regularmente (cada pocos minutos) que el condón no se haya resbalado, alejándose de la base del pene. Si es necesario, tire nuevamente del condón para volverlo a su lugar (con el borde en la base del pene).
  • Después de eyacular, antes de que el pene pierda la erección, tome el borde del condón (que debería estar todavía en la base del pene) con los dedos para evitar que se salga del pene y el semen se derrame en el interior de la pareja sexual.
  • Sujete el condón por el borde para que no quede dentro de la vagina o el ano.
  • Una vez que el pene se encuentre fuera de la vagina o el ano, saque el condón del pene.
  • Anude y bote el condón a la basura. No lo bote en el retrete porque el látex contaminará el río (adonde desagua la cloaca) y finalmente el mar.

Prevención

Desde la XI Conferencia Internacional del Sida, celebrada en 2011 en Vancouver, se han abierto nuevas perspectivas sobre la infección VIH y el sida fundamentadas en dos pilares: el empleo de la medición de carga viral del VIH y las nuevas pautas de tratamiento con antirretrovirales. Estas perspectivas permiten ser optimistas y vislumbrar una luz en el fondo del túnel. (estas páginas se han actualizado con el tiempo, se conservan por su valor de perspectiva histórica). Sin embargo se empiezan a oír comentarios que pueden reflejar la confusión de la creencia de que existen tratamientos que curan el sida y que puede inducir a error.

A la luz de los conocimientos actuales no existe un tratamiento antirretroviral que cure el sida; las potentes combinaciones de tres o más antirretrovirales solo han demostrado que retrasan la progresión del seropositivo a sida y mejoran su calidad de vida, lo que ya supone un gran logro y quizás en el futuro se pueda decir que curan o cronifican la infección VIH; pero aún no. A pesar del descenso de la carga viral a niveles que no son posibles de detectar con las actuales técnicas, no quiere decir que el virus ha desaparecido o que no exista ADN viral dentro del material genético de algunas células. Por lo tanto no se debe confundir "indetectable" con "inexistente". También se tiene que tener presente que los descensos detectados en sangre no tienen porque corresponderse con descensos en, por ejemplo, secreciones sexuales.

En el momento actual es posible detectar al virus por carga viral o PCR a los pocos días del contagio (4 a 7 días) y se están ensayando regímenes de tratamiento temprano para ver si es posible erradicar el virus en los primeros momentos de la infección (unos pocos, 2-3, días tras ser expuesto a una potencial fuente de contagio). Sin embargo harán falta años para sacar conclusiones definitivas. Es cierto que la infección VIH puede ser una carrera contrarreloj, pero las precipitaciones iniciales y las estimaciones que se han hecho han sido con frecuencia erróneas; por lo tanto lo mejor es ser prudente y actuar a la luz de los conocimientos actuales, que además evolucionan con mucha rapidez.

Por todo ello todos deberíamos tener presente que:

Los tratamientos actuales no sabemos si pueden erradicar el VIH aún cuando se inicien precozmente. Aquí no ocurre como con la gonorrea, un contacto sospechoso no se puede subsanar con una dosis de antimicrobianos. Por ello el sexo seguro sigue siendo la mejor práctica para evitar un posible contagio de las enfermedades de transmisión sexual, entre ellas el sida. No se puede decir, da igual, mañana me tomo los antirretrovirales y solucionado.

En la actualidad los tratamientos no se venden en las farmacias, tienen muchos efectos secundarios o indeseables de gravedad variable y no siempre será fácil acceder a ellos. Los seropositivos, mientras no se demuestre lo contrario, siguen siendo portadores del VIH aunque su carga viral sea indetectable. Por lo tanto deben evitar la transmisión del virus a otros adoptando o reafirmando prácticas seguras; a su vez, podrán evitar reinfecciones.

Que el sida no siga discriminando

Contra el miedo, los prejuicios y la discriminación, la práctica de la solidaridad es fundamental. El sida es una enfermedad, son derechos de los infectados y obligaciones de todos. La violación de estos derechos atenta contra numerosos artículos de la Constitución cubana y contra los derechos fundamentales del ser humano.

  • Nadie tiene derecho a restringir la libertad o los derechos de las personas por el único motivo de ser estas personas que conviven con el VIH, cualquiera sea su raza, nacionalidad, religión, sexo u orientación sexual.
  • Ninguna persona que vive con el VIH será sometida a aislamiento, cuarentena o cualquier tipo de discriminación.
  • Toda persona que convive con el VIH tiene derecho a la participación en todos los aspectos de la vida social. Toda acción que tienda a apartar a las personas que conviven con el VIH de un empleo, de un alojamiento, de una asistencia, o a privarlos de ellos, o que tienda a restringirles la participación en las actividades colectivas, debe ser considerada discriminatoria y penada por la Ley.
  • Toda persona que convive con el VIH tiene derecho a la continuación de su vida civil, profesional, sexual y afectiva. Ninguna acción podrá restringir sus plenos derechos de ciudadanía.
  • Todas las personas tienen derecho a la información clara, exacta y científicamente fundada acerca del sida, sin ningún tipo de restricción. Las personas con el VIH tienen derecho a informaciones específicas sobre su condición de tales.
  • Nadie será sometido compulsivamente, en ningún caso, a las pruebas de detección del sida. Estas deberán ser usadas exclusivamente para fines diagnósticos, para el control de transfusiones o transplantes o para estudios epidemiológicos, pero jamás para ningún tipo de control de personas o poblaciones.En todos los casos de análisis, los interesados deberán ser informados por un profesional competente.
  • Toda persona que convive con el VIH tiene derecho a comunicar su estado de salud o el resultado de sus análisis solo a las personas a las que desee hacerlo.
  • Nadie podrá hacer referencia a la enfermedad de otro, pasada o futura, o al resultado de un análisis para el sida sin el consentimiento de la persona interesada. La privacidad de la persona infectada por el VIH deberá estar asegurada por todos los servici

os médicos y asistenciales.

  • Toda persona que vive con el VIH tiene derecho a la asistencia y al tratamiento, suministrados ambos sin ninguna restricción y garantizando su mejor calidad de vida.
  • Todas las personas tienen el derecho a recibir sangre y hemoderivados, órganos o tejidos que hayan sido rigurosamente analizados y comprobada en ellos la ausencia del virus del sida.

Características generales

Desde el momento en que el VIH penetra en el organismo empieza a proliferar de forma continua.

Se podrían distinguir al menos tres fases evolutivas de la infección:

  1. fase inicial, precoz o aguda;
  2. fase intermedia o crónica y
  3. fase final, de crisis o de sida.

La destrucción de los linfocitos CD4 producirá una inmunosupresión severa que favorece la aparición de la mayoría de las infecciones oportunistas y neoplasias características del sida. El tratamiento con antirretrovirales y la profilaxis de las infecciones oportunistas han modificado la evolución del sida. Por lo tanto es posible que no conozcamos la evolución que seguirá la infección por VIH hasta dentro de algunos años.

Fase inicial

Independientemente de su mecanismo de transmisión las manifestaciones que aparecen tras la penetración del VIH en el organismo pueden guardar relación con la dosis infectante, la virulencia de la cepa de VIH y la capacidad de respuesta del sujeto infectado.

El VIH se disemina e invade muchos tejidos, especialmente el tejido linfoide y los ganglios linfáticos. El paciente infectado puede o no presentar sintomatología; por lo general existe un cuadro de síndrome mononucleósico al que no se le suele prestar demasiada atención.

A las 2-6 semanas del contagio se detecta antígeno del VIH (antígeno p24), el cultivo viral se positiviza y existen muchos linfocitos CD4 infectados; progresivamente van apareciendo los anticuerpos circulantes (4-12 semanas) y la inmunidad celular y el antígeno p24 desaparece y descienden las células infectadas. En este período puede existir una inmunodepresión pasajera que puede facilitar la aparición o reactivación de algunas infecciones oportunistas.

Fase crónica

Esta fase tiene una duración variable estimada en varios años y en ella persiste la proliferación viral, aunque a bajo nivel. Se estima que 1 de cada 10 000 linfocitos CD4 circulantes estaría infectado pero solo en el 10 % de ellos existiría replicación viral.

Los pacientes suelen estar asintomáticos, con o sin adenopatías, cifra baja de plaquetas y mínimos trastornos neurológicos puestos de manifiesto por pruebas electrofisiológicas.

Aunque existen amplias variaciones individuales, se estima que en 10 años el 50 % de los adultos y el 80 % de los niños habrán evolucionado a estadios más avanzados, aunque la progresión de la enfermedad puede verse influida por numerosos factores

Fase final

Se caracteriza por un aumento de la replicación del VIH (que podría producirse en 1 de cada 10 linfocitos CD4) y coincide clínicamente con una profunda alteración del estado general del paciente (wasting syndrome, síndrome de desgaste), aparición de graves infecciones oportunistas, ciertas neoplasias y alteraciones neurológicas, de modo que se dice que el infectado por el VIH tiene sida.

El pronóstico es variable en cuanto a supervivencia. La edad, el mecanismo de contagio, la forma de presentación parecen influir en la supervivencia. El tratamiento con antirretrovirales ha favorecido la prolongación de la supervivencia en el tiempo: Antes de ellos la supervivencia no era superior al 30-50 % a los 2 años y menor del 10-20 % a los 4 años.

Manifestaciones clínicas en la fase aguda

Los principales síntomas y signos son:

  • Fiebre y/o sudoración, 97 %
  • Adenopatías, 77 %
  • Odinofagia (dolor al tragar), 73 %
  • Erupción cutánea, 70 %
  • Artralgias y mialgias (dolor de articulaciones y músculos), 58 %
  • Trombopenia, 51 %
  • Leucopenia, 38 %
  • Diarrea, 33 %
  • Cefalea (dolor de cabeza), 30 %
  • Elevación de las transaminasas, 23 %
  • Anorexia, náuseas o vómitos, 20 %
  • Hepato y/o esplenomegalia (aumento tamaño de hígado o bazo), 17 %

Síntomas

No es posible diagnosticar en forma confiable la infección por VIH o el sida cuando solamente se tienen en cuenta los síntomas. La única manera de saber con seguridad si una persona está infectada con VIH es realizarse una prueba de detección del VIH.

El virus VIH entra en contacto con los tejidos sanos y se autorreplica.

Las personas que viven con VIH pueden sentirse y verse completamente bien. No obstante, es posible que sus sistemas inmunológicos estén dañados. Es importante recordar que una vez que alguien está infectado con VIH puede transmitir el virus de forma inmediata, incluso si tal persona se siente saludable.

El VIH es el virus que provoca el síndrome sida. Si una persona que está infectada con VIH no realiza un tratamiento antirretrovírico eficaz, el VIH debilitará su sistema inmunológico con el pasar del tiempo. En consecuencia, se volverá más vulnerable a las infecciones oportunistas.

Síntomas provocados por las infecciones oportunistas.

Estas infecciones son provocadas por gérmenes que nos rodean todo el tiempo, pero que normalmente pueden ser combatidos por un sistema inmunológico sano.Cuando el sistema inmunológico está lo suficientemente debilitado, tales infecciones se desarrollarán y producirán una amplia variedad de síntomas, algunos de los cuales pueden manifestarse con intensidad. Algunos tipos de cáncer también pueden volverse más comunes cuando el sistema inmunológico está debilitado.

Tales síntomas, no obstante, no pueden interpretarse como signos definitivos de infección por VIH o sida. Un diagnóstico de sida requiere de signos que manifiesten una deficiencia inmunológica importante y cuya aparición no puede ser explicada por ningún otro factor excepto el VIH. Para ello, suele ser necesaria una prueba de detección del VIH.

Síntomas posteriores a la infección por VIH. Algunas personas que están infectadas con VIH no advierten ningún cambio inmediato en su salud. Sin embargo, algunos padecen gripes cortas a las pocas semanas de infectarse o bien desarrollan sarpullidos y se les inflaman los ganglios. Estos síntomas no indican el desarrollo de sida y, en general, desaparecen a los pocos días o semanas.

Síntomas típicos

Tengo los típicos síntomas de gripe, se me han inflamado los ganglios, ¿podría ser VIH? Muchas enfermedades presentan los síntomas de la gripe o provocan la inflamación de los ganglios. No se puede contraer VIH a menos que se haya estado expuesto directamente al virus.

El VIH puede transmitirse durante las relaciones sexuales con una persona infectada, a través del contacto con sangre o leche materna infectada, o bien durante la aplicación de inyecciones o la realización de procedimientos médicos poco seguros. Si no está seguro de si lo anterior se aplica a su situación, lea nuestra página acerca de cómo puede o no infectarse con el virus del VIH. La única manera de saber si está o no infectado con el VIH es a través de una prueba de detección de este virus.

Medicamentos para tratar la infección

Los distintos tipos de medicamentos con frecuencia se usan juntos (en combinación) para disminuir la cantidad del VIH en su cuerpo. Cuando distintos medicamentos se combinan con el propósito de disminuir la cantidad de VIH dentro de su sangre hasta alcanzar niveles muy bajos, el régimen de tratamiento resultante se llama terapia antiretrovírica altamente activa (HAART por sus iniciales en inglés).

Su médico le debe hacer un seguimiento muy cuidadoso mientras que usted está siendo tratado con estos medicamentos para ver qué tan eficientes son en disminuir la cantidad de virus dentro de su cuerpo. Su médico también quiere asegurarse de que usted no está teniendo efectos secundarios como náusea, vómito, fatiga, anemia o neuropatía periférica (una sensación de entumecimiento en sus manos o en sus pies).

Existen cuatro tipos de medicamentos se usan para luchar contra la infección por el VIH.

1) Inhibidores análogos nucleósidos de la transcriptasa inversa

El primer tipo se denomina inhibidores análogos nucleósidos de la transcriptasa inversa ―que en Estados Unidos se conocen coloquialmente como nukes―. Cuando el VIH infecta una célula sana, necesita el ADN de la célula o las instrucciones genéticas para poder ensamblar copias de sí mismo. Estos medicamentos actúan bloqueando la capacidad del VIH para copiar el ADN de una célula. Sin un ADN completo, el VIH no puede ensamblar nuevas copias virales. Estos medicamentos incluyen lo siguiente:

Ciclo completo de vida del virus VIH.
  • zidovudina, también conocida como AZT (nombre de marca: Retrovir).
  • didanosina, también conocida como ddl (nombre de marca: Videx).
  • zalcitabina, también conocida como ddC (nombre de marca: Hivid).
  • lamivudina, también conocida como 3TC (nombre de marca: Epivir).
  • stavudina, también conocida como d4T (nombre de marca: Zerit).
  • abacavir, también conocido como ABC (nombre de marca: Ziagen).

2) Inhibidores no nucleósidos de la transcriptasa inversa

El segundo tipo de medicamentos se llaman inhibidores no nucleósidos de la transcriptasa inversa. Estos medicamentos también previenen que el VIH use el ADN de una célula sana para hacer copias de sí mismo, pero de una manera ligeramente diferente. Este grupo incluye los siguientes medicamentos:

  • delavirdina (nombre de marca: Rescriptor).
  • nevirapina (nombre de marca: Viramune).
  • efivarenz, también conocido como EFV (nombre de marca: Sustiva).

3) Inhibidores de proteasa

El tercer tipo de medicamento se llama inhibidores de proteasa. Estos medicamentos funcionan previniendo que las células infectadas liberen el VIH dentro del cuerpo. Este grupo incluye los siguientes medicamentos:

  • saquinavir (nombre de marca: Invirase).
  • indinavir (nombre de marca: Crixivan).
  • nelfinavir (nombre de marca: Viracept).
  • ritnonavir (nombre de marca: Norvir).
  • amprenavir (nombre de marca: Agenerase).

4) Inhibidores de fusión

El cuarto tipo de medicamento se llama inhibidor de fusión.

  • enfivirtide (nombre de marca: Fuzeon).

Este medicamento trabaja previniendo la entrada del virus VIH dentro de las células sanas de su cuerpo. Este medicamento es inyectado por un médico.

Descubrimiento de un gen que bloquea el VIH

Un equipo de investigadores de la Universidad de Alberta descubrió un gen que puede bloquear el VIH, y, a su vez, prevenir la aparición del sida. El gen en cuestión, ha sido llamado TRIM22 y puede bloquear la infección por el VIH.

Cuando ponemos este gen en las células, impide que el ensamblaje de los virus VIH. Esto significa que el virus no puede salir de las celdas para infectar otras células, con lo que se bloquea la propagación del virus.
Stephen Barr, virólogo molecular encargado de la investigación

Barr y su equipo también impidió que las células se conviertan en TRIM22, provocando un interesante fenómeno: la respuesta normal de interferón, una proteína que coordina los ataques contra las infecciones virales y que convirtió en inútil el bloqueo de la infección por el VIH. Esto significa que TRIM22 es una parte esencial de nuestra capacidad del cuerpo de luchar contra el VIH. Los resultados son muy interesantes porque muestran que nuestros cuerpos tienen un gen que es capaz de detener la propagación del VIH. De este modo, se logra de forma natural, la función de los actuales medicamentos antirretrovirales y así, la aparición de nuevas cepas resistentes a los fármacos del VIH ya no sería un problema, pues nuestro cuerpo de forma natural, se encargaría de bloquear esta nueva cepa.

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Fuentes