Veinticuatro horas de la vida de una mujer

Veinticuatro horas de la vida de una mujer
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Autor(a)(es)(as)Stefan Zweig
Editorial:Acantilado
Géneroneorromántica psicológica
Edición11.a
PaísAustria

Veinticuatro horas de la vida de una mujer (en alemán: Vierundzwanzig Stunden aus dem Leben einer Frau) es una novela psicológica neorromántica escrita en 1927 por el poeta, novelista, ensayista y dramaturgo austriaco Stefan Zweig.

Ha sido llevada al cine en 1931, 1944, 1952, 1968, y 2002.2 3

Género y corriente

  • Novela neorromántica psicológica

Sinopsis

En una pequeña y burguesa pensión de la Riviera, donde vive el autor, un hecho ha conmocionado a todos los que allí residen: una honorable francesa, fina y exquisita, casada y madre de familia, ha abandonado marido e hijas para irse con un joven seductor a las pocas horas de haberlo conocido. A raíz de ello, una anciana aristócrata inglesa, huésped también de la pensión, relata al autor de la obra un episodio vivido en su juventud, bastante similar al que ha conmovido a los veraneantes.

Luego de un matrimonio inmensamente feliz, Mrs. C., a los cuarenta años de edad, queda viuda, rica y con dos hijos mayores. Se dedica a viajar para olvidar su tristeza; y un día, en una sala de juego de Montecarlo, conoce a un joven y presencia su ruina porque ha perdido todo en la ruleta. Adivinando en él la intención de suicidarse, se le acerca y le pide seguirla. El desconocido la toma por una prostituta y le responde que no tiene dinero. Mrs. C. le ofrece dárselo y también pagarle el alojamiento de esa noche, pues intuye la soledad del muchacho en la ciudad y su carencia de un sitio adonde ir. Al llegar al hotel el joven no quiere desprendérsele. Aquella mujer es su salvadora, y Mrs. C., en un gesto humanitario, lo acompaña y sube con él. Las extrañas circunstancias se prestan, luego, para que ambos pasen una singular noche de amor.

Al día siguiente, al despertar, horrorizada y confusa por lo sucedido, antes de alejarse avergonzada, le hace prometer al joven que nunca volverá a jugar y abandonará Montecarlo de inmediato. Conciertan una cita para que ella le entregue el pasaje de regreso. Cuando se encuentran otra vez, un gran respeto y gratitud animan al joven; y ella se siente feliz porque le ha salvado la vida; además, él le reitera, por su honor, que abandonará aquel lugar. Sin embargo, una extraña evolución sucede en los sentimientos de Mrs. C.; no soporta la idea de separarse de aquel joven; se siente capaz de arriesgarlo todo por seguirlo a donde sea y una gran depresión la embarga.

Para distraer su tedio, esa noche concurre a la ruleta y, para su sorpresa, allí encuentra nuevamente al joven, entregado como nunca a su pasión de jugador, pero ahora está ganando una fortuna. Furiosa, se le acerca para recordarle su promesa. Él la insulta y le arroja a la cara el dinero que le adeuda. Avergonzada por el escándalo, Mrs. C. abandona Montecarlo a la mañana siguiente.

Cuando diez años más tarde se entera del suicidio de aquel joven, no experimenta el menor pesar sino cierto placer, pues con él desaparece así el único testigo de un pasado que no quiere recordar.

Valoración

Este breve relato incursiona magistralmente en los misterios del alma humana. El mayor elogio hecho a este libro procedió de Gorki quien declaró nunca haber leído nada más profundo. Veinticuatro horas en la vida de una mujer constituye una de las mejores muestras del talento de Zweig. Es, a pesar de su brevedad, una novela perfectamente estructurada y articulada, manejada con un estilo admirable que oculta, bajo su sencilla fluidez, la mano maestra de un auténtico escritor. El argumento, cierto, no resulta especialmente original; de hecho podríamos encontrar, tanto en el S.XIX como a principios del XX, innumerables relatos, muchos de ellos mediocres, con un planteamiento similar. Es sin embargo la habilidad de Zweig, lo que antes llamamos el don del narrador, la que convierte esta obra en una pieza única y hermosa, lírica y refinada, exenta de toda afectación superflua. La sobriedad del estilo se aúna en ella con un profundo conocimiento de la psicología humana (especialmente la femenina, que el autor supo siempre retratar con suma elegancia) y con un gran dominio de los recursos narrativos, que convierten a Zweig en el referente literario que indudablemente es.

Fuente

  • Zweig, Stephan (1927): Veinticuatro horas en la vida de una mujer. La Habana: Acantilado, 11.ª edición, 2010.