Vellido Dolfos

Vellido Dolfos
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Noble leonés
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Vellido Dolfos o Adolfo. Fue un personaje legendario noble leonés del Siglo XI. Conocido por aparecer en el romancero y las crónicas medievales como el autor de la muerte del rey Sancho II de Castilla el 6 de octubre de 1072.

La Historia

Históricamente, vivió bajo el reinado de Alfonso VI (1065-1109; en Castilla desde 1072) y su familia tenía sus feudos al norte de Zamora. En cualquier caso, se trata de un personaje que ha pasado a la historia como regicida, que influyó de manera decisiva en la historia de España al dejar a Castilla sin rey, y que ha permanecido en la tradición literaria, fundamentalmente la de los cantares, encarnando la figura del traidor.

Orígenes

Se mezclan historia y leyenda, pues de él se tienen noticias a menudo contradictorias y no demasiado fiables a través de diversas crónicas y cantares de la época, como el Cantar de Sancho II de Castilla, recogido en la Crónica Najerense y posteriormente consignado en otras crónicas, como la Primera Crónica General. Según la leyenda, era amante de Urraca de Castilla, hija primogénita de Fernando I de Castilla (1035-1065; en León desde 1037), a la que se había cedido el gobierno de la ciudad de Zamora.

Leyenda

Según las crónicas en 1072, mientras Sancho II se disponía a poner sitio a Zamora para arrebatarla a su hermana, Vellido salió de la ciudad y, fingiendo desertar, solicitó una entrevista con Sancho para pasarse a las filas de éste y mostrarle los lugares más vulnerables de la muralla. Durante su encuentro, en un descuido del monarca, lo asesinó por la espalda con el venablo que éste llevaba y huyó. A continuación, varios caballeros de Sancho, entre ellos el Cid, salieron en su persecución. Algunos escritos cuentan que el Cid no logró darle alcance y que solamente consiguió herir levemente a su caballo; otros, en cambio, afirman que lo hirió y que fue ajusticiado. Otras fuentes mantienen que se refugió en la ciudad, logrando escapar así de sus perseguidores, y que luego doña Urraca le permitió marcharse. Incluso hay crónicas que aseguran que Diego Ordóñez, primo del rey Sancho, logró vengar su muerte y mandó descuartizarlo vivo.

Romancero

Los romances cuentan que un testigo lejano de la traición fue el Cid, quien, a pesar de haberlo intentado, no pudo alcanzar al asesino por no llevar calzadas las espuelas, y, según se cuenta, maldecía desde entonces a los caballeros que, en este mundo de engaño y perfidia, cabalgaran sin ellas. El romance que empieza "Rey don Sancho, rey don Sancho" da cabida, hacia su final, a la voz popular que acusaba a doña Urraca, señora de la plaza fuerte y hermana del rey asesinado, como instigadora del crimen. El Romancero no nos dice nada más de Vellido Dolfos, que se desvanece en la oscuridad, a excepción de su nombre, que permanece proverbialmente en el lenguaje popular como sinónimo de traidor desleal, típico "malo" entre los personajes literarios españoles.

Fuentes