Lycalopex fulvipes

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Zorro de Darwin o zorro Chilote
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Es el canido más pequeño que habita Chile.
Otros nombreszorro de Chiloé
Clasificación Científica
Reino:Animalia
Filo:Chordata
Clase:Mammalia
Orden:Carnívora
Familia:Canidae
Género:Lycalopex
Especie(s):L. fulvipes (Martin, 1837)
Hábitat:Habita en los bosques templados del sur de Chile, en dos subpoblaciones separadas por más de 500 km de distancia.

El Zorro chilote (n. c.Lycalopex fulvipes) es una pequeña y amenazada especie endémica de Chile, presente en la Isla de Chiloé y en la Cordillera de Nahuelbuta. También se lo conoce como "zorro de Darwin", por haber sido colectado por Darwin. Se ha conocido antes también con el sinónimo Pseudalopex fulvipes.

Descripción

Es un animal pequeño, de entre 2,5 y 4 kg de peso y 25 cm de altura. Su cuerpo es de color gris oscuro y negro, con manchas rojizas en la zona de las orejas y en sus patas. Su cola es larga y peluda. Todo su cuerpo está cubierto de abundante pelo largo. Es un mamífero de piernas cortas.

Su comportamiento es poco conocido, pero se sabe que prefiere las zonas cubiertas de vegetación antes que las zonas descubiertas, lo cual es un rasgo que lo distingue de las demás especies del género.

Hábitat

Habita en los bosques templados del sur de Chile, en dos subpoblaciones separadas por más de 500 km de distancia. La mayor, cerca del 90% del total, se encuentra en la parte occidental de Isla Grande de Chiloé y la menor en una pequeña zona de la Cordillera de Nahuelbuta, dentro del Parque Nacional Nahuelbuta y en sus alrededores.

Población

Esta especie es otro relicto de épocas pasadas, pues se encuentra aislado en dos localidades separadas por más de 600 km y además no están emparentados con los otros zorros chilenos. De estas dos subpoblaciones actuales, la mayor, con cerca del 90% de ejemplares totales, se encuentra en la parte occidental de Isla Grande de Chiloé, mientras que la menor habita en una pequeña zona de la Cordillera de Nahuelbuta, dentro del Parque Nacional Nahuelbuta y en sus alrededores.

Hay pocos registros históricos de esta especie. Darwin recogió el primer ejemplar en 1834 de la isla de Chiloé. Mucho más tarde, Osgood (1943), capturó otro en la desembocadura del río Inio, en la misma isla. Sin embargo, en la costa del Pacífico de la isla, esta especie ha sido vista en la playa tricolor en Junio de 1999, e intensamente monitoreada desde noviembre de 2001. En otra zona, en la Cordillera del Piuché, han sido monitoreados desde 1989. Ha habido algunos casos más de estudios y capturas.

Se sabe de su existencia en el Parque Nacional Nahuelbuta desde 1975. Allí mediante trampeo intensivo en 2004 se estimó la densidad en 1,14 ind/km², extrapolando la población total de esa zona en 78 individuos. Estos individuos dentro del área protegida tienen tendencia desconocida, y en alrededores otros 10 tienen tendencia decreciente. En la Isla de Chiloé se calculaban 250 individuos en áreas protegidas, con tendencia estable, y 250 en alrededores, con tendencia decreciente, dando un total mundial cercano a los 600 ejemplares.

Según datos de la IUCN (2008) quedan menos de 250 ejemplares de adultos, lo que significa que contando el resto de la población habrá más, aunque seguramente no tantos como 600.

Vila et al., en 2004, encontraron evidencia de lo que puede ser una tercera población en Punta Chanchan, al norte de Valdivia.

Se encuentran tanto en la isla como en el continente parece ser por que a finales del Pleistoceno, la isla de Chiloé estaba conectada a Chile por tierra; la isla se separó hace unos 15000 años, cuando el nivel del mar ascendió, lo que supuso el aislamiento de la población de zorro de Chiloé.

Riesgo de extinción

Está en peligro crítico de extinción a causa de la destrucción de su hábitat, de los ataques de perros y de la persecución de agricultores, que lo consideran una amenaza para sus gallinas. La población total se estima en unos 600 individuos.

De hecho, el zorro chilote y el zorro isleño o zorro gris de las islas (Urocyon littoralis), que habita en las islas de California, son las dos especies de cánidos en mayor riesgo de extinción en el mundo.

Según la IUCN, la población total de adultos cuenta con menos de 250 ejemplares en la actualidad (información del 2008). En el 2004 se calculaba un total de aproximadamente 600 zorros tanto reproductores como el resto, 100 de ellos en el continente y 500 en la isla.

Amenazas

Actualmente se encuentra gravemente amenazada a causa de la destrucción de su hábitat, de los ataques de perros y de la persecución de agricultores, que lo consideran una amenaza para sus gallinas.

A pesar de que están protegidos en el Parque Nacional Nahuelbuta, como ya se ha mencionado existe una alta mortalidad cuando se mueven a zonas de los alrededores, principalmente en invierno. Además, algunos zorros crían en estas zonas. Esta es una de las razones por la que se recomiendo aumentar la extensión del parque a las zonas de alrededor.

Además la presencia de perros en el parque es seguramente la mayor amenaza actual ya que son potenciales transmisores de enfermedades, así como atacantes directos. Aunque los perros están prohibidos en el Parque Nacional Nahuelbuta, muchas veces los visitantes llevan perros que se pierden en su interior. Incluso la gente de los alrededores o guardabosques llevan perros al parque. En la isla de Chiloé también hay perros en el parque. Además existen interacciones con las personas en las que pueden acabar saliendo mal parados los zorros.

En los 430 km² del parque de Chiloé parece estar relativamente a salvo, en una gran zona a penas modificada. Sin embargo, los zorros también viven en las zonas de alrededor, donde la cubierta vegetal sigue siendo importante. Estas últimas son zonas vulnerables y donde existe una contínua tala de árboles, fragmentación de bosques y caza furtiva por parte de los lugareños. Además, existe el problema del contacto de zorros y personas, que causa conflictos.

Aunque no tienen uso comercial, a veces se les mantiene en cautividad como mascotas en la isla Chiloé.

Medidas de conservación

Está incluido en el CITES, en su Apéndice II, y está protegido por la legislación chilena desde 1929, aunque la aplicación de la protección no es siempre efectiva y existe caza furtiva.

Está protegido por las leyes de la isla desde 1929, aunque su aplicación puede llegar a ser difícil y es casi inevitable que se sigan produciendo casos de caza furtiva.

El Parque Nacional Nahuelbuta además protege a la población continental en sus 68 km², al igual que el Parque Nacional Chiloé protege a la población insular en aproximadamente 430 km² desde 1929. Sin embargo, la aplicación de las medidas de protección puede llegar a ser difícil y es casi inevitable que se sigan produciendo casos de caza furtiva.

El Zoológico de Temuco liberó en octubre de 2000 en Chiloé a un macho y a una hembra.

También hay en ejecución proyectos como el Darwin´s Fox Research & Conservation Project (Proyecto de Investigación y Conservación del Zorro de Darwin). Para lograr los objetivos del proyecto intervinieron un grupo de científicos chilenos y personas relacionadas con el manejo de la vida silvestre. Además se usa una combinación de investigación básica en genética, epidemiología y ecología del zorro chilote y de la población de perros rurales, apoyada con un programa de educación ambiental.

Investigaciones necesarias

Existen lagunas en el conocimiento de esta especie, por lo que son necesarias más investigaciones. Una actuación con alta prioridad sería la de realizar intensas búsquedas de nuevos grupos de población entre entre Chiloé y Nahuelbuta, ya que en los casi 600 km que separan a estas poblaciones hay muchas zonas poco exploradas, y donde podrían quedar pequeñas poblaciones aisladas.

Además es de máximo interés conocer el comportamiento de esta especie altamente especializada en la vida en los bosques. Algunos temas de investigación a explotar serían los de su comportamiento social, la superposición de los territorios, etc. Además se conoce muy poco sobre la dinámica de la población y la dispersión de juveniles. También habría que investigar la consaguinidad para la futura gestión de una especie tan amenazada. Es imprescindible conocer el impacto de la fragmentación y destrucción del hábitat, sobretodo en el continente, donde la situación está peor.

Por otro lado, teniendo en cuenta la potencial amenaza que representan las enfermedades que les pueden transmitir los perros, es interesante investigarlas junto con los agentes patógenos, así como otras causas de mortalidad relacionados.

Fuentes