Castillo de Manzanares el Real

Castillo de Manzanares el Real
Información sobre la plantilla
Obra Arquitectónica  |  (Castillo)
Castillo-manzanares-el-real.jpg
Es el mejor conservado de la Comunidad de Madrid
Descripción
Tipo:Castillo
Estilo:Gótico-Mudéjar-Renacentista
Localización:Madrid, Bandera de España España
Uso inicial:Este sería, hasta 1470 la residencia de los Mendoza
Uso actual:Se utiliza para actividades culturales, reuniones y congresos
Datos de su construcción
Inicio:Entre 1475 y 1478


Castillo de Manzanares el Real. El castillo se alza majestuoso entre las aguas del Embalse de Santillana y las alturas rocosas de La Pedriza. Para su construcción se emplearon parte de los materiales del primer castillo de los Mendoza. Insignia máxima de la localidad de Manzanares el Real. El Castillo-palacio tiene un aspecto señorial. La historia de Manzanares el Real está muy unida a la de la familia Mendoza.

La familia Mendoza comenzó construyendo el primer castillo de Manzanares el Real. Del castillo original se conservan el exterior y parte de los elementos estructurales del interior, el resto ha sido restaurado por la Comunidad de Madrid, entre los años 1974 y 1977. En el castillo de Manzanares el Real se firmó el Estatuto de Autonomía de la Comunidad de Madrid.

Construcción

El Castillo se construyó en el siglo XV. La fortaleza fue levantada sobre una antigua ermita románico-mudéjar a finales del siglo XV (inicio de las obras entre 1475 y 1478) que aún se conserva adosada al este del edificio en estado ruinoso, sin techumbre. Actualmente pueden observarse aún las tres naves que componían su planta. El Castillo fue reconstruido en 1914 por Lampérez y en 1977 por Valcarcer. Por tanto, el castillo actual es una restauración del segundo castillo de la familia Mendoza.

Historia

En 1383 la Corona (Juan I) dona a Pedro González de Mendoza (1340-1385) las tierras que conforman el Real de Manzanares. Se cree que fue su hijo, Diego Hurtado de Mendoza (1365-1404), quién mando construir el primer castillo (castillo viejo), del que solo quedan unas ruinas de su planta. Esté sería, hasta 1470 la residencia de los Mendoza.

Se cree que fue Don Iñigo López de Mendoza (1398-1458), el Primer Marqués de Santillana, el que empezó a pensar en la necesidad de la construcción del segundo castillo de Manzanares el Real, pero las obras del segundo castillo fueron iniciadas por su hijo Don Diego Hurtado de Mendoza (1415-1479), al que los Reyes Católicos concedieron el título de Primer Duque del Infantado, que construyó el cuerpo principal y las cuatro torres. A su hijo Don Iñigo López de Mendoza (1438-1500) se debe su conclusión.

En la actualidad se utiliza para actividades culturales, reuniones y congresos. Este bello edificio de Manzanares el Real es visitado por unas 60.000 personas al año. Con el declive de los Mendoza acaba la historia del castillo como residencia señorial. Dejo de utilizarse debido a las desavenencias producidas a la muerte del cuarto duque del Infantado (1566). La falta de utilización llevó el castillo-palacio a casi la ruina, a pesar de que en 1931 fue declarado Monumento de Interés Histórico Artístico.

En 1965 el castillo fue cedido a la Diputación de Madrid por parte del duque del Infantado Iñigo de Arteaga y Folquera. En 1974 se iniciaron las obras de restauración que dan lugar al edificio actual. En 1977 abrió sus puertas al público.

Descripción

El segundo castillo se erigió como recinto militar. Aunque pronto se convirtió en residencia familiar de los Mendoza. Se trata de un singular edificio castillo-palacio del último gótico, diferente al resto de castillos. Aunque tiene un aspecto general de fortaleza, es un castillo más noble y culto que fiero y hosco, la residencia ideal del caballero renacentista, mitad poeta y mitad soldado. El castillo es de doble recinto, pudiéndose recorrer el camino entre el palacio y las murallas, y el adarve, sobre éstas. La parte residencial se organizó alrededor de un patio central interior de plata rectangular.

El castillo-palacio se concibió con lujosos salones en torno a un patio central. La planta es cuadrangular (44 por 36 metros.) y consta de un patio central porticado y dos galerías sobre columnas octogonales, con torres en los ángulos, tres cubos cilíndricos y un torreón cuadrado, conocido como la Torre del Homenaje. Las torres están almenadas y adornadas con bolas calizas de estilo isabelino, que también se encuentran en la cornisa, decorada con los escudos de los Mendoza, Luna y Enríquez. La Torre del Homenaje se encuentra rematada por una torreta octogonal. Todo el edificio está rodeado de una barbacana almenada que posee saeteras cuya parte superior termina en una cruz potenzada, símbolo del Santo Sepulcro de Jerusalén, título que poseyó Don Pedro González de Mendoza (1428-1495) que residió a finales del siglo XV en el Castillo. El edificio también tuvo un foso que no se conserva.

La fachada sur tiene una especial belleza. A los elementos defensivos se unen otros de carácter cortesano como la exquisita galería meridional gótica, con estupendas vistas al embalse de Santillana, considerada como una de las más bellas de España. La fachada meridional muestra una galería cubierta en cuya cara se incluyeron arcos rebajados con ventanas góticas entre columnas ricamente decoradas, en medio de los cuales se ubicó una pilastra de estilo gótico flamígero. La fachada sur, la galería y el patio con arquerías son de estilo gótico mudéjar, realizadas por Juan Guas. Esta galería gótica renacentista es el elemento de mayor encanto en el aspecto exterior del castillo, además es un mirador incomparable sobre el panorama del pie de sierra madrileña.

Juan Guas también completó el patio del castillo con pilares y arcos conopiales. Del mismo modo las decoraciones de Juan Guas también se observan en las torres, rematadas con bolas esculpidas y un festón de piedra ricamente labrado bajo las almenas. El interior del Castillo tiene un equipamiento moderno. Las estancias interiores han sido muy remodeladas siguiendo las directrices del siglo XV, pero cumplen funciones culturales y así cuenta con varias salas de exposición equipadas con las últimas tecnologías como circuito cerrado de TV o traducciones simultáneas. Este edificio madrileño representa el ideal de fortaleza señorial. Es una de las joyas del último gótico civil hispano aunque con influencias renacentistas italianas. El castillo está rodeado por una barbacana con saeteras en las que se ha esculpido en bajorrelieve la cruz del Santo Sepulcro de Jerusalén.

Debido al abandono secular casi no se conservan objetos originales de los Mendoza. Sin embargo, la Comunidad de Madrid ha ido adquiriendo distintos elementos decorativos: Destacan los diez tapices barrocos del siglo XVII, que describen la vida de Julio César y distintos pasajes bíblicos. También merecen ser citadas las armaduras de estilo gótico y la biblioteca dedicada a castillología española. Actualmente el castillo está abierto al público y se celebran en el exposiciones, asambleas, congresos, etc., alquilándose incluso a particulares o empresas privadas.

Fuentes