Leovigildo Ramírez Batista
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Leovigildo Ramírez Batista. Combatiente revolucionario cubano muerto en combate en el sur de Angola.
Síntesis biográfica
Leovigildo Ramírez Batista nació el 2 de agosto de 1929 en Antilla, provincia de Holguín, en el seno de una humilde y numerosa familia campesina de siete hermanos, encabezada por Armando Ramírez y Asunción Batista.
A la edad de nueve años comienza a asistir a la escuela del Central Tacajó, en la que logra alcanzar solamente el tercer grado, pues se hace necesario alimentar a la numerosa prole infantil y Leovigildo, en su condición de hermano mayor, empieza a ayudar al padre en los cortés de caña, donde trabaja a escondidas, ya que por su corta edad los mayorales no se lo permitían.
Cuando llega el conocido “tiempo muerto”, Leovigildo, en compañía de su padre, realiza diferentes faenas para poder subsistir, y tratan de sacarle lo más posible al pequeño pedazo de tierra que tienen arrendada.
A los 11 años comienza a trabajar en la casa de un rico terrateniente de la zona de Tacajó.
A Leovigildo le gustan la pintura y la Escultura, pero aquella vocación innata nunca puede pulirse en escuelas especializadas, ese lujo no es para niños pobres, está reservado para quienes tienen con qué pagarlo.
Trayectoria revolucionaria
Es casi un adolescente cuando se vincula al movimiento campesino y comunista y alcanza una madurez poco común en los jóvenes de su edad. Estas inquietudes lo llevan a la cárcel con solo 17 años, al ser delatada una reunión en la que participaba. Es conducido al propio central Tacajó y de ahí al vivac de Santiago de Cuba, donde le ponen en libertad a los pocos días, sin celebración de juicio.
A los 18 años de edad comienza a trabajar como peón de ganadería en las propiedades del terrateniente José Portuondo, donde demuestra una responsabilidad y honradez extraordinarias, que le convierten en administrador de una de las fincas de este terrateniente.
En marzo de 1957, la lucha contra la dictadura de Fulgencio Batista alcanza puntos culminantes y la represión se multiplica. Por esta fecha Leovigildo se vincula al Movimiento Revolucionario 26 de Julio (M-26-7) y participa en la venta de bonos, recolección, ocultamiento y trasiego de armas, reuniones clan¬destinas y actos de sabotaje.
El 9 de abril de 1958 se produce la huelga general y Leovigildo participa activamente en ella, descarrilando trenes, lanzando botellas a las carreteras y realizando una serie de actividades en apoyo al masivo movimiento huelguístico.
Posteriormente coopera con los revolucionarios que llegan a la zona para incorporarse a la guerrilla, sirviéndoles de práctico, mensajero, proporcionándoles alimentos y brindando su casa como lugar seguro para la realización de reuniones. En estas actividades se mantiene hasta su incorporación al Ejército Rebelde, con el que participa en varios enfrentamientos contra el ejército de la tiranía.
Al triunfo de la Revolución el 1 de enero de 1959, es destacado en el regimiento de Holguín, bajo las órdenes del Comandante Nicaragua, donde permanece por espacio de dos meses, tras los cuales pasa a la Policía Marítima, en la que solicita su desmovilización para trabajar la tierra, la cual le es conferida en abril de 1959.
Sin embargo, en junio de ese mismo año, el Ejército Rebelde hace un llamado a los desmovilizados, por lo que Leovigildo se incorpora nuevamente a este y es destacado en el cuartel San Ambrosio, en La Habana, donde fue enviado a Minas del Frío a trabajar en la construcción de unidades militares. Estando allí realiza el ascenso al Pico Turquino en diez oportunidades.
En diciembre de 1959 pasa a formar parte de la Columna No. 22, bajo el mando del capitán Harold Ferrer, y parte para la Base Granma. En este lugar recibe un curso de infantería y otro como jefe de escuadra.
En 1960 se encuentra en su apogeo la Lucha Contra Bandidos, y Leovigildo participa en estos enfrentamientos, operando en la Sierra de Canalilla contra la banda de Campito. También interviene directamente en la captura de varios bandidos.
En este mismo año, la Columna No. 22 es destinada para Managua, donde pasaría diferentes cursos militares, tras los cuales, en noviembre de 1960, es enviada como guarnición a la casa del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.
El 17 de abril de 1961 se produce la Invasión mercenaria por Playa Girón y la Columna No. 22 participa en los combates contra los invasores al servicio del Imperialismo yanqui. Luego de la vergonzosa derrota de los mercenarios, intervendría en la limpia de esa zona de elementos contrarrevolucionarios aún dispersos.
En Julio de 1961 forma parte de la unidad militar 1270, ubicada en Managuaco, como jefe de un pelotón de infantería. Más tarde pasa a la escuela de jefes de pelotones de Matanzas y posteriormente se integra a la unidad militar 1546 como profesor de tiro.
En 1966, por su rica trayectoria revolucionaria, su entera dedicación a la causa de la Revolución y su plena identificación con los principios del marxismo leninismo, Leovigildo ingresa en las filas del Partido Comunista de Cuba (PCC), donde llega a ocupar el cargo de secretario de educación de su núcleo.
En 1971, por requerimientos del mando, pasa a prestar servicios en las Tropas Guardafronteras como jefe de personal de la escuela de dichas tropas. Desempeña esta función hasta mayo de 1975, cuando nuevamente retorna a la Dirección General de Operaciones Especiales, como profesor de tiro.
Por sus incuestionables méritos revolucionarios es condecorado con la Medalla XX Aniversario del Asalto al Cuartel Moncada.
Su muerte
Al iniciarse la Operación Carlota como respuesta al llamado de ayuda solidaria que el Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA) hiciera al gobierno cubano, parte para ese país en Noviembre de 1975 como integrante del batallón de Tropas Especiales del MININT.
El 17 de diciembre de 1975 cae en combate en suelo angolano en defensa de la independencia de Angola.
