Noé (personaje mitológico de la Biblia)

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Noé
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Noé construye el arca con sus hijos.
HijosSem, Cam y Jafet
PadresLamec

Noé ―en hebreo נוח (Nóaḥ: ‘consuelo’)― es un personaje mitológico de la Biblia, descendiente de Adán (el mítico primer ser humano) por línea de Set, hijo de Lamec. Según la Biblia, Noé fue el elegido por el dios Yahwé para sobrevivir al diluvio universal.

Origen

Su leyenda completa se narra en los capítulos 5 a 10 del Libro del Génesis.

Su mito está basado en el mito sumerio de Utnapishtim,[1] que se cuenta en todas las versiones del Poema de Gilgamesh (compuesto entre el 2500 y el 2000 a. n. e.).[2] Posiblemente los hebreos tuvieron contacto con ese mito durante su cautiverio en Babilonia.

El arca de Noé

Noé fue el único varón hallado justo de toda la generación contemporánea a él, puesto que los demás, influenciados por los ángeles caídos, estaban sumidos en el pecado y por su culpa el mundo «se hallaba lleno de violencia».

Noé fue padre, asimismo, de Sem, Cam y Jafet, con los cuales se repobló toda la Tierra después de que el dios Yahvé mató a toda la humanidad mediante el diluvio.

Tenía Noé 480 años de edad cuando el dios Yahwé le ordenó construir un arca en que él, su familia y cada especie de animales limpios e inmundos estuvieran a salvo de las aguas destructoras durante cuarenta días de lluvia.

Noé no poseía conocimientos ni las herramientas para construir un barco, pero Jehová le suministra ambos elementos y el barco se construyó en el transcurso de aproximadamente 3 años. Mientras Noé y su familia construían el Arca, los vecinos y habitantes se mofaban de su empresa de construir un navío. Noé, su familia y los animales entraron en el arca 120 años después.

Diluvio universal

Y vio Yahwé la gran maldad del hombre en la tierra y cada imaginación de los pensamientos de su corazón solo maldad todo el tiempo.
Y se arrepintió Yahwé de haber hecho al hombre en la tierra, y se lamentó en su corazón.
Y dijo Yahwé: Destruiré de la faz de la tierra al hombre que he creado, y a los animales y los que reptan y las aves que vuelan porque me arrepiento de haberlos hecho.
Libro del Génesis 6: 5-7)[3]

El diluvio comenzó el año 600 de la vida de Noé, y tuvo una duración de 40 o 150 días (de acuerdo con la versión de los dos autores del Génesis), durante los cuales todo el mundo estuvo bajo las aguas, destruyendo todo rastro de vida animal y humana, exceptuando a los animales que junto a Noé, un año más tarde bajaron las aguas, el arca reposó sobre el monte Ararat.

Noé envió un cuervo el cual salió, y estuvo yendo y volviendo hasta que las aguas se secaron sobre la tierra, Noé no se daba por vencido, así que envió una paloma, "a la hora de la tarde", con lo que Noé entendió que el proceso de retiro de aguas de la tierra estaba avanzando. Siete días después el patriarca volvió a enviar la paloma, la cual no regreso, dando a entender, que la inundación cesó.

En el año 601 de la vida de Noé la Tierra se secó, y no obstante su deseo por abandonar el arca, Noé y su familia esperaron un mes más, hasta que el dios Yahwé les ordenó salir.

Un mes más tarde, él y su familia y los animales salieron del arca, Noé mató a una pareja de cada especie de animal puro (como cabras y vacas) y los quemó sobre un altar. A Yahwé le agradó ese olor a quemado y le regaló el arcoíris como símbolo de su promesa de no volver a destruir la tierra mediante agua. Noé vivió 350 años después del diluvio y murió a la edad de 950 años.

Contradicciones entre dos relatos

La historia de Noé que se presenta en la Biblia es una composición de dos leyendas sobre un diluvio universal: una escrita por un autor de la escuela J (tradición jehovahísta, compuesto hacia el 950 a. n. e.) y la otra escrita por un escritor de la escuela P (tradición presbiterial [sacerdotal], compuesta hacia el 450 a. n. e.).[4]

  • Cantidad de animales: En Libro del Génesis 6:19, el autor P afirma que el dios Yahwé le ordenó a Noé salvar una pareja de ejemplares de cada especie existente en la Tierra. En cambio, cinco versículos más adelante (Génesis 7:2) aparece una frase del escritor J, que afirma que el dios Yahwé le ordenó a Noé salvar una pareja de ejemplares de cada especie impura y siete parejas de ejemplares de las especies puras.[4]
  • Anacronismo: En la época de Noé todavía el dios Yahvé no había dado a los hebreos la definición de cuáles animales son puros y cuáles impuros. Esa información ritual se encuentra en el Libro del Levítico, que según Moisés, le fue revelado directamente por el dios Yahwé ―en realidad fue compuesto por autores sacerdotes de la tradición P posiblemente en las siguientes generaciones después de Moisés, o sea entre 800 y 1000 años después de la supuesta época del diluvio. Por lo tanto Noé no tenía cómo saber cuáles animales eran puros y cuáles impuros.[4]
  • Proveniencia del agua: el escritor J afirma que el diluvio fue causado simplemente por la lluvia. En cambio el escritor P afirma que «se abrieron las compuertas del cielo y las fuentes de las profundidades» (estos escritores, a pesar de ser sacerdotes, eran completamente ignorantes acerca del proceso de evaporación del agua y la formación de las nubes de lluvia: creían que el cielo era un inmenso tanque de agua encima del mundo plano).[4]
  • Duración del diluvio: el escritor J afirma que diluvio duró 40 días y 40 noches (Génesis 7:12). En cambio el escritor P afirma que duró 150 días (Génesis 7:24) y que recién entonces «se cerraron las fuentes del abismo y las cataratas de los cielos; y la lluvia de los cielos fue detenida» (Génesis 8:2).[4]
  • Sacrificio: El autor J afirma que después del diluvio, Noé tomó una pareja de ejemplares de las especies limpias, y los mató en un altar de sacrificio para el dios Yahwé, sediento de sangre. Este sacrificio solo tenía sentido para el escritor J, ya que según su relato Noé había subido siete pares de animales limpios (Génesis 7:2), pero si hubiera traído una sola pareja de cada especie pura, como especificó claramente el autor P (Génesis 6:19), Noé hubiera causado la extinción de todos los animales y aves puros.[4]
  • Arcoíris: ninguno de los dos autores tenían idea alguna de por qué se formaban los arco iris. Solo sabían que se formaban después de una lluvia. Para pastores que vivían prácticamente a la intemperie, las tormentas eran algo muy temible, y como el arco iris aparecía siempre cuando terminaba la tormenta y salía el sol, los ignorantes hebreos lo consideraban una señal divina de perdón de los pecados que habían causado la lluvia torrencial, siempre acompañada de destrucción.[4]
  • Anacronismo: En la época de Noé todavía el dios Yahvé no había dado a los hebreos la definición de cuáles animales son puros y cuáles impuros. Esa información ritual se encuentra en el Libro del Levítico, que fue compuesto por autores sacerdotes de la tradición P en el tiempo de Moisés, o sea unos 800 años después del supuesto diluvio universal. Por lo tanto Noé no tenía cómo saber cuáles animales eran puros y cuáles impuros.[4]
  • Maldad de los seres humanos: En el relato del escritor J hay una contradicción interna: cuando el dios Yahwé huele el olor a la carne quemada (otro antropomorfismo característico de J),[5] se arrepiente de sus actos y promete que nunca más matará a la humanidad completa, ya que él ha creado a los seres humanos con esa inclinación natural hacia el mal. Sin embargo, esa misma fue la causa por la cual mató a todos los hombres, mujeres y niños. Primero decidió matarlos debido a la maldad inherente en sus seres creados, pero después prometió no volver a matarlos porque sabe que sus seres creados poseen inherente la maldad (Génesis 8:21).[4]
  • Gigantes: En Génesis 6:4) se afirma que en la tierra habitaban gigantes (los nefilim) y que por la maldad de estos hombres, el dios Yahwé decidió mandar el diluvio para eliminarlos. Sin embargo, tras el diluvio estos gigantes nefilim siguen vivos en la época de Moisés en la tierra de Canaán (Libro de los números 13:33).[4]

Descendencia de Noé

Sem: (del hebreo שֵׁם Shem, Šem|Šēm; literalmente nombre; renombre y por extensión prosperidad, fama) fue uno de los tres hijos de Noé y hermano mayor de Cam y Jafet, según se ha creído popularmente por los cristianos. Se dice que se salvó del Diluvio junto a sus hermanos y su padre y que vivió 600 años.

Cam: hijo de Noé, de cuyos cuatro hijos surgieron pueblos como: Canaán, Mizraim (Egipto) y otros pueblos africanos como Cus y Fut. Por burlarse de Noé, su padre, cuando este estaba ebrio, Noé maldijo al hijo de Cam, a Canaán y a todos sus descendientes. Junto a Sem son los patriarcas de las razas Asiro- babilónica y la raza negra.

Jafet: fue el tercer hijo de Noé y padre de Gomer (el antepasado de los cimerios), Magog, Madai (o Medos), Javan, Tubal, Moixec (o Mesec) y Tiras.

Los hijos de Noé fueron los progenitores de una nueva humanidad. Con todo, no fue esta una humanidad moralmente renovada. Babel vendría a demostrarlo. La inclinación del corazón humano seguiría siendo hacia el pecado, ya que así fue creado por el dios Yahwé.

Fuentes