Diferencia entre revisiones de «Manuel Valdés Pérez»
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Revisión del 07:09 7 oct 2013
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Manuel Valdés Pérez (1876-1896). Joven patriota de la ciudad de Artemisa, colaborador y mensajero de las tropas mambisas, fusilado por el ejército español durante la Guerra del 95.
Síntesis biográfica
Cándido Carlos Manuel, hijo de Lucia Valdés y José Pérez, nació en una familia humilde el 2 de octubre de 1876 en Artemisa.
Se dedicó desde niño a la venta de hierbas medicinales. En 1896 se incorpora a la lucha como correo bajo las órdenes de Magdalena Peñarredonda, y el párroco Guillermo González Arocha quienes eran delegada y subdelegado del Partido Revolucionario Cubano en Pinar del Río, respectivamente.
Artemisa entra activamente en la guerra de 1895 al siguiente año con el arribo a occidente de las tropas invasoras al mando de Máximo Gómez y Antonio Maceo. La creación de las fortificaciones de la Trocha Mariel-Majana y el acantonamiento de miles de soldados españoles en el pueblo y sus alrededores hacían la vida extremadamente difícil a los habitantes y a las tropas independentistas
Por su trabajo el joven se movía entre el pueblo fortificado y el campo insurrecto sirviendo de enlace para los revolucionarios. Producto de una delación Manuel Valdés fue detenido y llevado a la iglesia del pueblo en julio de 1896, los documentos comprometedores que portaba escondidos en la montura de su caballo descubiertos por las autoridades, sirvieron de evidencia acusadora y determinante para condenarlo a la pena de muerte por fusilamiento. Fue sometido a interrogatorio y presiones de todo tipo para que delatara a sus compañeros de lucha, pero nada pudo doblegar la firmeza de aquel joven que por su valor asombraba a sus propios captores.
Después de tres meses de duro cautiverio y a pesar de las suplicas de su madre y las gestiones del padre Arocha ante las autoridades coloniales para obtener su indulto fue fusilado junto a los muros del antiguo cementerio del pueblo el 6 de octubre del mismo año.
Manuel Valdés dejó para la historia una hermosa lección de coraje y fidelidad. Un modesto monumento en la ciudad de Artemisa marca el lugar de su muerte, a pocos metros se levanta una escuela que lleva el nombre del joven mártir.