Prognatismo
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Prognatismo. El prognatismo consiste en una deformación de la mandíbula por la cual ésta, bien en la parte superior o bien en la parte inferior, sobresale del plano vertical de la cara.
Sumario
Etiología
Suele ser causado por diferentes factores, entre ellos los hereditarios o de circunstancias de la vida humana o animal. En la especie humana se considera como un defecto importante (no sólo estético) cuando se produce una desalineación entre el maxilar y la mandíbula, impidiendo el correcto encaje de la boca al cerrarla y causando dificultad para hablar, morder y masticar.
Historia
Es generalmente muy visible en antecesores de la especie humana, como el Hombre de Cro-Magnon, o en otras especies del género Homo, como los neandertales. El prognatismo fue distintivo de la dinastía de los Habsburgo, una de cuyas ramas, la Casa de Austria, ostentó el trono de España durante los siglos XVI y XVII, desde el reinado de Carlos I hasta el de Carlos II. Debido a la endogamia habitual en dicha dinastía, el prognatismo se repitió en los sucesivos reyes españoles y sus descendientes; incluso a veces en sus esposas, que eran parientes más o menos lejanas. Varios reyes con este defecto se dejaban crecer la barba para disimularlo, aunque no conseguían evitar los problemas digestivos asociados a una mala masticación y a las dietas ricas en grasas. También se han podido ver en representaciones de faraones antiguos claros síntomas de prognatismo, por la misma razón.
Diagnóstico
El odontólogo realizará la historia clínica del paciente y en seguida indicará estudios fotográficos y radiográficos (de frente y perfil) para conocer el grado del problema. En seguida se harán modelos en yeso de ambos maxilares y uno especial de cera para tener un registro de la mordida y de la situación de cada uno de los dientes. De acuerdo al diagnóstico por parte del especialista se determinará el tipo de tratamiento o la combinación de ellos, entre los cuales puede elegirse ortodoncia, cirugía y prótesis (en caso de pérdida de piezas dentarias).
Causas
- Hereditario o presentarse durante el desarrollo por formaciones deficientes de los huesos de la cara.
- La pérdida prematura de los molares deciduos (muelas de leche), lo cual puede provocar desplazamientos mandibulares en el pequeño, que no se corregirán por si solos.
- Afecciones hereditarias tales como el síndrome de Crouzon o el síndrome de nevo de células basaleso, gigantismo o acromegalia, las cuales tienen su origen en el mal funcionamiento de la glándula hipófisis, la cual es encargada de generar la llamada hormona del crecimiento, cuya función principal es regular la evolución en altura en niños y adolescentes. Es así que cuando dicha hormona es producida en exceso se presentarán los padecimientos señalados, caracterizados por el desarrollo anormal de los huesos.
Tratamiento
La ortodoncia contempla con frecuencia la llamada protracción maxilar con máscara facial, la cual consiste en un aparato ortopédico semifijo que se ajusta a la cabeza y que promueve la reubicación de la mandíbula, además de que llevará a los dientes incisivos superiores hacia delante y los inferiores hacia atrás; el tiempo y modo de uso dependerán de cada caso. Si el diagnóstico determina que la oclusión se lleva a cabo con dificultad, será necesaria cirugía para colocar la mandíbula en su lugar, a fin de que logre una posición estable. Por supuesto que las técnicas quirúrgicas son variadas y dependerán del tipo y severidad del prognatismo, así como de la preferencia y habilidades del cirujano maxilofacial.
Posibles consecuencias
- Oclusión dental defectuosa (desalineación de las superficies oclusoras de los dientes superiores e inferiores).
- Impide el correcto encaje de la boca al cerrarla.
- Baja posición de la lengua, lo que acarrea alteraciones al ocluir (cerrar) la boca, con las consecuentes dificultades para morder, masticar y hablar.
- Dolor articular, asimetría facial.
- Problemas psicológicos; ya que el afectado no se encuentra bien con su apariencia.
Curiosidades
Los estudios al respecto informan que este defecto óseo es más frecuente en personas de raza amarilla (japoneses, chinos y esquimales), y resulta más común en varones que en mujeres. Cabe mencionar que, aunque en bajo porcentaje, algunos bebés manifiestan esta protrusión mandibular durante el segundo mes de nacido y suele desaparecer en el quinto mes.

