Avutarda

La avutarda
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La avutarda es el ave de mayor peso de Europa.
Taxonomía
Nombre científicoOtis tarda
Reino:Animalia
Filo:Chordata
Clase:Aves
Orden:Gruiformes
Familia:Otidae

Avutarda. Ave conocida científicamente como Otis tarda, es una especie mundialmente amenazada y está sufriendo los cambios de su hábitat.

Familia

Pertenece a una familia de aves muy homogénea, en la que también se encuentran otras dos especies de la fauna, el Sisón Común (Tetrax tetrax), ampliamente distribuido en la Península Ibérica, y la Avutarda Hubara (Chlamydotis undulata), en las Islas Canarias, las dos similares en tamaño y mucho menores que la Avutarda Común.

Características

Las avutardas tienen el cuello y el pico largos y patas poderosas, en las que falta el dedo posterior. El plumaje es entre pardo y grisáceo, con frecuencia moteado o con franjas más oscuras. Tienen un ensanchamiento bajo el paladar, que se extiende por el cuello y que puede inflarlo y utilizarlo como exhibición durante el cortejo. La hembra pone de uno a cinco huevos, y cuida de los polluelos durante mucho tiempo. Son omnívoras. Son prácticamente mudas.

Los machos pueden alcanzar incluso hasta 16 kg, las hembras 4 kg. Es del tamaño de un pavo, con el cuerpo en posición horizontal y una altura de algo más de un metro. Las avutardas adultas machos se distinguen por la bigotera, que a los 6 años está plenamente desarrollada.

La avutarda propiamente dicha, es una de las aves voladoras de mayor tamaño, con una envergadura de ala de más de 2,4 m, y un peso de más de 18 kg. El vuelo es del tipo del ganso. Son aves desconfiadas que transitan en grandes bandos que, vistos de lejos, se asemejan más a un rebaño de ovejas que a un grupo de aves que caminan lentamente sobre los campos de cereal.

Cuando los fríos del invierno empiezan a remitir, los machos, ya en el esplendor de su plumaje, se preparan para los ritos nupciales. Agrupados en algún lugar prominente de la llanura, comienzan una espectacular exhibición ahuecando su plumaje mientras infla de aire un saco que posee en el cuello. Los nidos, construidos en el suelo, no son más que un aplastamiento de la vegetación circundante a modo de encame y donde la avutarda pone generalmente dos huevos.

Habitat

Las podemos encontrar en terrenos abiertos donde se practica el pastoreo extensivo, en estepas naturales, y en los cultivos de cereal. Y, si se les mira a lo lejos, recuerda a un pequeño rebaño de ovejas. La avutarda es el ave de mayor tamaño de Europa, y la más asustadiza también. Se echa a volar cuando un intruso se le acerca a 400 o 500 metros. Las más adultas se alimentan principalmente de materia vegetal, y a veces también de insectos, lagartos, ratones, moluscos, y pollos y huevos de otras aves. Lo anterior, como alimento suplementario. Cuando son pollos, solamente comen insectos. También necesitan agua para beber.

La avutarda vive en estepas naturales y de labor de gran extensión. Era favorecida por la antigua agricultura manual y se había propagado ampliamente por Europa Central; con la mecanización de la producción agrícola su población disminuye constantemente. Sus poblaciones, que antaño ocupaban las estepas euroasiáticas, sobreviven hoy en determinadas áreas de cultivo extensivo de cereal. Muchas de ellas se encuentran amenazadas por transformaciones agrícolas, desarrollo urbanístico y expansión de infraestructuras.


Reproducción

No construyen nidos. Utilizan una ligera depresión del suelo, con los tallos de las hierbas tronchados en llanuras de pastores desarboladas y campos de cereal. Ponen sus huevos entre abril y junio; en una cantidad que va entre los 2 y 3 huevos, de color verde intenso u oliváceo, ligeramente moteados de pardo - oscuro. La hembra los incuba entre 25 a 28 días. Cuando los fríos del invierno empiezan a remitir, los machos, ya en el esplendor de su plumaje, se preparan para los ritos nupciales. Agrupados en el algún lugar prominente de la llanura, comienzan una espectacular exhibición ahuecando su plumaje mientras infla de aire un saco que posee en el cuello. Los nidos, construidos en el suelo, no son más que un aplastamiento de la vegetación circundante a modo de encame y donde la avutarda pone generalmente dos huevos. Las avutardas padecen una importante tasa de mortalidad en sus primeros días de vida debido, fundamentalmente, a la poca cobertura que les ofrece su medio natural. Con la llegada de la mecanización a los campos y la proliferación de los cazadores deportivos, las poblaciones de avutardas han sufrido una galopante regresión que de seguir así le hará desaparecer de sus últimos enclaves.

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