Pardela chica
| ||||||||||||||||||||||||||||||
Sumario
Hábitat
Ave marina, oceánica que nidifica en islotes, acantilados costeros, en cuevas o bajo bloques. Fuera de la época de cría permanece en mar abierto, visita tierra con más frecuencia que otras pardelas.
Distribución Mundial
En mares tropicales y subtropicales.
Distribución geográfica
Se distribuye en las aguas frías de todos los océanos y en las zonas tropicales próximas a Europa y África. Al sur de Argentina se observaron entre 7 y 10 ejemplares, es este el tercer hallazgo para el país.
Descripción
Pardela chica de tamaño (27 cm de longitud), de aspecto compacto y alas cortas. Presenta las partes superiores oscuras y las inferiores blancas; cara blanca. Pico negro.
Características
- Las alas llegan alcanzar una extensión de 67 cm.
- Muy similar a la pardela pichoneta, pero de menor talla.
- Partes superiores de la cabeza (sólo hasta la altura de los [ojos]]), dorso, alas y cola de tono negro-pizarra.
- Partes inferiores blancas.
- Pico corto y negro, de aspecto azul grisáceo en la base de ambas mandíbulas.
- Patas y dedos azules.
- Partes laterales y centrales de la membrana gris-oscuro.
- Pardela de reducido tamaño de Talla: 25-30 cm, Envergadura: 58-67 cm, Peso: 170-275 g.
Alimentación
Es un ave marina, y se alimentan de pequeños peces, crustáceos y moluscos cefalópodos.
Reproducción
Nidifica en islotes, acantilados costeros, en cuevas o bajo bloques. Fuera de la época de cría permanece en mar abierto. Cría en acantilados, generalmente costeros, utilizando huras o madrigueras y grietas; el período reproductor va desde enero hasta mayo.
Periodo de observación en Canarias
Es la única ave marina pelágica que permanece en aguas canarias todo el año. Al contrario que la pardela cenicienta, la pardela chica es una de las aves marinas más desconocidas de Canarias. Su distribución no se conoce con precisión; se ha comprobado su reproducción sólo en unas pocas islas aunque prospecciones más detalladas seguramente revelarían su presencia en todas las islas. Los pocos sitios de cría conocidos están formados por muy pocas parejas, y casi siempre en pequeñas grietas y fisuras de en claves casi inaccesibles. A diferencia de las otras aves marinas pelágicas del archipiélago, la pardela chica se mantiene en aguas Canarias todo el año. Nidifica principalmente entre los meses de marzo y junio.
Estado de conservación
(En España), vulnerable.
Población y tendencia en España
La población de Canarias se estimó en unas 400 pp. (Martín et al 1987) aunque puede estar infravalorada por su comportamiento en los lugares de nidificación. En Alegranza hay pruebas de cría pues se han hallado cáscaras de huevos y pollos muertos(Martín et al., 1987), parece haber sido más abundante en el pasado, y se supone una población de unas pocas parejas dispersas por el islote (Martín & Lorenzo, 2001). En Montaña Clara su cría fue citada por Bannerman (1914a) en el interior de La Caldera y costa meridional. Se estima una población inferior alas 50 pp. (Martín & Lorenzo, 2001). En Lanzarote nidifican dos o tres parejas entre Puerto del Carmen y Puerto Calero y en la costa de Tinajo (Martín & Lorenzo, 2001). Además, ha sido detectada en otros enclaves (Los Ajaches, Rubicón, Timanfaya o Famara) en los que también podría reproducirse (Martín &Lorenzo, 2001). En Fuerte ventura es muy probable su nidificación en acantilados costeros de la punta de Paso Chico (LaOliva) y en punta Salvaje (Puerto del Rosario; Trujillo et al .,1998a). En Corralejo se han recogido juveniles deslumbrados(Palacios, 1998), pero quizás procedan de la vecina isla de Lobos(Martín & Lorenzo, 2001). En Gran Canaria, el único dato de nidificación fue recogido por Meade-Waldo (Bannerman, 1963),quién halló una pareja criando en una cueva cerca de Arucas. Más recientemente, ha sido escuchada en la costa de Sardina del Norte, y se han avistado aves próximas a Gáldar (Martín et al.,1987), La Isleta y Puerto Rico, y se han recogido aves en Las Palmas de Gran Canaria, Bañaderos (Arucas) y Maspalomas(Martín & Lorenzo, 2001). En Tenerife ha sido citada en el pasado por varios autores (por ejemplo, Meade-Waldo, 1893; Bailey,1969), pero son pocos los datos de cría en la segunda mitad del siglo XX (Volsøe, 1951; Martín, 1987). Recientemente (1996-1998) se han obtenido evidencias de cría en La Guancha o Santa Úrsula en el norte (Trujillo et al., 1998b), se han producido escuchas en Los Gigantes o roque de Garachico y observacionesen el mar en puntas del Hidalgo, Teno y Rasca o la Caleta de Adeje (Martín & Lorenzo, 2001). En La Gomera sólo hay una prueba de nidificación segura (un pollo encontrado muerto en1999 en La Dama (Martín & Lorenzo, 2001). Sin embargo, según estos autores, La Gomera podría contener la mayor población de Canarias, y citan observaciones y/o escuchas en Valle Gran Rey, barranco de Erese, El Cabrito o Taguluche (Arure). En El Hierro debió de ser muy común a finales del siglo XVIII (De Urtusáustegui, 1983), y la mayor parte de los registros se refie-ren a los roques de Salmor, donde se cita por primera vez por Martín & Hernández (1985). También se escucha con relativa facilidad entre el faro de Orchilla - punta de la Sal (Martín &Lorenzo, 2001), quienes opinan que, probablemente, está bien distribuida en la isla, y mencionan otras localidades como Tacorón y el mal país del Tamaduste. En La Palma, Martín &Lorenzo (2001) señalan su probable cría en distintos enclaves como Puntallana o Don Pedro, etc. Datos propios revelan escuchas en junio en los roques de Santo Domingo y Juan Adalid(1990), y en La Fajana (1994), donde su reproducción es alta-mente probable. Si los factores de amenaza continúan actuándose prevé su declive, de manera más preocupante en acantilados marinos próximos a núcleos densamente habitados.
Amenazas y Conservación
En Peligro (EN). En Canarias las dos especies de ratas introducidas, causan importantes daños en las poblaciones de aves marinas pelágicas al depredar sobre huevos, pollos y adultos. Por esta causa, en la colonia de Santo Domingo (Tenerife) se ha reducido la ocupación de las huras estudiadas en un 40-50% en2002. La depredación por rapaces nocturnas (fenómeno natu-ral), puede hacer peligrar algunas colonias de aves marinas(Martín & Lorenzo, 2001). La elevada densidad de población de Canarias y la demanda de espacio por la industria turística, junto a una mala gestión del suelo, han provocado un alarmante descenso de enclaves naturales especialmente costeros (Martín,1987). La contaminación lumínica en el litoral, en núcleos turís-ticos, provoca la desorientación de los juveniles en sus primeros vuelos y pueden llegar a chocar contra cables, edificaciones e incluso ser atropellados. Los plásticos en el mar, que pueden ser ingeridos al ser confundidos con presas, y las manchas de carburante, que afectan a la impermeabilidad del plumaje, probablemente provoquen la muerte de ejemplares. Se conocen casos de ejemplares enredados en sedales de pesca lanzados durante la noche desde el acantilado sobre la colonia (costa de Santa Úrsula, Tenerife). Se han llevado a cabo, financiados por el Gobierno de Canarias, estudios por la Universidad de La Laguna(Martín et al ., 1987) y campañas de recogida de aves accidentadas por deslumbramientos. Deberían adoptarse con urgencia medidas como: control y erradicación de ratas y gatos en colonias de cría; vigilancia de las áreas de cría y su entorno para evitar molestias, lograr su protección efectiva y evitar infraestructuras y urbanizaciones; creación de Reservas Marinas en las áreas de alimentación; y estudiar su distribución y población, y el impacto de las pesquerías.


