El gaucho Martín Fierro

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Martín Fierro
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Autor(a)(es)(as)José Hernández
PaísArgentina

Martín Fierro. El Gaucho Martín Fierro es un poema argentino, escrito en verso por José Hernández en 1872, obra literaria considerada ejemplar del género gauchesco en Argentina, Uruguay y Río Grande del Sur

La obra y su contexto

El Gaucho Martín Fierro es un poema argentino, escrito en verso por José Hernández en 1872, obra literaria considerada ejemplar del género gauchesco en Argentina, Uruguay y Río Grande del Sur. Debido a que tiene una continuación, La vuelta de Martín Fierro, este primer libro es también conocido como "la ida". Ambos libros han sido considerados como libro nacional de la Argentina, bajo el título genérico de "El Martín Fierro". En "la ida", Martín Fierro es un gaucho trabajador que, la injusticia social vuelve gaucho matrero (fuera de la ley). Narra el carácter heroico y sacrificado del gaucho. El poema es una protesta en contra de la política del presidente argentino Domingo Faustino Sarmiento de reclutar forzosamente a los gauchos para ir a la frontera contra el indio. Leopoldo Lugones, en su obra literaria El payador, calificó este poema como «el libro nacional de los argentinos» y reconoció al gaucho su calidad de genuino representante del país, emblema de la argentinidad. Para Ricardo Rojas representaba el clásico argentino por antonomasia. El gaucho dejaba de ser un hombre «fuera de la ley» para convertirse en héroe nacional. Leopoldo Marechal, en un ensayo titulado Simbolismos del «Martín Fierro», le buscó una clave alegórica. José María Rosa vio en el «Martín Fierro» una interpretación de la historia argentina. Este libro ha aparecido literalmente en cientos de ediciones y ha sido traducido a más de 70 idiomas, entre ellos al esperanto y al quichua.

Argumento

En el primer libro "El Gaucho Martín Fierro" ("la ida"), un gaucho trabajador de las pampas bonaerenses, que vive con su mujer y dos hijos, es reclutado forzosamente para servir en un fortín, para integrar las milicias que luchan defendiendo la frontera argentina contra los indígenas. Al volver, su rancho se encuentra abandonado y su mujer y sus hijos se han perdido. Después, desesperado Martín Fierro mata a un negro en un duelo, lo que lo lleva a convertirse en gaucho matrero fugitivo perseguido por la policía, enfrentándose en batalla contra ellos y consigue un compañero: el sargento Cruz, que inspirado por la valentía de Fierro se une a él en medio de una batalla. Y finalmente huyendo, ambos se ponen en camino al desierto para vivir entre los indios, esperando encontrar allí una vida mejor. En el segundo libro La Vuelta de Martin Fierro, Fierro y su compañero Cruz, huyendo al desierto para vivir con los indios, la vuelta comienza con el relato de ellos dos viviendo en las tolderías mapuches. Allí Cruz muere de viruela y Martín Fierro conoce a la "Cautiva", una mujer criolla que había sido tomada por los mapuches. Finalmente Martín Fierro se enfrenta con uno de los indios que lo hospedaba, matándolo y regresando al territorio «civilizado» con la Cautiva, a quien deja en una estancia para seguir su camino solo. En una pulpería encontrará a sus hijos, al hijo de Cruz, y al hermano menor del gaucho negro que asesinara en la primera parte, con quien mantendrá una famosa payada. Después todos toman caminos separados prometiendo algún día encontrase de nuevo.

Existencia histórica del personaje

Aún se especula si existió efectivamente un gaucho llamado Martín Fierro en el pago y hacia el tiempo en que Hernández sitúa su poema-novela. Algunos aducen que, efectivamente, por la zona del Tuyú y de Monsalvo, habiendo documentación en la actual ciudad de Maipú e incluso de la entonces llamada Lobería Grande (actual ciudad de Mar del Plata), lugar en donde los Hernández llegaron a poseer una estancia y donde el autor pasó gran parte de su niñez y juventud, vivió un gaucho "matrero" (rebelde) con ese nombre y ese apellido (bastante comunes). La mayoría de los críticos literarios y gran parte de los historiadores, sin embargo, suponen al personaje del poema como un sujeto ideal y paradigmático de los gauchos hasta los años 1880, teniéndose en cuenta que el gaucho Don Segundo Sombra existió realmente más allá de su vida literaria. En todo caso en la Costa Atlántica bonaerense —entre los cardales, dunas y, sobre todo, los densos bosquecillos de curru mamil que se encontraban en torno a la que luego sería Mar del Plata— está documentado, sobre todo tras la batalla de Caseros y en tiempos de la Guerra de la Triple Alianza, que se refugiaban muchos gauchos tenidos por "vagos" (sin papeleta de conchabo) y "malentretenidos".

Peculiaridades lingüísticas

De la lectura de los prólogos que acompañaron a la obra se extrae la clara conclusión de que el autor pretendió reflejar el lenguaje de los gauchos. Esto derivó en un intenso estudio de la lengua de la obra por parte de la crítica en busca de emparentarla con el habla gauchesa. Autores españoles como Unamuno o Azorín se esforzaron en encontrar relaciones entre el habla del poema y la de los campesinos de la península. Por su parte algunos autores argentinos como Leumann dirigieron sus estudios hacia lo original de esa modalidad lingüística llegando a calificarla como genuino idioma nacional argentino.1 Especialmente polémica resultó la aportación de Américo Castro que defendía de modo radical la idea de que el habla gauchesca no era otra cosa que una prolongación del habla medieval castellana. Más relevante resulta el interés del autor por tratar el habla rural de forma digna lo que le valió alguna crítica de sus contemporáneos que le reprocharon el uso de un habla inculta. Si bien este uso de la lengua entronca con toda la literatura gauchesca anterior, es Hernández quién la elevó a lengua literaria plena. Parte de la crítica ha señalado una cierta inestabilidad en la transcripción fonética de las palabras y un escaso dominio de la ortografía académica. Al margen de la inestabilidad, algunos de los rasgos característicos del poema son:

Reducción vocálica: pacencia por paciencia
Reducción de los grupos consonánticos vitima por víctima
En la terminación -ado se pierde la d.
Ante el diptongo ue f pasa a j: juego por fuego
d pasa a l (alquirir en lugar de adquirir
Frecuente aspiración de h; juir por huir
g en el grupo h+ue: güella.
Igualmente está generalizado el uso del voseo y de indigenísmos como bagual (caballo) o tape (hombre rústico)

Fuente