Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola
| ||||||||||||
Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA). Creado en respuesta a la crisis alimentaria mundial, es un organismo especializado de las Naciones Unidas y una de las Instituciones Financieras Internacionales (IFI) que lucha contra el hambre y la pobreza en las comunidades de las zonas rurales.
Sede
Desde hace más de 45 años, el FIDA tiene su sede en Roma, en el Centro Neurálgico de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, cito en: Via Paolo di Dono, 44, 00142 Roma, ITALY.
Reseña
Década de los 70
El FIDA se estableció en la década de 1970 en respuesta a una crisis mundial de alimentos. Desde entonces, hemos ayudado a millones de personas de las zonas rurales a salir de la pobreza y a prosperar.
Desde 1977, los proyectos respaldados por el FIDA han beneficiado a cientos de millones de personas en todo el mundo. A lo largo de los años hemos aumentado nuestra escala y alcance, pero nuestra misión sigue siendo la misma y ahora es más importante que nunca: invertir en las personas de las zonas rurales y empoderarlas para mejorar su seguridad alimentaria, sus ingresos y su resiliencia.
A principios de la década de 1970, la escasez mundial de alimentos provocó desnutrición, muertes y hambrunas generalizadas, especialmente en la región africana del Sahel. El mundo necesitaba soluciones sistémicas a largo plazo para los problemas estructurales que desembocaban en la pobreza y la escasez de alimentos. En 1974, las Naciones Unidas trataron de dar respuesta a estas cuestiones en la Conferencia Mundial de la Alimentación. Se decidió crear un organismo para financiar el desarrollo agrícola en las comunidades pobres de las zonas rurales. En 1977 el FIDA inauguró oficialmente su Sede en Roma y celebró su primer Consejo de Gobernadores con 120 Estados Miembros.
En 1978 FIDA puso en marcha sus actividades y se aprobaron los primeros préstamos para proyectos en 10 países. El objetivo de los proyectos era aumentar la producción de alimentos y mejorar el desarrollo agrícola mediante sistemas de riego e infraestructuras, entre otras cosas.
Década de los 80
En 1981FIDA fue una de las primeras instituciones en apoyar al Banco Grameen de Bangladesh, galardonado con el Premio Nobel de la Paz, que puso en marcha por primera vez un concepto nuevo y revolucionario: la microfinanciación. Esta primera experiencia vino a corroborar lo que ya sabíamos: es fundamental trabajar con las personas de las zonas rurales para encontrar soluciones innovadoras con perspectivas halagüeñas y para que puedan mostrarnos el camino que hay que seguir.
En solo un año, el número de proyectos del FIDA aumentó un 25 %. En 1986 se destinó una mayor financiación a programas de desarrollo rural para combatir la sequía y la desertificación en África Subsahariana en respuesta al más de un millón de muertes relacionadas con la sequía y la hambruna que se produjeron en África Oriental.
Década de los 90
En 1992 el FIDA organizó la Reunión en la Cumbre sobre el Adelanto Económico de la Mujer de las Zonas Rurales. En ella se puso de relieve el papel fundamental que desempeñan las mujeres de las zonas rurales como productoras de alimentos y artífices de la seguridad alimentaria de los hogares. También sirvió para concienciar sobre las relaciones que existen entre la seguridad alimentaria mundial, los ingresos y la participación de las mujeres del medio rural en las esferas económica, social y política. Actualmente, el FIDA sigue liderando la labor de promoción de la igualdad de género en las zonas rurales.
Al tomar el relevo de otras organizaciones asociadas, en 1997, el FIDA empezó a supervisar sus proyectos para adquirir conocimientos de primera mano e incorporar las enseñanzas extraídas en el diseño de los proyectos, lo que permitió al personal prestar más atención a las cuestiones prioritarias del FIDA y participar plenamente en el diálogo y la creación de asociaciones en los países. En los decenios posteriores, la medición de nuestro impacto para mejorar la eficacia se convirtió en una constante de las operaciones del FIDA.
Década de 2000
El Marco Estratégico del FIDA (2002-2006) se armonizó con los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). Los ODM, adoptados en el año 2000 por todos los países del mundo y las principales instituciones de desarrollo, eran un plan global para satisfacer las necesidades de las personas más pobres del mundo de cara a 2015. El primer ODM consistía en reducir a la mitad el número de personas que padecían hambre y el número de personas que vivían en situación de extrema pobreza, en consonancia con el mandato del FIDA.
La Oficina de Evaluación Independiente se creó en el 2003 para promover la rendición de cuentas y el aprendizaje mediante evaluaciones independientes y fiables de la labor del FIDA. La perspectiva era simple. Al determinar cuáles eran los aspectos que funcionaban y cuáles debían modificarse, las operaciones del FIDA podrían mejorarse para obtener un mayor impacto en la vida de la población pobre de las zonas rurales.
En el 2005 los pequeños agricultores suelen crear organizaciones locales para reducir los costos y hacer frente a los retos que puedan surgir. El FIDA estableció el Foro Campesino para fortalecer nuestra colaboración con las organizaciones de agricultores, sus miembros y los Estados Miembros del Fondo. Los agricultores no son meros participantes en los proyectos del FIDA, sino que también son asociados estratégicos.
En 2005, el FIDA fue el primer organismo de las Naciones Unidas en someterse a una evaluación externa independiente, que llevar a cabo una importante revisión de nuestras estrategias y nuestro modelo operativo. En el marco de un nuevo plan de acción, el FIDA allanó el camino para convertirse en un asociado más ágil, eficiente y eficaz, capaz de responder y adaptarse a un mundo en constante cambio. Diez años más tarde, el número de oficinas del FIDA en los países pasó de 7 a 40. Además, los programas en régimen de supervisión directa pasaron a representar del 18 % al 95 % de nuestra cartera.
Los Pueblos Indígenas representan menos del 5 % de la población mundial, pero representan el 15 % de las personas pobres. En 2006, el FIDA creó un nuevo instrumento de financiación, el Fondo de Apoyo a los Pueblos Indígenas (IPAF), para fortalecer las comunidades y organizaciones de los Pueblos Indígenas y fomentar su desarrollo autónomo. El IPAF brinda apoyo a iniciativas diseñadas y puestas en marcha por los Pueblos Indígenas, que se basan en su cultura, identidad, conocimientos y recursos naturales.
Década de 2010
En el 2015 la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que se centra en el logro de 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Al igual que los ODM, los ODS son un llamamiento a la acción para poner fin a la pobreza y el hambre; mejorar la salud y la educación; reducir las desigualdades y estimular el crecimiento económico, así como para hacer frente al cambio climático y preservar nuestros océanos y bosques.
Los ODS son aún más ambiciosos que los ODM, ya que sus dos primeros objetivos son la erradicación total de la pobreza y el hambre. De nuevo, los objetivos estaban estrechamente vinculados al mandato del FIDA. Para financiar ese ambicioso programa de desarrollo, se encomendó al FIDA la tarea de movilizar inversiones que permitieran a la población pobre de las zonas rurales mejorar su seguridad alimentaria y nutrición, aumentar sus ingresos y reforzar su resiliencia.
En 2018, reconociendo que la degradación de los recursos naturales y el cambio climático influían de manera decisiva en la vida de las personas pobres de las zonas rurales, el FIDA publicó su Estrategia sobre el Medio Ambiente y el Cambio Climático (20192025), que proporcionó un marco para integrar más eficazmente el medio ambiente y el cambio climático en la labor del FIDA a fin de mejorar la resiliencia ante el clima de la población del medio rural.
Reconociendo que la degradación de los recursos naturales y el cambio climático influían de manera decisiva en la vida de las personas pobres de las zonas rurales, el FIDA publicó su Estrategia sobre el Medio Ambiente y el Cambio Climático (20192025), que proporcionó un marco para integrar más eficazmente el medio ambiente y el cambio climático en la labor del FIDA a fin de mejorar la resiliencia ante el clima de la población del medio rural.
Década de los 2020
En el 2020 el FIDA se convirtió en el primer fondo de las Naciones Unidas en recibir una calificación crediticia pública, lo que supuso un estímulo para seguir trabajando en favor de las personas más pobres del mundo. La calificación crediticia de AA+ otorgada tanto por Fitch como por Standards & Poor's sentó las bases para aumentar las inversiones en la seguridad alimentaria, el empleo y el crecimiento económico de las zonas rurales. El Center for Global Development declaró en el 2021 al FIDA como la organización multilateral de desarrollo más eficaz del mundo, basándose en la calidad de nuestro desempeño en múltiples ámbitos.
Objetivo
En el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola, la intención es crear comunidades rurales que sean dinámicas, inclusivas y sostenibles, donde las personas puedan vivir sin hambre ni pobreza. La mejor manera de conseguirlo es invirtiendo en los pequeños productores de las zonas rurales. Con estas inversiones ayudamos a la población rural a tomar las riendas de su futuro y a producir suficientes alimentos nutritivos para sus comunidades. El hecho de que las personas se hagan cargo de su propio desarrollo ayuda a que los cambios sean duraderos.
Financiación
Erradicar el hambre y la pobreza
El FIDA es un organismo especializado de las Naciones Unidas y una institución financiera internacional (IFI), creada con el objetivo de movilizar recursos en beneficio de la agricultura y el desarrollo rural en países en desarrollo. El FIDA es la única IFI con el mandato específico de erradicar la pobreza y el hambre mediante la inversión en la población rural pobre; para ello, se presta asistencia técnica y financiera a proyectos dedicados a la agricultura y el desarrollo rural en Estados Miembros en desarrollo.
Las operaciones del FIDA se financian principalmente gracias a las contribuciones de los Estados Miembros, el reembolso de los préstamos, los ingresos por inversiones y las contribuciones especiales de Estados no miembros. Otras fuentes de financiación incluyen los prestamos soberanos y, como opciones valoradas recientemente, los préstamos en condiciones favorables y los préstamos en los mercados internacionales de capital.
Actividad financiera institucional
Por medio de la actividad financiera institucional del FIDA se respalda la integridad, la transparencia en la presentación de informes, el control de los recursos financieros del Fondo (activos por valor de 8 200 millones de USD en 2016) y la de rendición de cuentas, lo que garantiza la confianza que las partes interesadas depositan constantemente en el FIDA.
Para apoyar la responsabilidad operacional y los análisis en tiempo real, la actividad financiera institucional proporciona herramientas de información operativa (sobre contribuciones, desembolsos, pagos y activos) que ayudan a tomar decisiones fundamentadas y ajustadas a los objetivos del FIDA.
Los estados financieros preceptivos del FIDA se elaboran de acuerdo con las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF) , una de las principales prácticas de en este sentido; un auditor externo independiente se encarga de auditar anualmente los estados financieros del Fondo.
Gestión de inversiones
La cartera de activos líquidos del FIDA se compone de las contribuciones de los Estados Miembros, las amortizaciones de los préstamos y la financiación obtenida a través de los recursos tomados en préstamo. Los acuerdos de préstamo y las emisiones de bonos de colocación privada permiten al FIDA la toma de fondos en préstamo. Dichos fondos se rigen por el Marco Integrado del FIDA para la Obtención de Préstamos. Los bonos emitidos ofrecen a los inversores un activo de elevada calidad que, a la vez, facilita la contribución a la Agenda 2030. La calificación crediticia otorgada al FIDA por S&P y Fitch es de AA+. Los activos líquidos que componen la cartera de inversiones del FIDA se seleccionan de conformidad con la Declaración sobre la Política de Inversiones y con el Marco de Control Interno del Fondo. Con el fin de velar por la seguridad, la liquidez y el rendimiento de sus inversiones, el FIDA ha adoptado una política conservadora en dicho ámbito. La cartera está predominantemente por encima de los valores con calificación de inversión y de los valores de renta fija. En el informe de la cartera de inversiones del FIDA figuran las mediciones del riesgo y la rentabilidad. Cada año, el FIDA determina los recursos disponibles para compromisos, y cifra así la cantidad máxima que el Fondo puede comprometer de forma segura para nuevos préstamos y donaciones sin prejuicio de su solidez financiera.
Productos financieros y condiciones de financiación
El objetivo del FIDA consiste en reducir la pobreza rural, mejorar la nutrición y aumentar la producción de alimentos mediante la concesión de préstamos y donaciones para avalar programas que impulsen el crecimiento económico, reduzcan las desigualdades y mejoren las condiciones de vida de la población rural pobre. Además, el Fondo hace uso del mecanismo de sostenibilidad de la deuda para ayudar a los países de bajos ingresos a recuperar o mantener la sostenibilidad de la deuda externa. Las calificaciones de riesgo se deducen de los análisis de sostenibilidad de la deuda prospectivos de cada país que se realizan sobre los principios del marco conjunto del FMI y el Banco Mundial de Sostenibilidad de la deuda para los países de bajos ingresos.
Presencia
El FIDA, que está presente por todo el mundo, desde las islas más aisladas del Pacífico, hasta los vastos y variados paisajes de África y Asia Central, pasando por las costas occidentales de Sudamérica, desarrolla su labor donde se concentran la pobreza y el hambre extremas, es decir, en las regiones más remotas de los países en desarrollo y los países con situaciones de fragilidad.
Con nuestra presencia en cinco regiones del mundo y 92 países, prestamos asistencia a las personas que, de otro modo, quedarían al margen de los proyectos de desarrollo. Nuestra labor se centra en llegar a esos puntos más inaccesibles, que es donde los pequeños agricultores cultivan los alimentos que nutren al mundo.
Asociados
El FIDA trabaja de manera incansable para empoderar a los habitantes de las zonas rurales de todo el mundo. Pero sin ayuda, lo que puede hacer tiene un límite.
Al colaborar con actores clave en los sectores agrícola y rural, ampliamos los impactos del FIDA mancomunado inversiones, promovemos el desarrollo posibilitando la formación de asociaciones, y fomentamos el ingenio trayendo las innovaciones del laboratorio al terreno.
Solamente trabajando con otros el FIDA puede lograr impactos a escala, alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible y honrar su misión de empoderar a las personas del medio rural. El FIDA siempre está en la búsqueda de nuevos socios para generar impactos colectivos.


