Arturo de Carricarte
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Artuto R. de Carricarte, periodista y escritor cubano. Intelectual altamente respetado por su creatividad y por sus relaciones humanas y sociales.
Datos biográficos
Nace en La Habana, 6 de noviembre de 1880. Desde temprana edad muestra inclinación por la escritura a la que dedica gran parte de su vida.
Vida y obra
Sus primeros estudios los realiza en La Habana, donde se gradua en 1894 de bachiller. No son muchos los que recuerdan que él defiende a Leonor Pérez Cabrera, la madre de José Martí, en el momento en que fuera despojada de sus derechos de ocupar –al surgir la semicolonia– la casa de Paula No.41 (posteriormente 102 y en la actualidad calle Leonor Pérez 314).
Cuando Jorge Mañach publica en 1932 su biografía “Martí el Apóstol”, al agradecer a las personas que en alguna forma le aportaron valiosos datos, nombra entre los primeros a Arturo R. de Carricarte.
A lo largo de su vida, Carricarte utiliza los seudónimos de “Blas Gil”, “Segundo Valbuena”, “A .R. de Castro”, y “Arracerit”.
Visita México en 1902. En 1908 merece el “Premio de la Crítica”. Se distingue como periodista dentro y fuera de Cuba. En Veracruz, México, la “Revista Martiniana” y “El Mundo Artístico”. Es editor en idioma español de “The Havana Post”. Escribe y colabora en “El Fígaro”, “Bohemia”, “El Mundo”. Durante años escribe los editoriales de “El Triunfo”.
En 1909 ingresa en el servicio diplomático y ocupa el cargo de Cónsul de Cuba en Montevideo (Uruguay). En 1913 escribe la novela “Historia de un vencido” y La Academia Nacional de Artes y Letras lo galardona con el “Gran Premio de Literatura”. En 1920 funda la Biblioteca Municipal de La Habana y la dirige hasta 1931. En la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana es profesor del Seminario Diplomático y Consular. Escribe otros textos narrativos: “Noche trágica, Azul”. Y numerosos ensayos de indudable interés: “Por qué es del pueblo cubano la casa en que nació Martí”, “El Dictador”, sobre el desarrollo de la enseñanza en este Continente, “Lo que dice y lo que no dice el Manifiesto de Montecristi”,”Cubanas inmortales, Bernarda Toro de Gómez”, etc.
Su múltiple acción literaria la despliega en La Habana y Marianao sin desvincularse de instituciones, periódicos y amistades de ambas densidades culturales y de los países que visita. En La Habana, antes de instalarse en Marianao, constituye una familia de la cual nunca se separa. A una cuadra del antiguo Ayuntamiento, hace levantar un “bungalow” de madera de dos plantas, justamente en la misma esquina, adonde iban los jóvenes intelectuales de la ciudad, no sólo a compartir su conversación, sino también su biblioteca, y disfrutar del encanto de sus hijas, unas mestizas cultas, de preciosos ojos, vivos retratos de su bella esposa.
Sin duda su personalidad contribuye al desarrollo nacional desde su visión de contradictorias confluencias. En La Habana forma parte de aquel notable grupo de literatos y académicos en el que sobresalen, entre otras, figuras como José María Chacón y Calvo, Antonio Sánchez de Bustamante, Rafael Montoso, Mario Guiral Moreno, Raimundo Lazo, José Manuel Carbonell, Miguel Ángel Carbonell, José Silverio Jarrín, etc.
En Marianao, es factor descollante en un destacado grupo que rechaza la “República de Baldomero”, como el periodista Rafael Conte Mayolino, Evaristo Martínez Alonso, José Sixto de Sola –considerado por José Ingenieros “uno de los más eximios escritores de la nueva generación cubana–, José María Suárez Solís y otros, y al mismo tiempo recibe y mantiene estrechas relaciones con César San Pedro y Romero, director del periódico “El sol”; Rubén Alfonso Quintero, fundador de la Biblioteca Municipal “Enrique José Varona” y con el historiador Fernando Inclán Lavastida y los jóvenes miembros del “Grupo Ariel”.
Sus textos sobre José Martí son numerosos. Además del antes citado, publica trabajos que permiten ahondar en los complejos matices de sus valoraciones, entre ellos: “Honremos a Martí” (1922), “Martí en Isla de Pinos”, (octubre a diciembre de 1870) (1923), “Iconografía del Apóstol José Martí” (1925), “La cubanidad negativa apóstol Martï” (1934), “Martí y el leonismo” (1939), “Lo que dice y no dice el manifiesto de Montecristi” (1940).
Muerte
Muere el día 8 de noviembre de 1948, en Marianao, a los 68 años de edad, en plena actividad, pues ocupaba, los cargos de Presidente de la Asociación de Periodistas y Escritores, Historiador Oficial de la Ciudad y Presidente de la Sección de Cultura de la Logia Estrada Palma.
