Cosméticos de limpieza

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Cosméticos de limpieza
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Cosméticos de limpieza: Reciben el nombre de cosméticos de limpieza los que tienen por objeto eliminar la suciedad de la superficie cutánea. Se incluyen entre ellos sustancias muy diversas, más o menos simples, más o menos densas, de distinta composición química, pero que tienen como denominador y sus derivados, los cosméticos conocidos específicamente para la limpieza (aguas leches, cremas) y otros que se crearon para otro fin específico, pero que se usan normalmente para limpiar.

Variedades

Los productos limpiadores son variadísimos, debido a varías razones. La primera, que no existe un cosmético de limpieza que reúna las cualidades necesarias para ser apropiado a cualquier clase de piel. La piel concreta que se ha de limpiar, exige, pues, que haya una posibilidad de elección para dar con el producto que englobe las características apropiadas. Algunos productos pueden resultar demasiado alcalinos o ácidos; otros, desengrasantes en exceso, o menos de lo necesario. Ciertas piles irritan con algunos productos y no con otros. Incluso tratándose de los jabones neutros, no llegan a satisfacer las necesidades de todas las pieles; pueden ser excesivamente detergentes para la piel seca y poco eficaces para la piel seborreica. También el factor olor tiene su importancia, ya que no todos los aromas gustan a todas las personas y lo mismo ocurre con el color, la consistencia, etc. Por todo ello resulta claro que hoy en día un producto de limpieza del cutis no suele ser sencillo. Buscando el perfeccionamiento, suelen combinarse los elementos de limpieza clásicos con sustancias sintéticas y además con los emulsionantes, suavizantes o disolventes necesarios. De todas formas, ante la variedad inusitada de artículos que ofrece el mercado, se hace necesario buscar una síntesis para cada tipo de cutis y no complicar demasiado la práctica de su limpieza diaria.


Mecanismo de la limpieza

Algunos limpiadores actúan por simple arrastre mecánico de las partículas de suciedad, previamente despegadas de la piel por frotamiento o cepillado. Pero la mayoría de ellos suelen disolver las partículas de impureza. Si son hidrosolubles se disuelven en agua y si son liposolubles, en grasa. Los romanos, que no usaban el jabón, se lavaban con aceite, se frotaban luego con raspadores para arrastrar las impurezas y la grasa, y terminaban retirando el resto con agua caliente. Se incorporan al agua sales alcalinas, saponifican las grasas. Así, los griegos se lavaban con cenizas vegetales, ricas en sales alcalinas. También se utilizaban arcillas jabonosas porque absorben las grasas y el agua. Pero los jabones de tocador no actúan por saponificación, lo que resultaría muy lento, sino en virtud de sus propiedades tensoactivas. Recordemos que las sustancias tensoactivas se caracterizan por tener poder emulgente, humectante y detergente.

Específicamente estos productos tensoactivos se llaman detergentes. La primera fase de la limpieza de la piel consiste en humedecerla, para lo cual es necesario romper el manto aéreo de la piel y dispersarlo en forma de burbujas dentro de la masa líquida del detergente, lo cual se logra por el frotamiento que normalmente se ejerce al aplicar el producto.

El segundo paso consiste en la penetración del agente limpiador en la piel por los orificios anexiales. En esta segunda fase, los componentes grasos de la piel se emulsionan con el agua del detergente y al retirarse se elimina una primera capa de las impurezas grasas.

La tercera fase comienza cuando, arrastrados ya el manto aéreo y la cubierta grasa natural de la piel, se llega a la superficie córnea, de la que se desprenden unas escamas y las partículas sólidas de suciedad adheridas. Todo ello es favorecido por la frotación, raspado y cepillado.

Finalmente, el abundante enjuague final con agua perfecciona el arrastre de la suciedad y elimina también los restos del detergente, que podrían irritar la piel.

Cosméticos naturales

  • Los cosméticos naturales son una alternativa a los cosméticos convencionales
  • Deben aportar las mismas o mayores ventajas potenciando el uso de sustancias vegetales, y no un simple argumento de marketing "verde"
  • El mercado de los cosméticos naturales se expande sobre todo en lo que se refiere a cremas para la piel, jabones y detergentes
  • Son las tiendas ecológicas las que agrupan una mayor variedad de cosméticos naturales.
  • Los cosméticos naturales se fabrican con aceites naturales, con extracto de té, con aloe vera...

No deben contener colorantes ni conservantes químicos


Uso de jabones como cosméticos

Los jabones de tocador comunes son sales de ácidos grasos e hidróxido de sodio que se obtienen por saponificación de aceites vegetales, como el de oliva, cacahuete, almendra, coco, o aceites, como el sebo, de cuya operación se desprende la glicerina. Los ácidos grasos más importantes son el oleico y el láurico que proporcionan abundante espuma.

El jabón de aceite de oliva e hidróxido de sodio, duro, blanco, de espuma suficiente y untuosa es el jabón de tocador mejor tolerado. El de coco es más alcalino, pese a su estupenda espuma. Todos los jabones de tocador dan pH alcalino.

Condiciones de un buen jabón de tocador debe cumplir los siguientes requisitos:

  • No contener álcali libre, ni abrasivos.
  • No ser irritante ni sensibilizante.
  • Limpiar bien.
  • Ser muy soluble y producir buena y abundante espuma.
  • Eliminarse totalmente, sin dejar residuos.

Acción limpiadora del jabón.

Al estudiar la acción limpiadora del jabón hay que tener en cuenta que no actúa aisladamente sino unido con el agua, formando una pareja inseparable: Agua-jabón. Si el agua es caliente se lava mejor porque con la subida de temperatura baja la tensión superficial de la mezcla y, por tanto penetra mejor. El jabón aunque sea de buena calidad, al eliminar la suciedad elimina también la capa en la que están presentes los cuerpos grasos de la epidermis, de modo que se alcaliniza la piel y anula transitoriamente el manto ácido, hinchando ligeramente la capa córnea. La normalidad se recupera rápidamente en las pieles grasas, pero en las secas se produce un déficit más difícil de subsanar.

Distintos tipos de jabón. Ya hemos dicho que el jabón de tocador corriente es el sólido de aceites vegetales. El jabón de potasa es blando, moreno, que a veces se colorea artificialmente de verde, es más alcalino y enérgico que le de sodio y se suele usar para limpieza de la piel seborreica.

A los jabones de tocador se les agregan diversas sustancias, como, por ejemplo, caseína, que los hace más espumantes y suaves, bentonita, que los hace más aterciopelados, fosfato sódicos, que hacen más solubles los jabones de calcio, permitiendo el lavado con ellos en aguas duras, y dióxido de titano, que es blanqueador. Los jabones traslúcidos se obtienen mediante la adición de glicerina y azúcar, generalmente al jabón de coco.

Para la piel muy seborreica se hacen jabones con una mezcla de sustancias abrasivas, como la piedra pómez finamente pulverizada. Para pieles sensibles, se añade harina de avena, de almendras o de arroz al jabón se sodio.

Los jabones neutros, en los que se intenta reducir lo más posible la alcalinidad, se elaboran a base de sustancias ácidas, como ácido bórico o láctico. Existen también los llamados inexactamente jabones ácidos, que llevan incorporados ácidos orgánicos diversos.

Se fabrican también jabones supergrasos que se obtienen añadiendo a un buen jabón de tocador neutro de un 1 a un 3 % de lanolina, manteca de cacao u otra sustancia emoliente. Son algo menos desecantes pero no del todo, porque es imposible que un jabón, al eliminar las impurezas de tipo graso, no elimine también la secreción sebácea de la piel.

Jabones desinfectantes se fabrican desde tiempos recientes. Con ellos se requiere añadir, a su acción limpiadora, otra bactericida reforzada.

Se elaboran a base de añadir a su composición algunos antisépticos, en general derivados del fenol que convienen el jabón en desodorante.

Para disimular el olor del desodorante se utilizan materias aromáticas de la familia de la rosa o el espliego. El desinfectante más comúnmente usado es el hexaclorofeno, que suele ser bien tolerado por la piel y que da a la pastilla un color pardo por su sensibilidad a la luz. Los jabones medicinales son los que llevan medicamentos en su composición. Siempre que el medicamento sea apto para ser incorporado al jabón y conserve su estabilidad, ejercerá su acción propia en forma suave y superficial. Hay dos tipos muy conocidos de jabones medicinales: los jabones de azufre y los de alquitrán. Se trata de jabones de tocador duros, preparados con hidróxido de sodio con azufre al 5% o con alquitrán vegetal al 16%.

La forma de presentación más común del jabón de tocador es la sólida, en pastillas. En pastas, cremas y polvos suelen presentarse los jabones de afeitar.

El Agua

En cuanto al agua, hay que decir que no todas las aguas de todas las ciudades o pueblos son iguales. Hay abundancia de aguas duras, es decir, ricas en sales alcalinotérreas, que cortan el jabón, y además de perjudicar sus cualidades espumantes, actúan desfavorablemente sobre la piel, desecándola e irritándola.

Para corregir las aguas duras puede acudirse a la ebullición, a la adición de sustancias correctoras (media cucharada de café de borato de sodio por litro de agua) o añadir sustancias dulcificantes, como almidón, gelatina o cáscara de almendras o de trigo. Otro remedio práctico consiste en añadir al agua una cuarta parte de leche cocida.

El agua de lluvia ha sido siempre muy apreciada en cosmética, puesto que, al no contener cuerpos minerales, es bien tolerada por la piel y hace excelente espuma. Aunque se trata de una costumbre ya abandonada, no está de más saber que una pequeña cantidad de vinagre agregada en el agua del lavado la hace levemente antiséptica y ácida, y facilita el jabonado. Los vinagres de toilette se preparan con ácido acético o láctico más una mezcla de alcohol y agua destilada. Es muy importante enjuagarse cuidadosamente después de una limpieza a base de jabón.

Esta operación puede hacerse con las palmas de la mano o bien embebiendo de agua un paño frío. Muchas supuestas intolerancias al jabón desaparecen si se eliminan bien los restos alcalinos que deja sobre la piel.

Lociones de limpieza

Son mezclas de agua o agua y alcohol que llevan disueltas sustancias que refuerzan su acción limpiadora.

Algunas se utilizan como sustitutivos del jabón para pieles sensibles, como la siguiente piel seca:

  • Glicerina..................... 80 cm
  • Agua de rosas................. 20
  • Agua de laurel.................... 210

Pero, en general, las lociones de limpiezas son de tipo desengrasante, por lo que se las recomienda para piel seborreica, especialmente las que contienen alcohol y bicarbonato de sodio. Estas lociones altamente limpiadoras se recomiendan solamente para casos de pieles expuestas al polvo o al aire libre, en ejercicios, viajes, deportes, etc. Deben emplearse con un algodón embebido en la loción.

Cosméticos de limpieza grasos sin agua

Se las llama erróneamente cremas de limpiezas, pero en rigor no son cremas, puesto que no contienen agua, sino que son una mezcla de grasas de distinto tipo; unas sólidas y otras líquidas.

La mezcla da una sustancia mantecosa sólida en el envase y líquida al contacto con la piel por el calor que está desprende. Con ligero masaje las cremas de limpieza se funden, se extienden con facilidad y penetran poco.

Su acción limpiadora consiste en que disuelven las grasas cutáneas y luego las arrastran por medio del masaje o el frotamiento, junto con los desechos epiteliales.

El aceite de su composición debe ser muy ligero para que penetre en los poros arrastrando la suciedad. En pieles seborreicas o normales, solamente deben utilizarse para retirar el maquillaje, lavando luego la piel con agua y jabón. Una fórmula tipo de estos cosméticos de limpieza sería:

  • Grasa líquida..................80%
  • Grasa sólida........................ 20%

Cremas y leches limpiadoras

Las cremas y leches de limpieza son emulsiones de grasas y agua, de consistencia cremosa, destinadas a la higiene de la piel, bien sustituyendo al agua y jabón o bien utilizándose juntamente con ellos.

Durante mucho tiempo se consideró que una crema de limpieza debía ser necesariamente una emulsión del tipo agua en aceite para que pudiera disolver las impurezas grasas y penetrar lo necesario.

Pero ahora se sabe que todas las emulsiones tienen extraordinarias propiedades de absorción. Si, después de lavar la cara con agua emulsión de aceite en agua o agua en aceite, se removerá la misma cantidad de suciedad en los dos casos. Hoy es general el uso de emulsiones de aceite en agua como limpiadoras y las otras solamente en los casos en que se requiere dejar sobre la piel una capa protectora contra el agua.

Cualidades de una emulsión de limpieza

Las características de una emulsión empleada como crema o leche de limpieza son:

  • Limpiar realmente la piel, dejándola suave y preferentemente sin aspecto graso.
  • Ser líquida o licuarse a la temperatura corporal.
  • Tener la suficiente viscosidad como para tener en suspensión las partículas insolubles.
  • Carecer de propiedades irritantes o sensibilizantes.
  • Tener buena presentación en cuanto al aspecto y al olor.

Cremas de limpieza

Cold-cream: es una clásica emulsión agua en aceite que, aunque ha sido superada como crema limpiadora, todavía se utiliza como tal para la piel seca. Actúa por acción de arrastre de las sustancias que puede disolver. Contiene poquísima cantidad de jabón, por lo que su acción propiamente detergente es inapreciabe. Deja una cubierta oleosa.


Emulsiones modernas agua en aceite (A/O): Son más apropiadas para otros usos (cremas protectoras, lubricantes), pero se utilizan también para la limpieza de la piel seca. Limpian bien pero presentan el inconveniente de que dejan una fina película de grasa sobre la piel, lo cual no siempre es interesante.

Cremas aceite en agua(O/A): ya hemos indicado que la tendencia actual es utilizar emulsiones del tipo aceite en agua. Todas ellas se desvanecen sobre la piel por el frotamiento, excepto las que tienen abundante aceite (cremas semigrasas). Las cremas modernas no responden a la definición clásica, porque son emulsiones aceite en agua donde el emulgente no es un jabón sino un éster. En general son más apropiadas para limpiar la piel, especialmente la sensible al jabón, y tienden la ventaja de que no se vuelven ácidas.

Leches limpiadoras

Se les da este nombre a las emulsiones muy finas y fluidas, de aspecto parecido al de la leche. Se utilizan para limpiar las pieles secas o también para retirar de ellas los cosméticos. Deben limpiar sin engrasar, dejando la piel suave y fresca. Las leches clásicas son emulsiones agua en aceite con bórax como emulgente. Para hacerlas más fluidas se aumenta la dosis de aceite, por lo que, una vez utilizadas, estas leches tipo cold-cream necesitan un lavado de la piel.

Otro tipo clásico de leches son las llamadas virginales, que son emulsiones de resinas de benjuí mezcladas con agua y alcohol. Ejercen una leve acción antiséptica y astringente y se recomiendan para la limpieza de la piel. Para corregir el efecto, se les suele añadir algún cuerpo graso.

La leche almendras, cosmético muy antiguo, se elabora triturando finamente almendras peladas entre rodillos con la cantidad adecuada de agua, que el aceite de almendras emulsiona. La fórmula antigua consistía en una parte de almendras dulces, una parte de azúcar y de siete a ocho de agua.

Ahora se prepara con aceites minerales, emulgentes sintéticos y agua, y se perfuma con esencia de almendras amargas.

La leche de vaca, diluida al tercio, es una leche natural que puede usarse para limpiar la piel seca e irritable.

Las leches limpiadoras modernas son emulsiones de tipo aceite en agua, que se elaboran a base de sustancias tensoactivas de acción detergente notable.



Fuentes