Cuentos al azar

Revisión del 18:41 21 feb 2024 de Damais04012jcscu (discusión | contribuciones) (Página creada con «{{Ficha Libro |nombre= Cuentos al azar (Libro) |nombre original= Cuentos al azar |portada= Cuentos_azar_libro.jpg |tamaño= |descripción= |autor(es)= [[María Elena Llana]…»)
(dif) ← Revisión anterior | Revisión actual (dif) | Revisión siguiente → (dif)
Cuentos al azar (Libro)
Información sobre la plantilla
Cuentos azar libro.jpg
Título originalCuentos al azar
Autor(a)(es)(as)María Elena Llana
Editorial:Editorial Cauce
GéneroNarrativo
Primera edición2016
PaísBandera de Cuba Cuba
PremiosPremio Nacional de Literatura

Cuentos al azar. En esta obra María Elena Llana escribe como quien juega, huyéndole a cierta seriedad que encartona, por eso su literatura tiene una profundidad tan natural como atrayente. En las casi 190 páginas del volumen asistimos al tránsito de la escritora por distintas inquietudes, abordándolas siempre con un estilo suelto y limpio, capaz de hacernos reír, llorar y también estremecernos de miedo o de sorpresa.

Sinopsis

Hay una belleza increíble en las atmósferas dementes, fantasmagóricas y los entrecruzamientos temporales de cuentos como Nosotras, Claudina, Verano, y Alondra pasa. ¿Quién no quedará atrapado tras leer: «El hecho de que la ovalada luna, un poco moteada de negro por la acción del tiempo, reflejara a los muertos de la familia en vez de a nosotros mismos, no fue causa suficiente para alterar nuestros hábitos de vida»? (En familia) Sin forzar nada, la autora juega con la realidad, la estira como material moldeable, y terminamos por asumir, sin cuestionarlo, que, en Añejo cinco siglos, Chabela se tropiece en la noche de una Habana actual con Isabel de Bobadilla, ambas penando por sus amores que parten. La historia es delirante y profunda, porque nos obliga a posicionarnos frente a lo que parece ser un sino extraepocal: los hombres se van, siempre buscando algo, y las mujeres quedan a la espera. Otros textos como Yeyo, Simbiosis y Ronda en el malecón, se adentran en las carencias económicas, las desigualdades y la pérdida de valores con una delicadeza difícil de encontrar. Hay un humor cálido que suaviza las amarguras, y un feminismo muy genuino. «Todo lo que marcó su momento, irradia», dice la autora en la presentación de la antología, y al cerrar el libro asumimos esa frase para resumir la experiencia. Ese irradiar es ya para siempre, como cuando Claudina abandona la casa: «La habitación, la hallé otra vez mustia, más inhóspita y desolada de lo que nunca fue. Evidentemente, ya no estaba quien la llenó de sol. Cerré la ventana y se extinguió el último rumoreo de los pájaros invisibles». Suerte la relectura, que nos devolverá sus trinos.

Fuentes