Dermatobia hominis

Dermatobia hominis
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Dermatobia hominis., es una especie de díptero braquícero, es la única mosca de la muerte o éstrido que parasita al ser humano.
Clasificación Científica
Nombre científicoDermatobia hominis
Reino:Animalia
Filo:Artrópodo
Clase:Insectos
Orden:Díptera
Familia:Oestridae

El rezno (tórsalo) (Dermatobia hominis), (del griego δέρμα, piel + βίος, vida, y del latín hominis, de los humanos, o sea, que vive en la piel de los humanos) es una especie de díptero braquícero. Es la única mosca de la muerte o éstrido que parasita al ser humano.

Esta especie es nativa de gran parte del continente americano, desde México hasta el norte de Argentina y Chile, aunque no es lo suficientemente abundante ni perjudicial como para ser considerada una auténtica plaga. Las erupciones que producen en la piel muestran poca tendencia a infectarse, probablemente porque la propia larva secreta antibióticos como estrategia adaptativa para que la propia larva disponga de alimento en buen estado. La infección es mucho más probable si la larva es sólo parcialmente extraída al intentar eliminarla, dejando restos bajo la piel.

La larva

larva de Dermatobia hominis

La larva es capaz de desarrollarse en cualquier parte de tu cuerpo dependiendo esto exclusivamente de la mala suerte que tengas cuando se produce el aterrizaje del insecto portador.

Allí donde van a parar los huevos, allí se aloja la larva de la Dermatobia Hominis sin ningún problema. Así que te puedes imaginar que en ocasiones puede haber complicaciones bastante serias dependiendo de la zona en cuestión, incluso pueden llegar a alojarse en el cerebro. Una vez que la larva de rezno está enterrada en nuestra carne, es bastante difícil deshacerse de ella, puesto que en su abdomen tiene unos ganchos que le permiten adherirse con fuerza a la carne y dificultan la extracción. Uno de los métodos que se emplean consiste en privar de oxigeno a la larva para que asome la cabeza al exterior y entonces atraparla. Cuando se opta por esta solución es conveniente tener mucho cuidado de no asfixiar completamente a la larva y que quede muerta dentro porque podrían producirse infecciones si un especialista no consigue después retirarla completamente por medios quirúrgicos.

Ciclo biológico

ciclo Dermatobia hominis
  • La hembra de esta especie atrapa al vuelo hasta 40 especies de dípteros como la mosca doméstica o diversos mosquitos y deposita de quince a treinta huevos en su vientre (un adulto secuestra unos 16 ayudantes a lo largo de su vida)
  • Cuando el vector se posa sobre un vertebrado, los huevos eclosionan con su calor. Entonces las larvas intentan colocarse bajo la piel, introduciéndose por un folículo piloso, herida o el agujero de la picadura (en caso de ser transportado por un mosquito)
  • Esta parasitación se denomina en general miasis, lo mismo que cualquier otra en la que el parásito sea un díptero.
  • Allí se desarrollarán alimentándose del huésped y tras 8 semanas salen al exterior cayendo al suelo, convirtiéndose en crisálida. Después de varias semanas nacerá el adulto.

Diagnóstico

Se presenta en la piel una lesión eritematosa, forunculoide, dolorosa, con un orificio central y que exuda líquido sanguinolento o purulento. Es posible visualizar su respiración analizando la lesión con un dermatoscopio.

Signos y síntomas

Lo más importante a remarcar en este punto son las pápulas que producen las larvas sobre la piel a lo largo de su migración. Se presenta como una aparente infección dérmica persistente, abscesos o picadura de insecto. La existencia de otras enfermedades, como las infecciones secundarias, complican el cuadro sintomatológico (como por ejemplo: staphilocócicas, streptocócicas, tétanos, micosis, etc) . Haciendo que las típicas pápulas eritematosas, que aparecen al principio, se transformen en pustulosas y/o descarguen fluido serosanguinolento luego. Si la larva penetra más profundamente pueden formarse nódulos subcutáneos de 1-2 cm que en ocasiones constituyen abscesos dolorosos. La intranquilidad, el estrés y el malestar en los animales son comunes en este tipo de parasitosis. Esto lleva aparejado anorexia, con la consiguiente pérdida de peso, mala condición corporal y caída en la producción.

Patogenia

Cuando las larvas parásitas migran por el tejido subcutáneo del hospedador facilitan la aparición de infecciones secundarias. Esto se debe a que a lo largo de esta migración las larvas van comiendo dicho tejido. Con lo cual éste pierde integridad y con esto capacidad de defenderse a la acción patógena de diferentes parásitos y microorganismos (hongos y bacterias). El grado de complejidad que tenga cada caso depende en gran medida de la zona corporal en donde esté desarrollada la miasis, del tiempo que tardó la larva en migrar y de la presencia o no de infecciones secundarias.

Tratamiento

  • Consiste en la extracción de los parásitos por medio de pinzas con posterior aplicación de desinfectantes.
  • Se debe apretar el forúnculo para que salga la larva y procurar de que ésta no explote porque contiene líquido alergénico, y de no matarla adentro porque podría formar un absceso (contaminación bacteriana).
  • Antes y después de esta operación se debe aplicar algún fármaco que mate a las larvas.
  • Las larvas no pueden ser extraídas con facilidad debido a los fuertes ganchos situados alrededor de su abdomen, con los que se adhieren a la herida. Sin embargo, hay varias soluciones:
  • Las larvas con las que se acaba de entrar en contacto pueden ser retiradas con alcohol antes de que lleguen a introducirse.
  • Recientemente se ha descubierto que las jeringuillas de extracción de veneno pueden retirar larvas con facilidad en cualquier etapa del crecimiento.
  • Puesto que estos dispositivos suelen formar parte de los kits de primeros auxilios en áreas de riesgo de mordedura de serpientes, ésta parece la solución más eficaz.
  • Colocar carne sobre el agujero esperar por más de 3 horas hasta que salga.
  • Un remedio casero consiste en tapar el agujero de la herida con alguna sustancia tipo vaselina o similar para obligar al insecto a asomarse para respirar, pero al intentar extraerlo se puede dejar una parte de la larva enganchada dentro, por lo que también se desaconseja.
  • Otra posibilidad es permitir que la larva se desarrolle y abandone el cuerpo de forma voluntaria, aunque pocas personas estarán dispuestas a llevar dentro el parásito durante tanto tiempo, especialmente si se encuentra alojado en una zona incomoda.
  • El grado de malestar experimentado parece depender de lo sensible que sea la zona donde se aloja.

Fuentes