Heroísmo pinero

Hechos históricos acontecidos en Isla de la Juventud
Información sobre la plantilla
Municipio de Cuba
EntidadMunicipio
 • PaísBandera de Cuba Cuba
Población 
 • Total86 256 hab.
Isla-juventud1.jpg

Heroísmo pinero, acontecimientos que se desarrollaron en la Isla de la Juventud a finales del Siglo XIX que demuestran la heroicidad del pueblo pinero.

Historia

11 de enero de 1896

Un acontecimiento relevante en la historia de la Isla de la Juventud a finales del Siglo XIX fue la participación de los jóvenes pineros que se integraron a las acciones del 11 de enero de 1896, para secuestrar el balandro “Margarita” y dirigirse en él a las costas pinareñas con el objetivo de unirse a las tropas invasoras que se encontraban en Bahía Honda, Pinar del Río.

Jóvenes que participaron en esta acción:

  • Emilio Vargas.
  • Miguel Bacallao.
  • Miguel María Blanco.
  • Rosendo Betancourt.
  • Adolfo Vega.
  • Irene Hernández.
  • Victoriano Guillermo.
  • Máximo Camero Díaz.
  • Plácido Hernández Vázquez.
  • Cristóbal Guevara Aroza.
  • Ángel Abascal Alderete.
  • Rafael Caso Vidal.
  • Pedro Buides Orihuela.
  • Juan Miranda Pérez.

Otros acontecimientos

  • 19 de junio de 1892: llegaron a la Isla de Pinos en calidad de domiciliados forzosos 173 hombres, con el fin de mantenerlos desterrados y sin poder regresar a La Habana, casi todos acusados de infidencia.
  • 8 de mayo de 1896: cayó junto al General Antonio Maceo, en el combate de Aura en Matanzas, Juan Miranda Pérez quien fue uno de los 10 deportados políticos en Isla de Pinos que secuestró, en el muelle Júcaro, el balandro Margarita, para incorporarse a la invasión en el Occidente de Cuba.
  • 20 de julio de 1896: el teniente coronel José Berry, comandante militar de Isla de Pinos, contaba con cerca de 300 hombres para poder enfrentar cualquier levantamiento de los deportados políticos.
  • 26 de julio de 1896: cayó abatido a balazos por el ejército español Bruno Hernández Blanco, el primer mártir de la localidad. Este día se realizó una acción independentista en el territorio, protagonizada por un grupo de complotados y confinados políticos en su mayoría y otros residentes en el territorio. Desde ese año por Edicto del Rey de España la segunda ínsula cubana además de poblarse, se convirtió en sitio para presos comunes y contrarios a la Corona, lista que ingresaron Juan Iturriaga, Emilio Vargas y los Hermanos Pimienta, quienes aprovecharon conjuntamente con 10 jóvenes pineros más, que las tropas de Emilio Vargas y Antonio Maceo operaban en el Occidente del país, organizaron el levantamiento en Nueva Gerona. Como resultado fallido de las intenciones de los rebeldes los demás participantes se dispersaron y Bruno Hernández fue alcanzado en la antigua calle Pinillo hoy José Martí (39). Acciones como estas fundieron el patriotismo revolucionario y el sentimiento antiimperialista de los pineros.

Proyecto de invasión mambí a la Isla de Pinos

Como confirmación de la importancia que para los patriotas cubanos tenía Isla de Pinos, así como demostración palpable de que formaba parte de la patria, en un concepto más amplio que el de la Isla de Cuba, hacia 1897, algunos independentistas planearon la ocupación de dicha isla. Con el objetivo de desviar la atención de las fuerzas españolas, obligando al mando colonial a movilizar miles de soldados hacia este lugar y de esta manera disminuir el acoso sobre las fuerzas insurrectas durante la Campaña de Occidente, el oficial mambí José Miguel Tarafa, propone un plan de invasión.

La posibilidad de este tipo de acción constituía una preocupación por parte de las autoridades oficiales y fue uno de los antecedentes más importantes la Memoria Oficial presentada por el general de brigada Don José Oliver, el 26 de mayo de 1896.

En dicho plan el teniente coronel Tarafa, evalúa además de lo correspondiente al desvío de tropas, el hecho de ser este enclave un importante punto de la retaguardia enemiga, como suministrador de abastecimientos y contar con la presencia de los deportados políticos, los que engrosarían las fuerzas insurrectas, además del referido hecho político, en tanto era la Isla de Pinos, único territorio importante hasta el momento libre de la guerra. Un elemento importante a destacar del plan es la idea de mantener la defensa de dicho territorio, organizada con fuerzas de caballería o infantería, según fueran las operaciones que el Ejército Español emprendiera para su recuperación.

Este documento y bien reconocido plan de invasión finalmente no contó con la aprobación y el apoyo del entonces Delegado de la Emigración Tomás Estrada Palma, por lo que no pudo ser llevado a vías de hecho. Por otra parte la manipulación de la figura de Evangelina Cosío y de Cisneros por parte de la influyente prensa norteamericana, que no quedó relegada del proceso de monopolización característico de la fase de desarrollo capitalista, el imperialismo, acercó al territorio a un escenario político internacional proclive a la búsqueda de pretextos para la intervención armada, no sin antes desacreditar la política española en Cuba, como se pretendió a través de los sucesos de la joven revolucionaria.

El 25 de abril de 1898, el gobierno de EE.UU. declaró la guerra a España, e intervino en la contienda que se desarrollaba entre cubanos y españoles, en lo que es calificada como la Primera Guerra Imperialista en esta fase de desarrollo, a cargo de la nueva potencia mundial.

Intenciones de los norteamericanos con la Isla de Pinos

De la presencia norteamericana en la Isla de Pinos se tienen las primeras noticias a partir del 1 de agosto de 1898, en que comienza el bloqueo naval desde sus alrededores.

Vencida España se vio obligada a firmar el Tratado de Paz, en París, el 10 de diciembre de 1898, aunque la manera en que fueron redactados los artículos I y II, desde el punto de vista técnico- jurídico, constituyó un fundamento “legal” para la reclamación del territorio pinero por mucho tiempo, por parte de los intereses norteamericanos. No se puede destacar, por otra parte, la intención inicial de dicho país, manifiesta en las exploraciones realizadas por naves de guerra, en la zona de la Siguanea, con la finalidad de evaluar sus posibilidades como futura base naval.

Cuba ratificó el Tratado cuatro veces y el Senado yanqui lo ignoró, hasta que el movimiento popular cada vez mayor, obligó a la ratificación del Tratado Hay- Quesada, que reconocía la soberanía cubana sobre Isla de Pinos, el 13 de marzo de 1925. Las acciones de los pineros se unieron en un solo frente nacional, donde se crearon organizaciones de carácter nacionalista como la Columna de Defensa Nacional de Isla de la Juventud y el Comité Patriótico Pro- Isla de Pinos. Al movimiento se integraron destacados intelectuales, científicos y personalidades del país. La juventud cubana también jugó un papel protagónico en esta lucha encabezada por Julio Antonio Mella, quien rechazó con particular fuerza el servilismo oficial que le hacía el juego a las pretensiones yanquis.

Entre los máximos exponentes de cómo en la neocolonia se pretendió continuar acentuando de manera oficial el aislamiento de las dos islas figuran el establecimiento del Presidio Modelo, desde la década del ‘30, y la instauración de la zona franca, a partir de 1935.

La Zona franca pinera en el plano económico surgió como parte de la estrategia imperialista y del gobierno pro- yanqui, encaminada a frenar la libre entrada de mercancías y en consecuencia obtener toda una serie de privilegios. En la práctica, estrechó los nexos con la mafia norteamericana, con la cual no solo se vinculaba la burguesía, sino también dirigentes y seguidores del régimen y de la jerarquía militar.

Fuentes