Josip Broz, Tito

Plantilla:Personaje histórico

Mariscal Tito (Josip Broz) nació el 7 de mayo de 1892 en Kumrovec, Croacia, por entonces parte del Imperio Austrohúngaro, en un área llamada Zagorje. Fue el séptimo hijo de Franjo Brozovic y Marija Javeršek. Su padre era croata, mientras que su madre era eslovena. Después de pasar sus primeros años con su abuela materna en Podsreda (actualmente Eslovenia), entró en la escuela de primaria de Kumrovec, la cual dejó en 1905.


Integración al movimiento obrero

En 1907, fuera del ambiente rural, empezó a trabajar como aprendiz de cerrajero en la ciudad de Sisak. Allí comenzó a interesarse por el movimiento obrero y celebró su primer Día Internacional de los Trabajadores el 1 de mayo del 1970. En 1910, se incorporó a la Unión de Trabajadores de la Metalurgia y al Partido Socialdemócrata de Croacia y Eslovenia. Entre 1911 y 1913, Broz trabajó por breves periodos en Kamnik, Eslovenia, Cenkovo, Bohemia, Múnich y Mannheim, las dos en Alemania, donde trabajó para la fábrica de automóviles Benz. Más tarde fue a Viena donde trabajó en Daimler como conductor de pruebas. En todos estos trabajos demuestra interés por el mundo sindical, acudiendo a manifestaciones y formando parte de huelgas por los derechos de los trabajadores.

Se cree que con 20 años se casa con Marusa Novakova y tienen un hijo, Leopard Novakov, pero este hecho no está plenamente comprobado.


Integración a la Armada Imperial Austrohúngara

En otoño de 1913 entra a formar parte de la Armada Imperial Austrohúngara. Tras el estallido de la Primera Guerra Mundial es enviado a Roma. Lo arrestaron en la prisión de Petrovaradin por realizar propaganda contra la guerra. En 1915 es destinado a Galicia, en Europa central, para luchar contra Rusia. Estando en Bukovina un proyectil de un obús le hiere el omóplato.

En abril los rusos capturan a todo su batallón. Broz pasa unos meses en un hospital a causa de su herida, y luego es trasladado a un campo de trabajo en los Montes Urales. Organizó manifestaciones entre los prisioneros de guerra, lo que le valió volver a ser arrestado. Más tarde escapó y se alistó al Ejército Rojo en Omsk, Siberia. Al año siguiente ingresa en el Partido Obrero Socialdemócrata Ruso, que más tarde se transformaría en el Partido Comunista de la Unión Soviética.

En los siguientes años Tito organiza distintas manifestaciones y discursos, lo que le costó estar en la cárcel desde 1928 a 1933. En 1936, cuando se encontraba en París, organizó una oficina de reclutamiento en la rue Lafayette, para las Brigadas Internacionales que apoyaron a la Segunda República Española durante la Guerra Civil. En 1937 fue nombrado secretario general del Partido Comunista de Yugoslavia. En este periodo continuó la política del Komintern de Stalin, criticando el fascismo en Italia y el nazismo germánico.


Últimos años y muerte

El funeral de Josip Broz Tito, 8 de mayo de 1980.Después de los cambios constitucionales de 1974, Tito cada vez más tomó el papel de estadista. Su participación directa en la política interna y de gobierno iba poca a poco disminuyendo. Tito hizo una visita de Estado a los Estados Unidos de América en 1978. Durante la visita se impuso estrictas medidas de seguridad en Washington D.C., debido a las protestas de los anticomunistas croatas, serbios y albaneses de grupos.

Tito se puso en cada vez más enfermo a lo largo de 1979. Durante este tiempo Vila Srna fue construido para su uso cerca de Morović en el caso de su recuperación. Entre 7 al 11 de enero, Tito ingresó en el Centro Médico Universitario de Liubliana con problemas de circulación en las piernas. Su pierna izquierda fue amputada poco después debido a una arteria constreñida. Murió en el Centro Médico de Liubliana de una gangrena, el 4 de mayo de 1980 a 15:05.

Su funeral atrajo muchos estadistas del mundo. Basado en el número de asistir a los políticos y las delegaciones estatales, en el momento que fue el funeral más grande en la historia del estado. Entre ellos cuatro reyes, treinta y un presidentes, seis príncipes, veinte y dos primeros ministros, y cuarenta y siete Ministros de Relaciones Exteriores. Vinieron de ambos lados de la Guerra Fría, de 128 países diferentes. En el momento de su muerte, la especulación comenzó sobre si sus sucesores podrían seguir celebrando juntos Yugoslavia. Las divisiones étnicas y el conflicto creció y, finalmente, estalló en una serie de guerras de Yugoslavia una década después de su muerte.


Guerra Civil Rusa y la I Guerra Mundial

Se convirtió en un militante conocido dentro del socialismo internacional y en la organización obrera revolucionaria. Por eso no es extraño que, tras producirse el Golpe Militar del Ejército Sublevado de España en 1936, Tito acuda a apoyar a las Brigadas Internacionales para derrotar el fascismo. No es de extrañar, por tanto, que creara una oficina en París para el reclutamiento de voluntarios que engrosaran las filas de las Brigadas Internacionales. Hasta aquí parece que llegó su actividad contra el Golpe Militar.

Todo apunta a que Tito no participó en la Guerra Civil española. La televisión yugoslava publicó en su día una serie biográfica presentada por él mismo en la que afirma este hecho. Parece ser que quería dejar claro que nunca estuvo luchando en la Guerra de España.

La duda surge cuando muchos combatientes, algunos brigadistas, aseguraron que Tito combatió con ellos codo a codo. Y no sólo en retaguardia, en el mismo Frente de Aragón, donde se libraron algunas de las más cruentas batallas de la Guerra. Sin embargo, sólo hay declaraciones, gente que afirma haberle visto. Nada más. Sólo una foto que no queda clara y que pudo ser tomada en cualquier otro instante.

No es extraño pensar que, si Tito hubiera combatido al fascismo en España, estuviera orgulloso de ello. Entonces, de haber ocurrido, ¿qué razón habría para ocultarlo? La leyenda de los amantes de la teoría de la conspiración dice que, quizá, Josip Broz no sobrevivió a la Guerra. Es más, ni siquiera murió “honrosamente” en batalla, sino traicionado por uno de los suyos, por la espalda. No sería el primero, ni el último. El PCUS y el PCE ejecutaron a decenas de combatientes antifascistas por no acatar al pie de la letra las ordenes llegadas del despacho de Stalin, ensimismado en su propio culto y con la creencia casi mística de que la divinidad le había puesto ahí. Y eso que todavía no había triunfado en la II Guerra Mundial. Es por ello que corrió una teoría que aseguraba que Tito fue asesinado y remplazado por un agente ruso que actuó como él hasta el final de sus días.


Leyenda

Cuenta que tras la II Guerra Mundial, por fin fue a visitar a su familia. Muchos han visto en este hecho un punto más a favor de la conspiración. ¿Por qué tardó tanto tiempo en ir a visitar a los suyos? Pero aún hay más. Se cuenta que tras la visita su madre dijo que ese no era su hijo. Claro, esto se puede interpretar de muchas maneras. Los conspiranoicos creen que hay que verlo en toda su literalidad, el Mariscal no era Josip Broz.

La leyenda llega hasta el propio Franco. Se cuenta que el Caudillo decía sobre Tito:“Me gustaría recibirle, con gusto le enseñaré la tumba de Josip Broz”.Las historias y leyendas en torno al Mariscal Josi Broz "Tito" son innumerables y en ocasiones increíbles. Una de ellas cuenta que vivió en Argentina, más concretamente en nuestra vecina Berisso, en la pensión de "El Turco" (sobre la calle Nueva York), trabajó en el frigorífico Swift y comía habitualmente en el ya desaparecido restorán El Águila". Esta es por lo menos la versión de su compatriota Tonka Baric, narrada a Sebastián Cosen, periodista del diario platense "Hoy". Otro hijo de inmigrantes, Jaime Sternovich afirmo: "Yo sé que el mismísimo Mariscal Tito vivió en Berisso escondido de los yugoeslavos que lo perseguían por ser comunista".


¿Qué sabemos de su vida en Argentina?

Guadalupe Rivero, en una publicación digital que titula “Josip Broz Tito: un enigma argentino” sostiene: “Carmen Verlichak, inmersa en el mundo croata no sólo por su origen y su ascendencia sino por ser una estudiosa de su comunidad, relata con la pasión de quien sabe de lo que está hablando los detalles de esos personajes del viejo continente que adoptaron a la Argentina como segunda tierra. Verlichak cuenta que muchos de sus compatriotas se asentaron en Berisso (“Capital del Inmigrante”), empleándose en los dos frigoríficos de la ciudad. Otros tantos, fueron al norte a trabajar en la construcción del ferrocarril Socompa. De esos datos se desprende la posibilidad de que Josip Broz Tito haya estado alguna vez en la Argentina, posiblemente infiltrándose entre los trabajadores para introducir las ideas marxistas que había adoptado durante su estadía en Moscú”. Pero en ningún momento de su artículo Rivero da crédito definitivo a esa posibilidad, por lo tanto concluye, en consonancia con Verlichak: “A este país que la autora (Verlichak) define como “una fábrica de mitos” le falta bastante para saber si la estadía de Tito fue cierta o no. Y una vez revelado el secreto: Suficiente?”


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