Manolín Alvarez

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Manolín Álvarez
Información sobre la plantilla
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NombreManolín Álvarez
Nacimiento28 de septiembre de 1891
Bandera de España España
Fallecimiento1986
Caibarién, Villa Clara, Bandera de Cuba Cuba
NacionalidadCubana
CiudadaníaCubana
TítuloRadiotelegrafista
FamiliaresJosefa Álvarez

Manolín Álvarez. Fue una de las personas que iniciaron la radio en Cuba y en Latinoamerica. Constructor además de varios plantas transmisoras de radio.

Síntesis biográfica

Nació el 28 de septiembre de 1891 en España. Entró en contacto directo con los motores y el funcionamiento, y siendo aún un niño llegó a conocer los secretos de las máquinas. En 1905 los padres decidieron enviarlo a Cuba para evitar que fuese llamado a filas en el Ejército Español. Ese mismo año partió a bordo del paquebote francés Normandie y arribó a la isla para residir junto a unos tíos que vivían en Caibarién.

Al principio, se dedicó al comercio y la navegación. Con solo trece años precisó enfrentar la vida trabajando en las peores condiciones. El poco dinero que recibía lo empleaba en libros y materiales de consulta, así logró estudiar Ingeniería Eléctrica por correspondencia en una escuela española perteneciente a los señores Ramón y Emilio Agacino.

En 1919 recibió el título de radiotelegrafista, construyó el primer radiorreceptor y sobre 1920 comenzó a realizar transmisiones radiales, al tiempo que construía varios radiorreceptores para vecinos ilustres del pueblo. En ese período, Manolín se comunicó con algunas personas. Desde Colón, Matanzas, recibió una tarjeta postal, también intercambió correspondencia con un señor de apellido Rabelo, de Santiago de Cuba.

Transmisiones

En 1920, transmitía con una planta de aficionado, que sería oficializada en 1923 con las siglas de 6 EV. Como aún no existía ninguna autoridad que controlara las transmisiones de radio en Cuba, se identificaba como Manuel Álvarez, de Caibarién. Durante los dos años siguientes, recorrió todo el municipio y en plena calle demostraba las cualidades del nuevo invento. Transmitía de forma irregular a una y otra hora. Al existir micrófonos en esa época, utilizaba un teléfono de la Bell (un auricular telefónico), al cual le ponía una bocina de cartón en la boquilla y con esto conseguía un sonido mejor).

Para dar a conocer la novedad de la radiotelefonía, comenzó un recorrido por varias ciudades del interior de la isla. En esta primera etapa hacía demostraciones y exhibiciones en los teatros de las ciudades y pueblos, con un contrato previo firmado con los dueños de los locales. Por medio de un altavoz conectado a un amplificador de la Westing Electric, el auditorio escuchaba las transmisiones originadas fundamentalmente en los Estados Unidos. Esto lo convierte en todo un abanderado de la radiodifusión cubana.

Terminadas las funciones, recibía el dinero de la paga y lo utilizaba en la compra de los pasajes de tren para el siguiente pueblo en el que presentaría el espectáculo. Estas funciones lo llevarían hasta Victoria de Las Tunas. En septiembre de 1923, el diario nacional el Heraldo de Cuba publicó un artículo dirigido al Secretario de Gobernación cuyo texto decía: “Aquí hizo aparición el Sr. Manuel Álvarez de Caibarién que dice traer un radio receptor con cuyo aparato puede oírse desde los Estados Unidos y otros lugares, mando aviso por si hay que tomar alguna medida pertinente contra ese señor.

La nota era enviada por un corresponsal del municipio villaclareño de Placetas, y traducía el impacto que causaban las exhibiciones por todo el país. Del mismo modo que cientos de personas se maravillaban por el nuevo invento, otras, incrédulas, solo insistían en buscarle la parte negativa.

Con la 6 EV, el asturiano radicado en Caibarién transmitió el primer evento deportivo en la historia de la radiodifusión cubana, en fecha tan temprana como el 14 de septiembre de 1923. La 6 EV constituyó, igualmente, la primera emisora latinoamericana propiedad de una mujer, pues Álvarez la inscribió a nombre de la hermana Josefa. Igualmente, resultó la primera emisora cubana en enviar una tarjeta de felicitación a los oyentes, con motivo del año nuevo, en diciembre de 1923.

En 1925, cambió las iniciales de la planta 6 EV por las de 6 LO con 250 Watts de potencia y un mejorado equipamiento, construido mayormente por el propietario. Con esta emisora, comenzó a transmitir de forma habitual los juegos de la Serie Mundial del béisbol estadounidense, por lo que alcanzó rotundos éxitos durante las décadas de 1920 y 1930 y además, lanzó al aire por control remoto y por primera ocasión en Cuba, una misa cantada, el 15 de septiembre de 1929.

A la vez, se convirtió en el principal agente comercial de las firmas distribuidoras de radiorreceptores en el territorio y realizó importantes innovaciones para las sucursales nacionales de las agencias Phillips (1925) y Todarson (1930). La 6 LO se mantuvo en el aire hasta 1930, cuando construyó una nueva planta bajo las siglas CMHD. A partir de entonces, continuó la transmisión de diversos programas, transmitió de forma experimental, en 1931, el audio de películas.

Integró la primera cadena de la radio cubana en 1932 y, al año siguiente, lideró la cadena Guajira (formada por tres plantas del centro del país), para transmitir eventos deportivos. A pesar de ser una emisora municipal, la producción radial caibarienense en el período incluyó todas las modalidades de programas donde destacaron los conciertos musicales, programas variados y de participación, infantiles, dramatizados, concursos artísticos, charlas, conferencias y programas políticos o instructivos, religiosos, humorísticos, campañas sociales, anuncios comerciales y sobre todo, transmisiones deportivas.

Igualmente dio cobertura a los principales acontecimientos del territorio mediante transmisione por control remoto, y mantuvo una constante relación con el movimiento artístico local, nacional y en alguna medida, internacional.

En 1941, la CMHD inauguró uno de los primeros radioteatros de Cuba, con 200 butacas y entrada gratuita, por donde desfiló lo mejor del arte cubano entre 1941 y 1943. Sin embargo, este radioteatro nunca significó un negocio rentable para dueño, quien decidió vender la planta al magnate mediático Gaspar Pumarejo, a finales de 1947.

A partir de entonces, se mantuvo trabajando de forma particular en distintos equipos de radiocomunicaciones, principalmente en los barcos que arribaban al puerto de Caibarién, y continuó las transmisiones con una potente planta de radioaficionado, llegó incluso a establecer contacto con el rey Juan Carlos de España y fue considerado el radioaficionado más anciano del mundo. En 1985, presidió la inauguración de la emisora radial CMHS, Radio Caibarién, continuadora del legado.

Fallece

Fallece en Caibarién en 1986

Fuente