Manuel Baquedano González

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Manuel Baquedano González
Información sobre la plantilla
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NombreManuel Baquedano González
Nacimiento1 de enero de 1823]
Santiago
Fallecimiento30 de septiembre de 1897
Santiago, Bandera de Chile Chile
NacionalidadChile
CiudadaníaChileno
EducaciónInstituto Nacional
PadresFernando Baquedano y Teresa González

Manuel Baquedano Brillante militar que paseó su insignia de Comandante en Jefe del Ejército en la Guerra del Pacífico, desde la campaña de Tacna y Arica hasta las victoriosas Batallas de Chorrillos y Miraflores. Logró, durante su vida militar, llegar muy hondo en el corazón de la tropa. Ella veía en su General a uno de los suyos. Es que es un profundo conocedor del alma popular, les hablaba con palabras sencillas y sabía convivir con los subalternos. Por eso ganó todas las batallas que comandó en Jefe. Cuando él levantaba su brazo y señalaba un objetivo, éste era conquistado por sus regimientos, que rivalizaban entre sí para ser los primeros en plantar el tricolor en lo alto de las trincheras enemigas.

Síntesis biográfica

Nació el 1 de enero de 1823 en la ciudad de Santiago, hijo –dice la partida de bautismo– del Capitán de la Escolta Directorial Fernando Baquedano y doña Teresa González. Manuel Baquedano creció en un ambiente militar por excelencia. Su padre, como la mayoría de los patriotas que lucharan por la Independencia, había ganado sus galones desde soldado en los campos de batalla. Las tertulias de su hogar eran amenizadas por los relatos de gloriosas batallas. Y quienes llevaban la voz cantante eran los amigos de su padre: Freire, Bulnes, Vial, Puga, Pinto, etc.

Estudios realizados

Hizo sus estudios en el Instituto Nacional. Tuvo como condiscípulos a Federico Errázuriz, su más entrañable amigo; a Eusebio Lillo, aficionado a los versos; a Emilio Sotomayor, afecto a los libros de historia, etc. Su deporte favorito fue la equitación. Fuera de sus horas de estudio, se puede decir que vivía en el Cazadores, el Regimiento de su padre.

Trayectoria militar

Nada de extraordinario sería, entonces, que al estallar la guerra contra la Confederación Peruano-Boliviana, partiera a escondidas y sin el permiso de sus padres al Perú, dispuesto a combatir por Chile, en el arma de caballería. Se embarcó escondido en el transporte “La Hermosa Chilena” que zarpó el 6 de julio de 1838 al norte. Cuatro días después, el polizón Manuel Jesús era descubierto en alta mar. Desde ese momento, el hijo del Coronel Femando Baquedano fue agregado en calidad de mascota del Cazadores. Pronto, el joven Baquedano se daría a conocer como un combatiente hecho y derecho. Después de la campaña en el Perú, se le reconoció el grado de Teniente efectivo el 23 de enero de 1845. Desempeñando el cargo de Ayudante Mayor en el Regimiento Granaderos, sería ascendido a Capitán en enero de 1850. En marzo de 1854, con el grado de Sargento Mayor, se le destinó a una pequeña guarnición en la Frontera de Arauco. En realidad, se le alejó de la capital por manejos políticos. Ante esta resolución, Baquedano presentó su expediente de retiro. El Gobierno no le dio curso. El disciplinado soldado cumplió entonces su destino. Con sus ahorros y al crédito, se compró algunos terrenos en La Laja que a postre se convertirían en una próspera hacienda que le independizaría económicamente: el fundo Santa Teresa. Luego desempeñó los puestos de Ayudante de las Comandancias de Armas de Valparaíso y de Arauco (1854). Al año siguiente se le nombró Comandante del Escuadrón Cívico Nº 3 de Arauco. Después de una larga estada por las regiones de Arauco, donde se distinguió durante el alzamiento mapuche de 1868 - 1869, el Gobierno le confirió como premio el mando del Regimiento Cazadores a Caballo, el 25 de noviembre de 1869. Diez años comandaría su querida unidad cuna, en donde ascendió a Coronel el 30 de julio de 1870; a Coronel efectivo el 5 de abril de 1872 y a General de Brigada el 10 de junio de 1876. En el transcurso del decenio sería nombrado interinamente Inspector General de la Guardia Nacional y Comandante General de Armas de Santiago (1875), sin dejar el Cazadores. En aquellos años se reflejó en toda su magnitud el Baquedano que era: severo soldado de cuartel; afanado hombre de gabinete; jefe justo y ecuánime y también inexorable con los insolentes, varón de visión certera, para el que no había imposibles; de carácter risueño y ladino; lacónico en decires; de garbosa figura y exento de toda sombra de vanidad. Declarada la guerra en 1879 muchos fueron los hijos de la tierra chilena que partieron al teatro de operaciones. Entre ellos, y entre los primeros, el General Manuel Baquedano. En Antofagasta fue designado Comandante General de la Caballería el 20 de abril de 1879. El destino, que le dotara de condiciones excepcionales para el mando, le tenía reservado un sitial de honor en la conflagración del Pacífico. Coronada sus sienes con el laurel de la victoria, regresó al país, arribando a Valparaíso el 11 de marzo de 1881. El primer puerto nunca vio algo parecido. La bahía era una "hoguera de patriotismo". Al descender Baquedano del "Itata", lo hizo vistiendo su uniforme de campaña y con un sencillo quepis. Nada de entorchados ni ostentaciones vanas. El pueblo todo comprendió aquel acto de modestia y prorrumpió en vivas sin fin. En el trayecto apoteósico por las calles porteñas, Baquedano y sus tropas marcharon bajo 23 enormes arcos de triunfo, levantados en honor de los vencedores. Y los festejos se repitieron en Santiago, donde adquirieron, lógicamente, mayores proporciones. El frenesí de los capitalinos no tuvo límites... Por aquellos días se presentó al Congreso una moción para otorgar a Baquedano el título de Capitán General y darle una recompensa en dinero. El General pidió que se retirara el proyecto. Sólo anhelaba retornar al Perú para concluir definitivamente la guerra. No se le concedió ésta, su única aspiración... En consecuencia, el héroe estimó completada su carrera y presentó su expediente de retiro absoluto, que fue aceptado con fecha 3 de mayo de 1881. No obstante, el Congreso Nacional le concedió el nombramiento de Generalísimo del Ejército y se le invistió como Consejero de Estado. Al término de la gestión Pinto, se le eligió candidato a la Presidencia de la República. Forzado por sus amigos, aceptó al principio, mas pronto renunció, recalcando con modestia que él era sólo un soldado, no un estadista. En abril de 1889 viajó a Europa en comisión, regresando a fines de 1890. En esta oportunidad se le volvió a ofrecer la candidatura a la Presidencia. La rechazó. No intervino en la Revolución de 1891. Recibió sí el poder de manos del Presidente Balmaceda, sólo para entregarlo tres días después a la Junta Revolucionaria. En esos días aciagos, mantuvo el orden, reduciendo los desmanes y evitando mayores desgracias. Sería su último servicio al país.

Muerte

Falleció el 30 de septiembre de 1897.

Fuente

http://sololiteratura.com/autboliviaag.htm